No es rabia por haber perdido estas elecciones.
Tampoco porque los que han ganado haya sido con mentiras. Al fin y al cabo la derecha sólo puede ganar con mentiras, es lo que tiene defender los intereses de apenas cincuenta familias. Las mismas de siempre. Casi todas ellas son las que ya saqueaban el país antes del 36.
La rabia es porque lleváis hablando de pucherazo desde hace años y ahora de pronto ya ni una palabra. En ningún sitio.
Y no es que aguante ver que en el fondo sabéis que son todo mentiras (que os parecen justas y necesarias pero solo hasta que os dejan de convenir) es que ahora lo que os merecéis que hiciera la izquierda es rechazar el resultado y tomaros la palabra para denunciar un pucherazo e impugnar los comicios... Pero como la izquierda no es la que cuenta las mentiras en esta historia, debe aceptar los resultados y tragar.
Y joroba bastante saber que vosotros nunca haríais eso. Sois más de poneros un casco de vikingo y tomar el capitolio, y todo eso.
Pero qué le vamos a hacer, a veces la superioridad jovenlandesal inherente a la izquierda es una carga muy dura.
Lo sé porque me pesa sobre los hombros cada puñetero día desde que tengo uso de razón. Es estropeado pero hace que me mire al espejo y me sienta orgulloso de ser como soy y de pensar como pienso.
Tomad nota y vivid con vuestra indigencia ética.