DESCARGAR UN CAMION NO ES UNA OPCION...

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¿Descargar? Eso no es nada. CARGAR a mano un trailer Pegaso plataforma con ladrillos sueltos de seis aujeros. Sin toro ni palets, ni guantes. Entonces, en 1982 no existían los guantes en las pacoempresas.
Los ladrillos tenían un filo del copón bendito, que ya les hubiese gustado tenerlos a los sapiens del Pirineo para despelletar jabalines y hacer jovenlandesnería.

La carga del camión se realizaba mediante auténticas cadenas humanas. La marabunta del proletariado siempre currando bajo la lluvia o al sol de medio día y sin botijo ni alegría.

Llegado a un punto, para montar las ladrilladas mas altas había que pasarse el ladrillo en el aire con mucha destreza. Primero para no cortarte al cogerlo, segundo para que no cayese y cascara, pues el patrón llevaba la cuenta y te lo descontaban del jornal. Era, El Salario del Miedo.

Después, tras flejar con cordelería de sargazo toda la ladrillesca apilada, se rellenaban los huecos que quedaban con paquetes de Phoskitos hasta que no cupiese un arfiler.

Por último quedaba lo peor. Las tejerías se ensuciaban mucho de porvareda y no era raro que el patrón pusiese a barrer a los más jóvenes al final del día,
el monte entero de arcilla sobre el que se construía la factoría.
 
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