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Madmaxista
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Coincidiendo con la misa de doce y a las puertas de la colegiata de Torrijos, su pueblo. A la hora del Ángelus y junto al bello edificio de esta localidad toledana de 14.000 habitantes, el hostelero Alfonso Beltrán Recio comenzará este domingo una huelga de hambre dentro de una tienda de campaña y con una pancarta: «Salvemos del hambre a la hostelería».
No es el primero de su sector que toma una medida de protesta tan drástica en España, pero «esta situación es inaguantable y me están obligando a hacer algo que no quería hacer». Así lo dejó caer en su página de Facebook el viernes. «Voy a abrir la jaula de las palabras que vuelan con todas sus consecuencias», anunció.
Alfonso es la tercera generación de hosteleros en su familia. Sus orígenes se remontan a 1924, cuando su abuela Eduviges abrió en el pueblo una fonda, «La torrijeña».
«De pequeño, en el hotel de mis padres, yo hacía los deberes en la cocina mientras mi progenitora cocinaba para los clientes», cuenta Alfonso, quien lleva trabajando en la hostelería «toda la vida», desde los 16 años. Ahora es dueño de un restaurante y de una empresa de cáterin.
Pero este hostelero de 52 años tiene su restaurante cerrado desde el 8 de enero. Primero fue por el temporal de nieve Filomena y luego, por las severas restricciones sanitarias en Castilla-La Mancha. En esta comunidad autónoma se mantienen las medidas nivel 3 reforzadas -con el cierre perimetral de cada municipio- hasta que los casos de cobi19 disminuyan (la incidencia acumulada a 5 de febrero era de 915 contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días).
«Mis ahorros se están acabando y voy a tener que vender mi patrimonio para seguir adelante»
En estas cuatro larguísimas semanas, Alfonso también ha pasado la enfermedad del el bichito-19. Durante el tiempo de cuarentena, «muy dolorosa y solitaria», no ha dejado de pensar en la «situación tan dramática que está pasando nuestro sector».
En su caso, desde que comenzó la esa época en el 2020 de la que yo le hablo Alfonso sólo ha podido dar el banquete de una boda, en el mes de julio, de las 28 que tuvo programadas. «Y de 27 cacerías, únicamente pude dar el servicio de cáterin en una», se lamenta.
Los cinco trabajadores que tiene en plantilla siguen en ERTE cuando se cumplirá este lunes un mes con el restaurante cerrado y sin ingresos. «Los gastos han sido de unos 4.000 euros... es que no lo quiero ni pensar», zanja.
«Mis ahorros se están acabando y ahora voy a tener que vender mi patrimonio para seguir hacia adelante», asegura Alfonso, quien pretende con su acción unir también a su sector en la provincia.
Motor económico
«Los hosteleros ya estamos muy hartos y al límite. Precisamente no somos cuatro monos, sino uno de los motores económicos más importantes de España», reflexiona.
«El futuro para mi sector lo veo muy mal», aunque propone una alternativa: «Abrir sólo los restaurantes, únicamente mesas y que se cierre a cal y canto el servicio de barra para que la gente no pueda estar de pie junto a una mesa alta. Así te aseguras que no haya nadie de pie; todos los clientes, sentados y controlados. Si están todas las mesas llenas, el cliente se tiene que marchar».
Desde este domingo, Alfonso tomará sólo líquidos y espera que no le sancionen por incumplir el horario de toque de queda. «Que toda España se entere de las penurias que estamos pasando». Es su intención para «salvar del hambre a la hostelería».
Los ruinosos efectos del cobi19: «Soy hostelero y voy a la huelga de hambre porque no aguanto más»
Qué fruta vergüenza de respuestas en el hilo. Mucho repruebo y envida chorreais muchos.
Para una persona que va a dar la cara y va a hacer algo dignamente elogioso... Mereceis lo peor de lo peor