¿Cuándo se trazó la raya que divide Euskal Herria?

LA VASCONIA CITERIOR

Los territorios de Aquitania y Vasconia quedaron definitivamente divididos en el año 769. La primera, tras el asesinato del duque Waiofar (o Waifré), quedó en manos francas mientras que Vasconia siguió resistiendo al expansionismo carolingio. Toda la comarca tras*pirenaica formará parte del ducado de Vasconia, donde gobernaron doce duques, la mayoría de ellos soberanos aunque en difícil equilibrio, así hasta la creación del reino vascón en Pamplona. Los francos fueron minando su independencia sin lograrlo del todo, gracias a las dos victorias en Roncesvalles en los años 778 y 824. Pese a la primera gran derrota franca y sobre el año 781, Carlomagno dominaba la Vasconia Ulterior (lo que se convertirá en la romanzada Gascuña), mientras que la Vasconia Citerior (con una línea fronteriza demarcada por el río Adur) y el sur del Pirineo estaban libres del poder franco, con Pamplona como nuevo núcleo aglutinador.

En un documento del siglo XII recogido en el cartulario neցro de la catedral de Nuestra Señora de Auch se enumera una lista de los duques de Gascuña. Parece probable que Sancho III (llamado “Mitarra” o “Menditarra” -el montañés-, también conocido como “el Terrible”) fuera llamado por los vascos del norte en el 864 y que lo eligieran como duque. De él descendió la línea ducal que se extinguió en 1032 (cuando pasó al rey Sancho III el Mayor). En esta narración se ve el reconocimiento que los duques y vizcondes ultrapirenaicos rendían a las dinastías navarras y el deseo que éstos tenían de legitimarse a través de los reyes de Pamplona.

El duque de Gascuña, Sancho VI Guillermo, era pariente cercano del rey de Pamplona a través de su progenitora, Urraca Garcés, hermana de Sancho Abarca. Él reconocería la soberanía de su sobrino Sancho el Mayor sobre su ducado. Tanto es así que este último pudo convertir a Labort en vizcondado en el año 1023 en beneficio de otro pariente, Lope Sánchez, que le había servido en sus guerras. El mismo año aparece el vizcondado de Sola. Ambos vizcondados ostentan un mismo emblema: el león rampante de Gascuña o Vasconia, con los colores invertidos (con la diferencia de que el labortano también blande un arma).
 
VIZCONDADO DE LABORT

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Al morir sin descendencia el vizconde de Labort García Sancho, emparentado con la dinastía Jimena, Guillermo X de Aquitania y Alfonso el Batallador se disputaron designar un nuevo vizconde. En octubre del 1130 tropas encabezadas por el rey Alfonso sitiaron Bayona, pues el vizconde de Arberoa y ahora también nuevo vizconde de Labort, Arnaud Bertrand (primo de García Sancho), les cerró las puertas de la ciudad. El asedio se mantuvo hasta finales del año siguiente, aunque algunos historiadores sostienen que Bertrand no debió de ofrecer resistencia seria al ser simpatizante, como toda Gascuña, de los reyes navarros y habría llegado a abrirle las puertas sin empuñar las armas. Para entonces la antigua Lapurdum ya giraba en la órbita entre Pamplona y Burdeos.

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Alfonso I ‘el Batallador’

Asedio inglés

El hostigamiento que ejercieron los duques ingleses de Aquitania, especialmente Ricardo Corazón de León -quien se casaría con la infanta navarra Berenguela, hija de Sancho el Fuerte, en 1191-, obligó a Bertrand a abandonar Bayona, sede hasta entonces del vizcondado. Ya en el momento de la concesión del fuero (1174?), la firma de Arnaud Bertrand, como habría cabido de esperar, no figura al pie del documento. Ricardo asestó un duro golpe tanto a la nobleza como al clero al favorecer a los burgueses con aquel fuero. Contra Ricardo se alzaron los señores gascones y vascos en 1177, una sublevación que abarcó toda Gascuña y el País Vasco septentrional. Arnaud Bertrand se hizo fuerte en Bayona, ciudad que Ricardo asedió y, a los diez días, tomó. El vizconde abandonó entonces la ciudad y se retiró con su corte a Ustáriz (1178), buscando entre las gentes del campo la autoridad perdida en la villa.

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Ricardo ‘Corazón de León’, duque de Aquitania

El cerrojazo final a la autoridad vizcondal lo da la Carta de Malhechores de 1189, que colocó fuera de la ciudad de Bayona al baile, funcionario dependiente de Arnaud. Bayona, dotada de fuero, colocada bajo la autoridad de un senescal asistido por jueces consejeros, liberada en gran medida del obispo, queda así separada de vizcondado, es decir, de Labort, en su totalidad. Pero aun aquí, la autoridad vizcondal salió menoscabada, pues los labortanos compraron todos sus derechos y prerrogativas por 3.306 florines, con lo que no debió de ser más que una figura reverencial. En Ustáriz funcionó desde entonces un bailío cuya corte remplazó a la de Bertrand. No se sabe la fecha exacta de la fin de este desdichado vizconde, sólo que cuando ésta acaeció, antes de 1193, le sucedió su sobrino Guillermo Raimundo de Sault (o Zaldúa), último vizconde labortano, que vendió sus derechos a los duques de Aquitania (y reyes de Inglaterra) en 1194.

Conquista francesa

En 1438, las tropas de Carlos VII de Francia atacan Burdeos y Bayona, pero no logran capturarlas. Tras la toma del castillo de Guiche, en 1450, que defendieron el baile de Labort, Ogerot de Samper, y una pequeña flota bayonesa que remontó el río Adur, cae todo el vizcondado salvo Bayona. El 18 de marzo de 1450 los labortanos firmaron en el castillo bajonavarro de los Belzunce una convención reglamentando la entrada en la corona francesa mediante la conservación y el respeto por ésta de los fueros labortanos otorgados por el duque Guillermo hacia 1125.

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castillo viejo de Bayona, sede de los vizcondes de Labort

Bayona consiguió resistir hasta 1451. El 30 de junio cae Burdeos y Dax se somete, presentándose las tropas francesas ante la capital labortana, que se rendirá el 15 de agosto. Tras realizar sus propias capitulaciones con los vencidos, el 21 de agosto penetran los franceses en la villa. Las grandes ventajas de las que disfrutaba Bayona dentro de la corona inglesa desaparecen: incluso su fuero municipal va a ser recortado y perderá el derecho a designar a sus propios ejecutivos municipales. El cargo de baile volvió a vincularse en el siglo XVI a la familia Samper por enlace de la misma con los Chicón, barones de Arbona. En el sitio de Guiche murió Juan de Urtubia, señor del palacio de Lérruz.

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VIZCONDADO DE SOLA


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El vizcondado de Sola fue creado en 1023 entre el de Bearne, surgido hacia el 820 como súbdito de Gascuña, y el de Labort, instituido por el rey Sancho III el Mayor el mismo año. Sancho VI Guillermo, duque de Gascuña, inviste a Guillermo “Fort (Guillén “Azkar” en euskera) nuevo vizconde de Sola. Guillermo era un señor bigurdano y vizconde de Lavedán (cuando la Bigorra todavía era vascoparlante).

Este noble erigió un pequeño castro -inicialmente construido de tierra y madera, protegido por una empalizada y un foso- edificado, a su vez, sobre el emplazamiento de un antiguo oppidum en una colina que domina el valle de río Saisón; lo que le valió el favor de su señor el duque, quien con este nombramiento añadió en torno a 785 kilómetros cuadrados más a sus dominios. El aislamiento de aquel enclave en el corazón de la cadena pirenaica contribuyó a la constitución de este señorío que gozó de una autonomía y de una alodialidad de facto, aunque sujeto a constantes amenazas por la codicia de los vizcondes de Dax y Bearne.

Según la tradición, Guillermo Fort sería apodado “Mauvais Lion” o “Malus Leo” (fiero león). En esta época comienzan a crearse los apellidos de la nobleza en base a sus apelativos guerreros, y éste dará lugar al linaje de los Mauleón. Sus descendientes le sucedieron al frente del vizcondado durante poco más de dos siglos, dependiendo de su modesto pero estratégico castillo. La posición geográfica de aquel pequeño reducto conocido anteriormente como valle o tierra de Subola, entre Navarra y Aquitania, les obligaba a mantener una política pendular entre ambos poderes. También debían confiarse a los reyes de Pamplona para repeler al vizconde de Bearne.

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vista aérea del castillo-fortaleza de Mauleón

Raimundo Guillermo, apodado “Salamace”, sucedió a Guillermo Fort hacia 1040. En 1058, harto de las incursiones que Céntulo IV Gastón, vizconde de Bearne y Olorón, lanza contra su territorio, ataca el feudo del bearnés siendo éste asesinado en una emboscada por tropas suletinas. Al comprobar que, en represalia, los bearneses se disponían para invadir Sola y que no podría resistir, “Salamace” resolvió refugiarse en sus dominios de Lavedán. Raimundo Guillermo se dirigió a su primo Esteban de Lavedán, obispo de Olorón, en busca de protección y apoyo. Aprovechando la coyuntura, éste puso por condición que el vizconde, el clero y los habitantes de Sola, que pertenecían a la jurisdicción del obispado de Dax, fuesen devueltos a su diócesis de origen.

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abadía-monasterio de San Sabino en Lavedán

En 1078 Raimundo Guillermo firmó un tratado con Céntulo V Gastón, hijo del fallecido Céntulo IV, y juró con los caballeros suletinos ayudar al nuevo vizconde de Bearne y Olorón contra todos aquellos que le hicieran la guerra “menos contra el rey de Pamplona y el duque de Gascuña”, lo que indica ya una relación de vasallaje entre el vizconde suletino y Sancho Ramírez, rey de Pamplona y Aragón.

Sin embargo esta paz no sería duradera. Un año después de la fin de “Salamace”, en 1086, Guillermo VIII Geoffroy, duque de Aquitania y Gascuña, cedió a Céntulo V sus derechos de soberano sobre Sola, mientras el rey seguía siendo decano del castillo de Mauleón. El bearnés conminó al nuevo vizconde, Guillermo Fort II, a acudir a rendirle pleitesía en Navarrenx. Ante su negativa, Céntulo V invadió Sola y concedió el fuero de Olorón a los habitantes de Montori. A la fin de Céntulo, en 1090, Guillermo selló una alianza con el vizconde de Dax con la finalidad de reconquistar sus posesiones. Se desató una cruenta lucha que duró hasta 1105, cuando el vizconde suletino recobró sus bienes.

Para evitar estos ataques del Bearne y de cualquier otro señor de Aquitania, Gassión (o Garción), hijo de Guillermo Fort II, se puso al servicio de Alfonso I el Batallador, rey de Pamplona y Aragón, a quien rindió homenaje en Morlás junto con el conde de Bigorra en 1122. Le apoyó con sus hombres en la reconquista de territorios a los almorávides en Aragón. El rey le premió con la tenencia y rentas del señorío de Belorado, en Burgos, -haciendo de él un ricohombre- y le ayudó a fortificar su castillo. En 1125 se erige, sobre el anterior, la fortaleza de piedra calcárea conocida como castillo de Mauleón, que dará nombre a la villa que se crea a sus pies.

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puerta de entrada al castillo-fortaleza de Mauleón

Gassión de Mauleón fue el padre de Auger (Oger u Oier), quinto vizconde de Sola, que le sucedió y dejó, a su fin, el vizcondado a su hija Navarra, sexta vizcondesa de Sola y esposa de Auger de Miramont, vizconde de Tursán, quien había participado en la reconquista de Zaragoza de 1118 y murió durante el sitio de Calatayud en 1120. Es en esa época cuando Sola pasará a soberanía inglesa.

El ducado de Aquitania se había formado con los territorios vascones que conservaron sus instituciones. Tras el enlace entre Leonor de Aquitania y Enrique de Plantagenet, en 1152, el ducado pasó a formar parte de la corona inglesa, que se volvió muy poderosa. En sus primeros tiempos, la administración inglesa respetó las instituciones locales y los vizcondes siguieron gobernando Sola como antes de ella. Bernardo Sancho, séptimo vizconde de Sola, sucedió a su tía, Navarra, hacia 1170 y falleció en 1178. Raimundo Guillermo II, tío lejano de ésta, le sucedió como octavo vizconde de Sola.

A pesar de la ocupación formal por parte de Inglaterra y Aquitania, en Sola no hubo una presencia constante de funcionarios ingleses, donde tuvieron una influencia limitada, y el vasco y el gascón continuaron siendo las lenguas predominantes. Aunque la región estaba vinculada políticamente a Aquitania, el vizcondado preservó su propia estructura política y militar. Es a partir de este momento cuando vemos cómo se estrechan aún más los lazos con Navarra, para contrapesar, sin duda, la influencia inglesa.

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mapa del Imperio Angevino

Aunque Sola pasó formalmente a estar bajo el control del Imperio Angevino, el pequeño vizcondado siguió contando con un ejército propio y rendía vasallaje tanto al rey de Inglaterra (titular de Aquitania) como al de Navarra. Sorteando esta compleja dualidad de lealtades, Sola continuó asistiendo regularmente a las Cortes navarras, lo que subraya su vínculo, tanto político como cultural, con aquel reino. En 1196 Raimundo Guillermo II acude a la Corte de Olite para solicitar el arbitraje de Sancho el Fuerte en el conflicto que mantenía con Gastón VI, vizconde de Bearne; enfeudado como estaba su rival al reino de Aragón.

En 1203, el noveno vizconde de Sola, Raimundo Guillermo III, fue testigo en el homenaje que Viviano II de Gramont, uno de los señores más poderosos en Labort y Baja Navarra, rindió al rey Sancho el Fuerte por el castillo de dicho lugar, en reconocimiento de su soberanía. Este juramento simbolizaba la importancia de las relaciones interregionales en una época de constantes conflictos y alianzas, en la que los señores de Sola buscaban preservar su independencia mientras mantenían relaciones diplomáticas con potencias más grandes.

El año siguiente, en 1204, Alfonso VIII, rey de Castilla, invadió Sola y Labort reivindicando los derechos de su mujer sobre Gascuña. En efecto, éste había casado con Leonor Plantagenet, hija de Enrique II. Una alianza entre el rey navarro y Juan sin Tierra, rey de Inglaterra, obligó a Alfonso VIII a poner fin a su empresa y Sola continuó bajo dominio inglés.

Tras la fin del rey Sancho el Fuerte, en 1234, el décimo vizconde de Sola, Raimundo Guillermo IV, juró lealtad a Teobaldo I de Navarra. El juramento incluía una excepción notable: su lealtad no se aplicaría si el duque de Aquitania, que ya ocupaba Sola, entraba en conflicto con Navarra. Esto reflejaba la precaria situación política del vizcondado, que trataba desesperadamente de subsistir entre ambas potencias. Raimundo Guillermo IV también empeñó mediante homenaje su castillo como garantía de un préstamo concedido por Teobaldo I.

En 1244, Raimundo Guillermo V renovó el homenaje que su padre le había hecho a Teobaldo añadiendo otra cláusula. El suletino se comprometía a servirle contra toda clase de enemigos -especialmente contra el vizcondado de Bearne y el señor de Gramont-, salvo los de las tierras que el rey inglés poseía en Gascuña. Pero si el citado rey invadía el reino de Navarra, también contra él se comprometía a luchar como leal vasallo del rey navarro. Este nuevo pacto evidencia cómo los vizcondes de Sola maniobraban para salvaguardar sus intereses territoriales y políticos manteniéndose fieles a Navarra.

En 1252, Raimundo Guillermo V, junto con el vizconde de Bearne, se rebeló contra el control angevino para sustraer Gascuña de la dominación inglesa, dejando de acudir a la asamblea de feudatarios. Sin embargo, la rebelión fracasó cuando Enrique III de Inglaterra envió a su cuñado Simón de Monfort, conde de Leicester, al frente de tropas aquitanas que invadieron Sola y asaltaron Mauleón por sorpresa. Asediado en su castillo, Raimundo Guillermo V es hecho prisionero por Monfort, que lo libera a cambio de comprometerse a sufragar un rescate de 10.000 sueldos morlanes, de los cuales sólo pagó 4.000.

La paz no fue duradera, pues el príncipe Eduardo de Inglaterra, interesado en la posición estratégica del castillo de Mauleón, vuelve a atacar Sola los años 1255 y 1256, siendo en ambas ocasiones rechazado por el vizconde. En 1257 Sola fue invadida de nuevo por una armada inglesa capitaneada por el senescal de Aquitania, Etienne de Longue-Épée o Longespée (larga espada) apoyado por tropas del labortano señor de Sault (Zaldúa). Raimundo Guillermo V luchó con denuedo hasta morir en combate en la villa de Arúe (Arüe, en suletino). Su viuda e hijos organizaron la defensa del castillo, donde una de las barbacanas había caído en poder enemigo. Oger III, hijo del caído vizconde, y su progenitora doña Marquesa resistieron sitiados en la torre del homenaje hasta que Gastón VII, vizconde de Bearne, acudió para arbitrar la paz entre ellos.

En 1258 el castillo de Mauleón estaba bajo control bearnés y Oger III retomó las armas. A pesar de la alianza con el príncipe Eduardo de los señores suletinos de Ozeráin y Domezáin, consigue derrotarles, venciendo después y expulsando de Sola al senescal Longue-Épée. En 1261 el príncipe inglés volvió a sitiar el castillo. Oger sólo accedió a ceder sus derechos sobre Sola -tras la intercesión papal y por orden de los reyes de Navarra y de Francia- a cambio de la concesión de señoríos en Laharie, Saas, Angoumé y Maransín (tierras todas ellas de las Landas), manteniendo el título de vizconde de Sola. El castillo de Mauleón pasó a manos del rey de Inglaterra y el vizcondado quedó en adelante sometido al gobierno del senescal de Gascuña, representado por el capitán o castellano de Mauleón.

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escudo de Sola emblema de los Mauleón

Tras su derrocamiento, Oger III partió para servir al rey de Navarra. En 1274 tomó como armas el “escudo de gules con el león de oro”, tomando del león de Vasconia o Gascuña. En 1295 aprovechó la reanudación de la guerra entre el rey francés Felipe el Hermoso y Eduardo I de Inglaterra para reconquistar el castillo de Mauleón. En efecto, el vizconde de Sola se puso del lado de Felipe IV, éste también rey de Navarra desde su matrimonio con la heredera del reino y estando el vizconde, desde 1261, al servicio de los reyes de Navarra. En 1299 Oger III fundó la villa fortificada de Tardets (Atharratze en euskera). En 1307, tras la paz franco-inglesa de 1303 que devolvió Aquitania a los ingleses, se vio obligado a obedecer a Luis le Hutin (el obstinado), rey de Navarra e hijo heredero del rey de Francia, devolviendo el castillo de Mauleón a un capitán al servicio del rey inglés a cambio de la fortaleza y señorío de Rada y Traibuenas y las villas de Mélida, Aráiz, Berbinzana, Cahes, Azteráin, Zabalza y los bosques de Bidarray y Lacunza.

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villa de Tardets - Atharratze

En 1307 Oger de Mauleón se retiró definitivamente a Navarra en lugar de someterse al rey de Inglaterra. No cabe aquí seguir las posteriores andanzas del citado vizconde que acabó sus días (1318) en la Corte de Olite, donde fue nombrado alférez regio y señor de Rada.

A pesar de este cambio significativo, Carlos de Beaumont, hijo ilegítimo del infante Luis de Navarra -primer conde de Beaumont-, castellano de San Juan Pie del Puerto, fue también castellano de Bayona y Mauleón. El poder de los Beaumont sobre Sola duró hasta 1449. Aquel año, los conflictos entre las facciones nobiliarias beamontesas y agramontesas fueron aprovechados por Gastón IV de Foix, vizconde de Bearne, para apoderarse de Mauleón en nombre del rey de Francia; aunque la corona francesa no consolidó su control efectivo sobre el territorio hasta 1478. Tras conquistar Sola, Gaston IV continuó su campaña hacia Bayona.

Incluso tras la conquista de Navarra, parte de Sola se mantuvo integrada en la Baja Navarra hasta su anexión forzosa a Francia en 1620, lo que marcó el fin definitivo del dominio navarro sobre la región.
 
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BAJA NAVARRA

La Baja Navarra fue tomada por los ejércitos de Fernando el Católico durante la conquista de Navarra y los reyes navarros tuvieron que refugiarse en sus dominios del Bearne, desde donde organizaron la resistencia. Sin embargo, fue abandonada definitivamente en 1530 por orden de su nieto el emperador Carlos V (aconsejado por el segundo duque de Alba, quien en 1512 debió dejar su plaza en San Juan Pie del Puerto para auxiliar a una Pamplona asediada por los agramonteses) debido al alto coste de la defensa de aquel territorio de ultrapuertos -pues sufría constantes ataques de los destituidos monarcas navarros, que trataban de recuperarlos con ayuda de Francia- y el nulo beneficio obtenido por su mantenimiento.

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el emperador Carlos I de España y V de Alemania

Expedición punitiva del príncipe de Orange

En 1523 el rey Carlos I ordenó una expedición de castigo para someter o destruir las fortalezas agramontesas en las tierras de ultrapuertos. El emperador, por una parte, se mostrará indulgente para obtener la obediencia de los rebeldes y, por otra, será inflexible con los resistentes. En noviembre, nombró a Filiberto de Chalôns, príncipe de Orange, comandar un ejército que debía desalojar a los agramonteses de sus bastiones en Baja Navarra. Tras cruzar el Bidasoa se vio forzado a desistir, sin embargo, de sitiar Bayona ante la eficaz defensa de la ciudad que opuso Odet de Cominges, vizconde de Lautrec. Frustrado por este fracaso, Filiberto asoló Ustáriz y se dirigió a la Baja Navarra, donde se fortaleció recibiendo refuerzos de Pamplona.

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ruinas del castillo de Gramont o Agramont

El castillo de Bidache, baluarte de los señores de Agramont, ofrece resistencia en diciembre de 1523. El ejército castellano incendió la fortaleza y todos sus defensores perecieron. Después, el príncipe de Orange devastó el vizcondado de Sola y tomó el castillo de Mauleón, que capituló. A continuación penetró en el Bearne y asedió Salvatierra, que era defendida por Etienne de Albret. A él se unieron 3.000 aragoneses que habían entrado por Somport y no pudieron tomar Olorón, defendida por el senescal de Bearne. Juntos capturaron al asalto Salvatierra. Tras hacerse con Navarrenx, Filiberto amenazó a Orthez, pero no avanzó más. Saqueó la localidad fortificada de Hastingues (o Hastings), al borde del río Adur, donde acababa Navarra y comenzaban las comarcas landesas de los Albret. El príncipe inició su regreso a la península, no sin antes arrasar las localidades de Sorde-l’Abbaye y Peyrehorade. Antes de llegar a Guipúzcoa en enero de 1524, las tropas de Filiberto también saquearon a su paso Biárriz, San Juan de Luz y otras villas labortanas. Tras esta campaña militar, Enrique III de Navarra trasladó formalmente la capitalidad de su reino de San Juan Pie del Puerto a Saint-Palais (San Pelayo).

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Filiberto de Chalôns, príncipe de Orange

Carlos V concluye en 1530 que el mantenimiento de las tierras de ultrapuertos es demasiado costoso y que pueden abandonarse en favor de los Albret. De ese modo, retomarían éstos seguridad y complacencia en su plena soberanía y pensarían menos en reconquistar la Navarra sudpirenaica. El emperador concedió a los habitantes de esos territorios el goce de los mismos privilegios que los demás navarros, pudiendo obtener empleos políticos y militares así como beneficios eclesiásticos en todos los reinos de España. Así fue reconocido por la corona hasta las Cortes de Tudela de 1583, en las que se solicitó que los ultrapirenaicos fueran tenidos por extranjeros con el objetivo de permeabilizar la frontera francesa.

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mapa del Reino de Navarra durante la etapa de su conquista


El territorio pasó definitivamente a Francia a consecuencia del enlace de Juana de Albret con el duque Antonio de Borbón y después del del hijo de éstos con la princesa Margarita de Valois, convirtiéndose en el rey Enrique IV en 1589. Así, los monarcas galos se intitularon "Reyes de Francia y de Navarra”.

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vidriera en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en San Juan Pie del Puerto
 
Falso.
Fué la monarquía hispánica y sin consultar las Cortes Catalanas.
Y que pintan las cortes catalanas en el rosellon?
Los condados catalanes eran una posesión de la corona aragonesa como el rosellon.
 
jorobar, que en pleno siglo XXI aun se este con estas magufadas.
 
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