En España se cumple esa frase de Margaret Tatcher: "La sociedad no existe".
Si tienes algún problema relacionado con la falta de vivienda o trabajo realmente estás muy estropeado. No hay prestaciones para vivir, lo que puedes conseguir son parches. No hay en España un horizonte que pueda revertir una mala situación. Es tu familia la que cumple la función que debería tener la sociedad.
Vivo en una zona de España con un paro endémico y crónico. Y eso me ha calado en los huesos. Es como una indefensión aprendida. Hice un carrera. Una ingeniería técnica. Lo hice para tener un trabajo. Y nabo. Crisis y a mirar al techo. No podía emigrar, si lo hacia podría ocurrir que al volver ya no tuviera raíces, ni familia ni nada.
Hice un grado profesional vocacional el año pasado, en algo que destaco mucho y ni siquiera he echado un solo currículum. El sector está en la miseria. Tengo 40 años y siento que no voy a trabajar nunca en la vida.
Toda la aspiración que yo puedo tener es la de ser heredero, pero mi familia me lo está poniendo imposible. El clásico heredero que espera tranquilamente a heredar, no es mi historia. Mi historia más bien se parece a guerras entre imperios por un mismo territorio, que previsiblemente acabará arrasado.
Mis padres se divorciaron cuando yo tenia 19 años. Ya lo he contado en otro hilo larguísimo. Desde entonces, ahora tengo 40 años, no han parado los procesos judiciales para disolver el que es mi principal medio de vida. Rumanas, triangulaciones, perfiles narcisistas, familiares suicidas, familiares ultrasádicos... solo han faltado las sectas.
Yo puedo vivir teniéndolo todo, sin tener que trabajar, con poco dinero si, pero libre. Si no hubiera problemas mi horizonte sería enviable. Pero al mismo tiempo todo el patrimonio está en el aire. Eso, y no tener opción de trabajar, ha arruinado mi salud mental hasta el punto de tener dos internamientos psiquiátricos. Yo no soy una persona normal pero no estoy loco. Jamás he perdido el contacto con la realidad. Es mi ánimo, la ansiedad, la distimia crónica... Esa incertidumbre continua me ha impedido tener un hogar como tal cosa y una familia como tal cosa. He vivido sin un hogar y sin unos familiares normales, que te protejan en los que puedas confiar. Continuamente he recibido mensajes contradictorios. Desde la sobreprotección al abandono. Eso genera bipolaridad.
Para muchos amigos, novias y colegas soy "el rico" cuando ven las propiedades de mi familia. Yo no suelo contar esto a nadie. Por dentro estoy hundido. Fingiendo algo que no soy simplemente con tal de no trasladar mis problemas a otras personas.
Lo que no se entiende no se quiere. Para poder hablar de mi he empleado las artes. Pero es insuficiente. Necesito poder contar qué me pasa. Hablar claramente. Esto es una forma de terapia.
De momento mi juventud ha volado. Tengo 40 años y la cara muy pocha. Cada vez lo estará más. Yo más que ganas de vivir tengo pánico.
Si tienes algún problema relacionado con la falta de vivienda o trabajo realmente estás muy estropeado. No hay prestaciones para vivir, lo que puedes conseguir son parches. No hay en España un horizonte que pueda revertir una mala situación. Es tu familia la que cumple la función que debería tener la sociedad.
Vivo en una zona de España con un paro endémico y crónico. Y eso me ha calado en los huesos. Es como una indefensión aprendida. Hice un carrera. Una ingeniería técnica. Lo hice para tener un trabajo. Y nabo. Crisis y a mirar al techo. No podía emigrar, si lo hacia podría ocurrir que al volver ya no tuviera raíces, ni familia ni nada.
Hice un grado profesional vocacional el año pasado, en algo que destaco mucho y ni siquiera he echado un solo currículum. El sector está en la miseria. Tengo 40 años y siento que no voy a trabajar nunca en la vida.
Toda la aspiración que yo puedo tener es la de ser heredero, pero mi familia me lo está poniendo imposible. El clásico heredero que espera tranquilamente a heredar, no es mi historia. Mi historia más bien se parece a guerras entre imperios por un mismo territorio, que previsiblemente acabará arrasado.
Mis padres se divorciaron cuando yo tenia 19 años. Ya lo he contado en otro hilo larguísimo. Desde entonces, ahora tengo 40 años, no han parado los procesos judiciales para disolver el que es mi principal medio de vida. Rumanas, triangulaciones, perfiles narcisistas, familiares suicidas, familiares ultrasádicos... solo han faltado las sectas.
Yo puedo vivir teniéndolo todo, sin tener que trabajar, con poco dinero si, pero libre. Si no hubiera problemas mi horizonte sería enviable. Pero al mismo tiempo todo el patrimonio está en el aire. Eso, y no tener opción de trabajar, ha arruinado mi salud mental hasta el punto de tener dos internamientos psiquiátricos. Yo no soy una persona normal pero no estoy loco. Jamás he perdido el contacto con la realidad. Es mi ánimo, la ansiedad, la distimia crónica... Esa incertidumbre continua me ha impedido tener un hogar como tal cosa y una familia como tal cosa. He vivido sin un hogar y sin unos familiares normales, que te protejan en los que puedas confiar. Continuamente he recibido mensajes contradictorios. Desde la sobreprotección al abandono. Eso genera bipolaridad.
Para muchos amigos, novias y colegas soy "el rico" cuando ven las propiedades de mi familia. Yo no suelo contar esto a nadie. Por dentro estoy hundido. Fingiendo algo que no soy simplemente con tal de no trasladar mis problemas a otras personas.
Lo que no se entiende no se quiere. Para poder hablar de mi he empleado las artes. Pero es insuficiente. Necesito poder contar qué me pasa. Hablar claramente. Esto es una forma de terapia.
De momento mi juventud ha volado. Tengo 40 años y la cara muy pocha. Cada vez lo estará más. Yo más que ganas de vivir tengo pánico.
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