La de caricias mentales presuntamente filosóficas y jovenlandesales que puede hacer un pseudointelectualoide de éstos para justificar el imperialismo y el esclavismo del anglosionismo.
Y lo perversoss y arrastrados que pueden llegar a ser. Como Rusia no se deja meter más las manos en sus recursos y sus materias primas, tenemos que dejar de leer a Dostoievsky y de escuchar a Mussorgsky.
Y es tan lerdo el menda que no se ha dado cuenta de que a mí vecina no hace falta convencerla de esto porque no sabe ni quiénes son esos dos mendas ni en qué equipo juegan . Y a quien hah leído a Dostoievsky lo único que le puede provocar semejante discurso es repulsa o, en el mejor de los casos, indiferencia.