Empezar regalando cosas para acabar cobrándolas nunca ha sido un sistema fácil de poner en práctica, salvo en el caso de los camellos que regalaban drojaína a la puerta de los colegios para convertir a los niños en yonkies y clientes cautivos... roto:2
Como no tenía a Gregorio por un camello que estuviese convirtiendo a sus lectores en yonkies de sus teorías, siempre había supuesto que la leyenda urbana de que tenía más dinero que un rajá y que esto lo hacía porque le divertía y quería ayudar era más o menos cierta.
En cualquier caso, que ahora pretenda cobrar 550 euros anuales (de oferta de lanzamiento) indica que considera que sus recomendaciones son muy valiosas, porque es una cifra importante, sobre todo para alguien que siempre ha destacado la importancia que tiene el precio que se paga por las cosas, y que siempre ha mostrado una predilección por las empresas ópticamente baratas.
No le niego la razón en lo del bestial consumo de tiempo que exigen las redes para informarte, y en que ese era uno de los motivos por los que me gustaba su foro y sus vídeos gratuitos, porque daban la información de forma rápida, y no te hacían perder una tarde entera.
Dicho lo cual, me temo que por esos precios es más que probable que haya cosas más interesantes. Es el problema del amateurismo: se critica a los profesionales porque su forma de actuar es... profesional, estandarizada y en ocasiones, llena de vaporware para justificar las tarifas que cobran, y, mientras actúan gratuitamente como francotiradores ocasionales, lo cierto es que los amateurs buenos son muy interesantes, porque únicamente tienen que informar sobre operaciones que ven muy claras, cada mes, o cada seis meses. Son gratuitos, son amateur y nadie les puede exigir nada.
Ahora bien, cuando ese amateur se profesionaliza, y se profesionaliza a razón de 600 euros al año... ¿realmente es tan bueno como esos profesionales de la asesoría a los que se criticaba? Si va a facilitar una información sucinta, para no perder tiempo, y por tanto, que se va a poner en práctica atendiendo a la fe que se deposita en el gurú/asesor... ¿no estaríamos mejor poniéndonos en manos de Paramés (por citar un ejemplo), dejando que gestionase nuestro dinero en un fondo?
En fin, que le vaya bonito. Estaba pensando seriamente en comprar los libros que pensaba que iba a publicar, pero si es un club de inversión, me temo que paso.