La ciencia es del mundo, el conocimiento real es de Dios.
Y sí, toda palabra escrita en la Santa Biblia es palabra Divina, porque tanto como los profetas y apóstoles, fueron guiados por Dios.
Cristo Rey tenía solo de humano su cuerpo y aspecto, pero su alma era y es Divina, en Él jovenlandesaba y jovenlandesa el Espíritu Santo, siendo el mismísimo hijo del Altísimo y haciéndolo igual que a Dios, su Padre.
Cristo ya vio junto a Dios como Él creó a los humanos, al planeta, los animales, las plantas, los ángeles, querubines, serafines y el cosmos.