Su libro de petrocalipsis era potable. Atizaba a las renobobas sin piedad y apenas era ecologreto, pero tengo la sensación de que tras su intervención en el senado se quitó la careta y se unió con fervor a la ola decrecentista pro agenda 2030 que aboga por la total y absoluta destrucción de occidente.Es posible. Aún así el libro lo va a comprar su vieja.
En algo estamos de acuerdo, se va a decrecer, pero en ningún sitio pone que tengamos que suicidarnos nosotros ni acelerarlo artificialmente.