Documentos desclasificados implican al PSOE en las peores matanzas de la Guerra Civil española

CRÍMENES franquistas contra ciudadanos REPUBLICANOS en Alicante
Crímenes franquistas en Alicante word press
Las cifras de ejecutados y muertos por distintas causas, suicidios, hambre y enfermedades, disparos de los centinelas, etc, en las cárceles franquistas en el conjunto de España entre 1939 y 1944 pueden llegar a los 140.000. En la provincia de Alicante, hubo unos 720 fusilados, 240 muertos en prisiones y 19 en otras circunstancias, suma a la que habría que añadir los alicantinos fusilados en otras provincias, como Vera Coronel, en Zaragoza o Papí Albert en Albacete. Según Gabarda, un 35% de los ejecutados en Alicante trabajaban en el sector primario, un 34’04% en el secundario y un 19’7% en el de servicios.
Pedro Escalante Coves, vecino de Elche, miembro del PCE, fusilado en noviembre de 1939 envió a sus familiares la siguiente cuartilla: “Alicante, Reformatorio de Adultos. Queridos padres hermanos y demás familia me van a acabar pero no es por malo, por pensar como pienso me marcho tranquilo y valiente como siempre fui. Padres queridos me marcho pensando que ustedes van a morir de pena, yo no quiero porque si ustedes mueren aumentan las víctimas, deben estar alegres como yo y no sufrir, no todos van a tener la suerte de ser muertos como yo, por un ideal. ¡Padre, no llores! progenitora no sufras por mi. Sin mas que decirles besos y abrazos para todos ustedes para mis hermanos y familiares. Suyo. Pedro Escalante”.
Se ejecutaron sentencias de fin en varias localidades de la provincia: Orihuela, Alcoi, Dénia, Monóvar, Novelda, Villena, Elche, Albatera o Xixona. A partir de 1940, y como consecuencia de que los Consejos de guerra fueron centralizados en Alicante, fue aquí donde se llevaron a cabo los fusilamientos. Las ejecuciones eran llevadas a cabo en Rabasa o en el propio cementerio, y los pelotones de ejecución estuvieron compuestos, indistintamente, por fuerzas del Regimiento de Infantería, Regulares, Carabineros, Guardia Civil, Legionarios y Policía Armada.
Los guardias descargaban, una y otra vez, disparando, cargando y volviendo a disparar. Los presos caían como en un juego de bolos, uno, 3 o 4 a la vez, hasta que todos yacían en el suelo. Ninguno de los infortunados tuvo tiempo ni de gritar, ni de pensar en el hijo, en la mujer, o en la progenitora. Etelvino Vega, Comandante Militar Republicano de Alicante, animó constantemente a los otros 26 compañeros con los que fue fusilado el 15 de Noviembre de 1939.
El tiempo de espera entre la sentencia y la ejecución era terrible, el sufrimiento por el destino personal y la situación de su familia..: “Son las doce y media de la noche, se oyen ruidos extraños, pasos fuertes, cerrojos, abrir de celdas, se oyen nombres, ahora vienen hacia nosotros, se abre la puerta, todos esperamos que la fin descargue su golpe sobre nuestras nucas. Los que marchaban a su ejecución se despedían entre un frío silencio que invade el pasillo y las celdas. Nuestros corazones también están fríos, como losas de frías tumbas. Nos sentimos tan muertos como lo estarán nuestros compañeros dentro de 3 horas.
La mayoría de los reclusos republicanos fusilados en Alicante fueron enterrados en 2 fosas comunes del cementerio de Alicante, donde también yacían las víctimas de la represión republicana y de los bombardeos sobre la ciudad, es decir, las víctimas de los bombardeos, en especial el que tuvo lugar por la aviación fascista el 25 de mayo de 1938 y que causó más de 300 muertos. Igualmente yacen en esas fosas muchas víctimas enterrados anónimamente, tras juicios carentes de garantías o asesinados extrajudicialmente.
La 2ª República Española fue acogida con recelos y hostilidad por la iglesia Católica española, muy comprometida con el anterior régimen monárquico. La aprobación de una Constitución laica aumentó los recelos, y tras el levantamiento militar, la Iglesia se apresuró a apoyar el pronunciamiento y a sacralizarlo, convirtiéndolo pronto en una Cruzada. La jerarquía eclesiástica denunció la persecución de sus clérigos, pero silenció la represión franquista, presentando una visión maniquea, el Bien frente al Mal, situándose de manera total y absoluta al lado de quienes se habían levantado contra el gobierno legítimo de la República.
En los años cuarenta, política y religión vivían fusionadas, se produjo una “restauración religiosa”, mediante la omnipresencia de una Iglesia triunfante en todos los ámbitos de la sociedad: enseñanza, milicia, sindicatos, justicia, legislación, medios de comunicación, jovenlandesal cotidiana, acción social, etc. Ese acuerdo entre Iglesia y franquismo se manifestó especialmente en la represión contra los vencidos. La Iglesia Católica no hizo el menor gesto para detener el derramamiento de sangre y colaboró con la maquinaria represiva franquista por medio de sus pastorales y homilías, y mediante la actitud de los capellanes en las prisiones y los informes de los curas párrocos sobre los vencidos.
Los presos y detenidos debían asistir a prácticas y ceremonias religiosas. En las cárceles, capellanes y monjas ejercían una enorme presión sobre presos y presas, en especial sobre los condenados a la última pena, y llevaban la cuenta de arrepentidos y confesados, entre los ejecutados; en las misas y actos religiosos a los que los encarcelados asistían obligadamente eran frecuentes los sermones apocalípticos y humillantes. Esta enorme presión se ejercía sobre personas indiferentes en materia religiosa, una nueva manera de vencer a los vencidos.
Los hijos de reclusas eran robados a sus familias e ingresados en colegios religiosos contribuyendo a su reestructuración ideológica y su inserción en el nuevo estado mediante el adoctrinamiento religioso y político. Se consideraba que quienes habían contraído matrimonio civil durante la República no formaban realmente una familia, se les dificultaba la visita de sus familiares, y se les prohibía entregar dinero acumulado mediante su trabajo a sus esposas. Se presionó a bautizar a quienes no lo estaban. Numerosas órdenes religiosas y sacerdotes colaboraron con el franquismo en las cárceles: Oblatas, Adoratrices, Hijas de la Caridad, Mercedarias de la Caridad, Carmelitas Terciarias del Corazón Eucarístico de Jesús, Mercedarios, etc.
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Oviedo arrasada, Revolución inexplicable
El periodista Josep Pla juzga con severidad el Octubre asturiano de 1934, «obra del socialismo y del comunismo»
30.05.2009 | 02:00
La Universidad de Oviedo, destruida en octubre de 1934.
La Universidad de Oviedo, destruida en octubre de 1934.

Gijón, J. MORÁN

Después de comprobar el arrasamiento revolucionario de la ciudad en octubre de 1934, Josep Pla, escritor y periodista catalán, salió de Oviedo «llevándome las manos a la cabeza». Con una prosa admirable, Pla envió desde Asturias siete crónicas intensas y sobrecogedoras a su periódico, «La Veu de Catalunya» («La Voz de Cataluña»).

Josep Pla entra en Oviedo el día 16 o 17 de octubre, y lo que vio se publica en «la Veu» el 25 de octubre.

Como en la guerra europea. «Regreso a Oviedo aterrorizado por el aspecto que presenta la ciudad. No creo que la lucha civil entre ciudadanos de un mismo pueblo haya llegado nunca al extremo a que llegó aquí. Son los mismos espectáculos de la guerra europea. En el terreno de la lucha política, hay que remontarse a las escenas de la Commune de París para encontrar algo parecido. Y aún más: hay que condimentar estas escenas con la ferocidad de las de la Guerra Civil que vivieron nuestros antepasados».

Un olor insoportable. «Entramos en Oviedo por el barrio del Seminario, donde ha instalado su cuartel general López Ochoa. En el mismo se encuentra preso Teodomiro Menéndez, quien estuvo a punto de ser linchado por la población tras ser detenido. Una compañía del Tercio tuvo que protegerle con las armas. Entramos en Oviedo, y en la primera calle encontramos un suelo centelleante de partículas de vidrio. Se tome la calle que se quiera, inmediatamente aparecen casas reventadas, tejados derrumbados, montañas de material humeante derribado, hierros retorcidos. La ciudad desprende un olor insoportable a causa del hundimiento de las cloacas».

Abrazos y llanto. «La gente del país no sabe aún lo que le pasa. Camina errabunda por las calles y parece buscar algo extraño -los cabellos desordenados, sin afeitar-. La gente, cuando se encuentra por las calles, se abraza llorando. Casi todo el mundo se despidió de la vida durante los nueve días de dominio de las turbas y de bombardeos de la aviación. De la Universidad no quedan sino cuatro paredes. Lo demás ha sido derrumbado. Era un edificio del siglo XVII, con una biblioteca de 60.000 volúmenes. En el alféizar de los marcos de las ventanas que quedan en pie permanecen montones de libros que sirvieron de aspilleras para disparar. En el centro del claustro ha quedado en pie la estatua del fundador de la Universidad, señor Fernando Valdés de Salas. A su alrededor todo es una mina y hay montones de material ardiendo. El Instituto ha sido dinamitado y quemado. Del teatro Campoamor -que era un pequeño teatro provinciano delicioso, con asientos de terciopelo rojo y molduras de oro- sólo queda la de derechasda, desde cuyas ventanas se ve el cielo. Del Palacio Episcopal no queda sino un montón de ceniza. La Delegación de Hacienda ha desaparecido. No pudieron derrumbar la Catedral porque sus bloques de piedra resistieron. Pero incendiaron y chamuscaron las torres». (Volaron la Cámara Santa)

La destrucción de los cafés. «Todo el barrio comercial moderno de Oviedo ha quedado destruido. Hay manzanas enteras de casas de cinco y seis pisos que no conservan sino las paredes exteriores. Tanta destrucción produce una enorme impresión. Del magnífico hotel Covadonga, del Inglés, del Flora, queda lo mismo que del edificio del Automóvil Club. La visión de estos bloques hendidos, que han sido volados con dinamita, después de ser saqueados, es inolvidable, horroriza. No ha quedado ni un café céntrico en pie. El café Niza, los bares Dragón y Riesgo han desaparecido bajo una montaña de escombros. Todo lo de Oviedo impresiona, pero la destrucción de los cafés cabe destacarse, porque no creo que hubiera ocurrido algo semejante en ninguna Revolución anterior. Un café, ¿no es la casa de todos, no es el lugar de confluencia de las más diversas ideologías, de los pensamientos más opuestos? La destrucción de estos cafés es un hecho de un sadismo y de una anormalidad total. (...) Se puede decir que en las tres calles comerciales por excelencia, lo más moderno de la ciudad -calle de Fruela, de José Tartiere, de Uría -, no ha quedado nada».

Niña con un pulmón atravesado. «Esta es la obra del socialismo y del comunismo en comandita con los hombres de Esquerra Catalana. Han sembrado por doquier la destrucción, las lágrimas y el cieno. Cuando se ve Oviedo -como yo acabo de verla- en el estado en que se encuentra, no hay justificación posible de la política que ha provocado semejantes estragos. A la salida de la ciudad me detiene la Guardia del cuartel. Me insta a que entre en el edificio, que en parte es hospital de sangre. Mientras arreglo los documentos, siento los alaridos de los heridos, algunos de los cuales yacen esposados. Entran, mientras tanto, sobre una litera llena de sangre, a una niña de 12 años, rubia y guapa como un sol, con un pulmón atravesado. Salgo de Oviedo llevándome las manos a la cabeza».

Fuera de explicación lógica.
«Los sucesos de Asturias no se explican. Superan todo esfuerzo racional, cualquier explicación lógica. La última huelga no tiene explicación en el campo societario. No había parados en Asturias. Todo funcionaba -me dice aquí todo el mundo- a pleno rendimiento. El jornal mínimo en las minas era de nueve pesetas. El ordinario oscilaba entre doce y quince pesetas. La jornada era de siete horas. El jornal mínimo se aplicaba a los trabajos al aire libre, o sea, fuera de las minas. Asturias ofrece un indudable aspecto de prosperidad. Es un país de clase media elevada a todas las categorías del confort, de un capitalismo activo y moderno, de una clase obrera abierta a todas las perspectivas. Viniendo de Castilla, Asturias es un oasis lleno de vida, de actividad, de salud y de agitación. El país dispone de una cocina abundante, un poco tosca, muy popular, alta en calorías. Contrastando con estos hechos, ha de observarse que Asturias es un país literalmente saturado de comunismo y socialismo. Las paredes están llenas de rótulos truculentos, en las librerías no hay sino literatura roja, la palabra revolución es la que más se ha repetido en Asturias en estos últimos años. Basta decir que el señor Melquíades y el reformismo son considerados los fascistas del país para comprender la tras*formación que han experimentado las ideas».
 
Volver