Por un lado (componente personal de cada uno) por un tema laboral, metí el dinero en otra cosa.
Por otro, por las circunstancias generales ni me lo planteaba. Los pisos me parecían todavía muy caros. Veía los salarios, el paro (recordemos que estábamos en un 25%) y la España arrasada tras el pinchazo de 2008 y pensaba que nos esperaban muchos años más de crisis. Y así fue, pero regado con millones y millones de dinero europeo, el dinero más barato que nunca y la poca memoria que tenemos. ¿Quién iba a pensar en 2013 que los tipos de interés estuvieran en el hoyo actual y que la gente seguiría comprando pisos si los sueldos llevan 15 años estancados y el PIB bajando en caída libre? Los sucesos inmobiliarios en España han ido en contra de lo que la lógica (mi, errónea, lógica) preveía.
Lo que yo no esperaba, supongo que nadie, es que viniera el dinero de Sudamérica a explotar el mercado: venezolanos y mexicanos están comprando los pisos más lujosos de la capital. Eso arrastra los pisos buenos de zonas buenas y estos a los pisos normales en zonas buenas y los pisos buenos en zonas normales. Quizá eso explique la diferencia entre los pisos buenos y los malos en Madrid: mientras los barrios buenos están en máximos históricos, los malos apenas se han recuperado desde 2008, con subidas mucho más tímidas y lejos de sus picos. Esto está haciendo que la diferencia entre las zonas buenas y las malas sea mucho mayor que hace 20 años.
En resumen: estamos latinoamerizando Madrid. Sólo vemos a los latinis y los jovenlandess de Tetuán y Lavapies pero la realidad es que si quieres ver extranjeros te tienes que ir al barrio de Salamanca. Eso sí, son más claritos y están ociosos en restaurantes de 100€ por persona. Pues estos son los que están moliendo pero bien a la clase media que quiere vivir en una zona buena. Siempre nos quedará la opción de dar un braguetazo pero me temo que estas latinis no son tan enamoradizas como sus compatriotas menos pudientes.
Espero haberte respondido entre el tocho que me he marcado.