Malditos Bastardos
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La FOSA de los MAESTROS FUSILADOS por falangistas en Cobertelada (Soria) en 1936
El magisterio fue uno de los sectores más castigados por los golpistas. Los mataron porque, para el fascismo, la educación del pueblo era una amenaza. La II República llevó a cabo un ambicioso plan de educación dando trabajo a miles de maestros jóvenes, y en los pueblos empezaron a llamar al maestro para pedir consejo cuando, hasta entonces siempre era el cura el consejero rural. Eso significaba una pérdida de control por los sectores más conservadores, ya que las decisiones podían orientarse de manera distinta a la tradicional. En España el franquismo depuró a decenas de miles de maestros, un mínimo de 6.000 fueron asesinados. El resto sufrieron penas de guandoca, destierro, inhabilitación..
Hace 81 años 5 maestros y otra persona fueron detenidos, quedando a disposición de la comandancia militar. Fueron “sacados” de la guandoca de Almazán para un traslado de práctica de diligencias, y entonces los asesinaron, una de las formas habituales de exterminio de Republicanos. Los 6 fueron subidos a un camión y tiroteados por un grupo de falangistas, al anochecer el 25 de agosto de 1936, como si fuera una cacería, uno a uno, según corrían hacia arriba en el árido paraje de Los Tomillares, a la derecha de la carretera de Cobertelada (Soria) a Villasayas. Como el terreno era muy calizo, se les enterró clandestinamente a la mañana siguiente por un grupo de campesinos en terreno próximo, la “Riba la Mollero”. Los fusilamientos fueron vistos por labradores vecinos de Cobertelada, desde las eras cercanas. Fueron perseguidos como fieras hasta la fin, con lo que esa atroz imagen tiene de brutalidad medieval contra la ciencia y el saber, y fueron enterrados como fieras quienes trabajaron durante la II República por uno de sus logros más reconocidos la educación, la enseñanza y la lucha contra la incultura y el analfabetismo
No eran políticos, guerrilleros ni sindicalistas, eran muchísimo más peligroso para la “Nueva España”: Eran maestros de escuela. A los franquistas “les interesaba un pueblo de borregos, que se pudiera manejar fácilmente. Por eso les mataron”, cuenta Víctor, sobrino de Eloy Serrano, una de las víctimas. “Hay que recordar que en Soria no hubo combates. Aquí triunfó enseguida la rebelión militar. Los maestros no llevaban ametralladoras ni pistolas, aquí no hubo guerra, solo represión, era una estrategia de exterminio que respondía a patrones sistemáticos”.
La Asociación soriana Recuerdo y Dignidad (AsRD), dirigida por la Fundación Aranzadi, ha investigado, documentado, localizado e identificado los restos mortales de los 5 profesores que fueron arrojados a la fosa clandestina de Cobertelada, así como los de Abundio Andaluz Garrido, Vicepresidente de la Diputación de Soria:
Francisco Romero Carrasco, (57 años),catedrático en la Escuela Normal, natural de Santa Marta de los Barros (Badajoz), estaba casado con María del Carmen García Arroyo, nacida en Betanzos (La Coruña) con quien tuvo 2 hijos, también profesora de la Escuela Normal. Ambos lucharon por la creación de un orfanato y una escuela para huérfanos de profesores de Escuelas Normales. Francisco era una auténtica eminencia, aun antes de la II República era ya un reconocido matemático. Junto a su amigo Antonio Machado y otros intelectuales fundó y abanderó la Universidad Popular de Segovia, un espacio de enseñanza con un claro objetivo: “Exponer elementalmente aquellas enseñanzas que puedan ser inmediatamente aprendidas y utilizadas por los obreros”. Con Machado compartió pensión y tertulia, ambos comprometidos en la difusión de la cultura y las enseñanzas útiles a los trabajadores. Estrecharon lazos con la Residencia de Estudiantes y las Misiones Pedagógicas. Dirigió las colonias de la Institución Libre de Enseñanza y estudió Metodología de las Matemáticas en Francia, Bélgica y Suiza. En 1933 publicó un libro sobre “Los procedimientos de cálculo mental y de cálculo escrito rápido”.
Eloy Serrano Forcén, (22 años) maestro de Cobertelada, natural de Rioseco de Soria, soltero, escribía en los periódicos sorianos La Voz de Soria y El Defensor Escolar, donde reflexionaba lúcidamente animando a los pueblos a abrir escuelas y a los maestros a resistir en la dura Soria rural. Era un maestro ejemplar y convencido republicano. El principal instigador del asesinato de Eloy fue el párroco del municipio, que definió al maestro como “deficientísimo y deplorable en su aspecto religioso y profesional” desde que el día del Corpus el sacerdote instó al maestro a llevar a los alumnos a misa, y Eloy le dijo: “Primero la escuela y después la iglesia”. Fue su sentencia de fin.
Hipólito Olmo Fernández, (43 años) maestro de Ajamil. Nació en Barahona, Soria, viudo de María Logroño Loranza, con hijos (Josefina y Carmen) pertenecía a Izquierda Republicana.
Elicio Gómez Borque, (23 años) maestro de La Seca. Nació en Velilla de los Ajos, Soria. Soltero. El párroco le acusaba de no ir a misa y pertenecer a la FETE, de marxista, propagandista del Frente Popular. Sus alumnos le tenían por profesor cariñoso que, los jueves, como Eloy Serrano, los llevaba al campo, capturaban cangrejos, devolviendo al río los más pequeños. Iban a gallineros y les enseñaba a no tocar a los polluelos para que no los rechazara la progenitora. Preparaba las oposiciones para profesor de la Escuela Normal. Planchaba sus camisas, hecho poco frecuente entonces. La implicación de los varones en las tareas del hogar era mal vista por parte de la población.
Victoriano Tarancón Paredes, (26 años) maestro de Perdiguera. Era natural de Baraona (Soria), soltero. Fue acusado de indiferencia en materia religiosa y propagandista del laicismo, ser simpatizante del Frente Popular y “haber inculcado en los niños ideas disolventes”.
De Martín Artola Morrás apenas hay datos. Era natural de Ateca (Zaragoza), probablemente se trate del mendigo al que hace referencia el libro “La represión en Soria durante la guerra civil” de Gregorio Herrero Balsa y Antonio Hernández García.
La asociación Recuerdo y Dignidad tiene documentados 600 asesinatos similares solo en la provincia de Soria: Hay testimonios espeluznantes, en Neguillas los niños se abrazaban llorando a su profesor, Domingo Hernando, para que no se lo llevaran detenido. Fue inútil, lo asesinaron.
Hace 81 años 5 maestros y otra persona fueron detenidos, quedando a disposición de la comandancia militar. Fueron “sacados” de la guandoca de Almazán para un traslado de práctica de diligencias, y entonces los asesinaron, una de las formas habituales de exterminio de Republicanos. Los 6 fueron subidos a un camión y tiroteados por un grupo de falangistas, al anochecer el 25 de agosto de 1936, como si fuera una cacería, uno a uno, según corrían hacia arriba en el árido paraje de Los Tomillares, a la derecha de la carretera de Cobertelada (Soria) a Villasayas. Como el terreno era muy calizo, se les enterró clandestinamente a la mañana siguiente por un grupo de campesinos en terreno próximo, la “Riba la Mollero”. Los fusilamientos fueron vistos por labradores vecinos de Cobertelada, desde las eras cercanas. Fueron perseguidos como fieras hasta la fin, con lo que esa atroz imagen tiene de brutalidad medieval contra la ciencia y el saber, y fueron enterrados como fieras quienes trabajaron durante la II República por uno de sus logros más reconocidos la educación, la enseñanza y la lucha contra la incultura y el analfabetismo
No eran políticos, guerrilleros ni sindicalistas, eran muchísimo más peligroso para la “Nueva España”: Eran maestros de escuela. A los franquistas “les interesaba un pueblo de borregos, que se pudiera manejar fácilmente. Por eso les mataron”, cuenta Víctor, sobrino de Eloy Serrano, una de las víctimas. “Hay que recordar que en Soria no hubo combates. Aquí triunfó enseguida la rebelión militar. Los maestros no llevaban ametralladoras ni pistolas, aquí no hubo guerra, solo represión, era una estrategia de exterminio que respondía a patrones sistemáticos”.
La Asociación soriana Recuerdo y Dignidad (AsRD), dirigida por la Fundación Aranzadi, ha investigado, documentado, localizado e identificado los restos mortales de los 5 profesores que fueron arrojados a la fosa clandestina de Cobertelada, así como los de Abundio Andaluz Garrido, Vicepresidente de la Diputación de Soria:
Francisco Romero Carrasco, (57 años),catedrático en la Escuela Normal, natural de Santa Marta de los Barros (Badajoz), estaba casado con María del Carmen García Arroyo, nacida en Betanzos (La Coruña) con quien tuvo 2 hijos, también profesora de la Escuela Normal. Ambos lucharon por la creación de un orfanato y una escuela para huérfanos de profesores de Escuelas Normales. Francisco era una auténtica eminencia, aun antes de la II República era ya un reconocido matemático. Junto a su amigo Antonio Machado y otros intelectuales fundó y abanderó la Universidad Popular de Segovia, un espacio de enseñanza con un claro objetivo: “Exponer elementalmente aquellas enseñanzas que puedan ser inmediatamente aprendidas y utilizadas por los obreros”. Con Machado compartió pensión y tertulia, ambos comprometidos en la difusión de la cultura y las enseñanzas útiles a los trabajadores. Estrecharon lazos con la Residencia de Estudiantes y las Misiones Pedagógicas. Dirigió las colonias de la Institución Libre de Enseñanza y estudió Metodología de las Matemáticas en Francia, Bélgica y Suiza. En 1933 publicó un libro sobre “Los procedimientos de cálculo mental y de cálculo escrito rápido”.
Eloy Serrano Forcén, (22 años) maestro de Cobertelada, natural de Rioseco de Soria, soltero, escribía en los periódicos sorianos La Voz de Soria y El Defensor Escolar, donde reflexionaba lúcidamente animando a los pueblos a abrir escuelas y a los maestros a resistir en la dura Soria rural. Era un maestro ejemplar y convencido republicano. El principal instigador del asesinato de Eloy fue el párroco del municipio, que definió al maestro como “deficientísimo y deplorable en su aspecto religioso y profesional” desde que el día del Corpus el sacerdote instó al maestro a llevar a los alumnos a misa, y Eloy le dijo: “Primero la escuela y después la iglesia”. Fue su sentencia de fin.
Hipólito Olmo Fernández, (43 años) maestro de Ajamil. Nació en Barahona, Soria, viudo de María Logroño Loranza, con hijos (Josefina y Carmen) pertenecía a Izquierda Republicana.
Elicio Gómez Borque, (23 años) maestro de La Seca. Nació en Velilla de los Ajos, Soria. Soltero. El párroco le acusaba de no ir a misa y pertenecer a la FETE, de marxista, propagandista del Frente Popular. Sus alumnos le tenían por profesor cariñoso que, los jueves, como Eloy Serrano, los llevaba al campo, capturaban cangrejos, devolviendo al río los más pequeños. Iban a gallineros y les enseñaba a no tocar a los polluelos para que no los rechazara la progenitora. Preparaba las oposiciones para profesor de la Escuela Normal. Planchaba sus camisas, hecho poco frecuente entonces. La implicación de los varones en las tareas del hogar era mal vista por parte de la población.
Victoriano Tarancón Paredes, (26 años) maestro de Perdiguera. Era natural de Baraona (Soria), soltero. Fue acusado de indiferencia en materia religiosa y propagandista del laicismo, ser simpatizante del Frente Popular y “haber inculcado en los niños ideas disolventes”.
De Martín Artola Morrás apenas hay datos. Era natural de Ateca (Zaragoza), probablemente se trate del mendigo al que hace referencia el libro “La represión en Soria durante la guerra civil” de Gregorio Herrero Balsa y Antonio Hernández García.
La asociación Recuerdo y Dignidad tiene documentados 600 asesinatos similares solo en la provincia de Soria: Hay testimonios espeluznantes, en Neguillas los niños se abrazaban llorando a su profesor, Domingo Hernando, para que no se lo llevaran detenido. Fue inútil, lo asesinaron.