jorge
Madmaxista
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Pero se los ama. Yo que gusto del bar de toda la vida. Esos que como poco los reformaron hace 30 años. (Más nuevos no me gustan). Atendidos por Manolo, Pepe o algún español que pase de los 50 de habla tosca y que tenga cara de pocos amigos.
Pues está ocurriendo una cosa bastante curiosa, y es que se está fusionando en el mismo ecosistema los abuelos de toda la vida con la niñatería. Los locales ultra reformados minimalistas sin alma cada día gustan menos y cuando paso por al lado de alguno los veo vacíos, de gente y de autenticidad.
Qué gusto me ha dado hoy darme una vuelta por un barrio castizo de Madrid, entrar en este tipo de bares míticos y ver como se petan a esos pretenciosos bares de cosa, que ni son bares ni son NADA.
Ver la fusión del niñato y el abuelo langosto conviviendo juntos en estos paraísos me hace ponerme contento y ver con cierta esperanza que aún queda algo de solera y alma en alguna gente.
Ponme una caña helada dando una buena leche en la barra para que suba la espuma, acompáñala con unos buenos torreznos como pincho y te lo cambio por mil diverxos.
Obsérvese con envidia el suelo de terrazo, los cerramientos pintados en verde fosforito y el detalle del ventilador en el mismo. A su vez contemplamos a un buen ejemplar de langosto con pantalón de pana y su buena boina que lo habita como un pájaro lo hace en una rama. Pues a derecha como digo, había bastante niñatería cañeando y no será por falta de locales "chics"
Un buen bar parco, sin palos ni tonterías bien entendido es el cielo en la tierra.
Pues está ocurriendo una cosa bastante curiosa, y es que se está fusionando en el mismo ecosistema los abuelos de toda la vida con la niñatería. Los locales ultra reformados minimalistas sin alma cada día gustan menos y cuando paso por al lado de alguno los veo vacíos, de gente y de autenticidad.
Qué gusto me ha dado hoy darme una vuelta por un barrio castizo de Madrid, entrar en este tipo de bares míticos y ver como se petan a esos pretenciosos bares de cosa, que ni son bares ni son NADA.
Ver la fusión del niñato y el abuelo langosto conviviendo juntos en estos paraísos me hace ponerme contento y ver con cierta esperanza que aún queda algo de solera y alma en alguna gente.
Ponme una caña helada dando una buena leche en la barra para que suba la espuma, acompáñala con unos buenos torreznos como pincho y te lo cambio por mil diverxos.
Obsérvese con envidia el suelo de terrazo, los cerramientos pintados en verde fosforito y el detalle del ventilador en el mismo. A su vez contemplamos a un buen ejemplar de langosto con pantalón de pana y su buena boina que lo habita como un pájaro lo hace en una rama. Pues a derecha como digo, había bastante niñatería cañeando y no será por falta de locales "chics"
Un buen bar parco, sin palos ni tonterías bien entendido es el cielo en la tierra.
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