Esta parte parece un poco de autojustificación. En todo caso, ya no tienes ese impedimento.
Pues fíjate que alguien, otra artista, me invitó a irme a EEUU. No me fui. Se fue mi obra, pero yo no, de momento.
¿Cómo me voy a ir a EEUU con una progenitora de 72 años en esa situación?
Mi progenitora es una persona dependiente, con una incapacidad reconocida, tiene una enfermedad degenerativa de sus sentidos.
Todo cuanto yo he deseado es que mi familia fuera un material estable para yo poder hacer mi vida pero mi casa es un incendio. Es así. El tiempo de largarse sin mirar atrás ya pasó. Y lo que yo encontré no fueron puertas abiertas. Lo que yo encontré fueron ciudades-máquinas y un sistema de depredación.
No tengo más que leer algunos mensajes para entender que esa rabia es uno de los estados naturalizados de ese estar en la máquina. Esa rabia se expía o sublima continuamente. Te conviertes en una lavadora centrifugadora.
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