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Madmaxista
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Cuando la ciencia quiso pelear con la fe, siempre venció la fe: Científico holandés
(Gaudium Press) Recordaba por estos días Religión En Libertad la entrevista que sobre su última obra hizo al científico holandés y doctor en
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(Gaudium Press) Recordaba por estos días Religión En Libertad la entrevista que sobre su última obra hizo al científico holandés y doctor en filosofía Juleon M. Schins, que contiene interesantes afirmaciones sobre la inexistente contraposición entre ciencia y fe.
Schins es doctor en física molecular, doctor en filosofía, ha sido profesor de nanotecnología, tiene estudios de postgrado en Biofísica, en fin, títulos no le faltan para hablar desde la ciencia, y aunque se dice no teólogo, se explaya en estos campos como un conocedor. Y claro, es católico.
Después de afirmar que “no puede haber contraposición entre ciencia y fe, ni real, ni aparente”, el científico hace una afirmación con perspectiva histórica: “Siempre que pareció haber una contraposición entre ciencia y fe, ganó la fe”.
Y da ejemplos:
“Como en el caso de Fred Hoyle y su universo eterno sin inicio. O en el caso del pecado original: según la genética, hubo un bottleneck [cuello de botella] de la especie humana hace 200.000 años; esto puede interpretarse como la supervivencia de Noé y los suyos; como la pareja inicial, Adán y Eva, puede haber vivido hasta hace siete millones de años, va a ser muy difícil demostrar genéticamente la imposibilidad de que toda la humanidad descienda de una sola pareja. En cuanto al caso Galileo, allí tampoco hubo contraposición: los jesuitas astrónomos estaban de acuerdo con él y hasta le ayudaron identificar errores en su razonamiento; los que provocaron la crisis fueron los filósofos aristotélicos”, afirma.
Pero al final, ¿ciencia y fe no son campos independientes?
“Ciertamente son campos independientes – responde, en el sentido de que contemplan una misma realidad desde distintos puntos de vista. Nunca he conocido una conversión a la fe por las ciencias cuantitativas. ¡Así que espero poco, desde el punto de vista apologético, de las reflexiones de mi libro sobre las desigualdades de Bell o la causalidad cuántica…! Sí conozco bastantes ejemplos de sabios en la historia de la Iglesia, o entre los mismos Padres [de la Iglesia], que se han convertido por su conocimiento científico (argumentos históricos, teológicos, patrísticos, no cuantitativos), como el americano Scott Hahn, la holandesa Cornelia de Vogel o la judía alemana Edith Stein. Muchísimos más ejemplos conozco de científicos no creyentes que se han convertido a través de un amigo creyente y a base de argumentos no-científicos”.
Sobre los científicos que se declaran ateos, él opina que “ganan un dinerillo bastante interesante por escribir tonterías acerca de un dios que [para ellos] no existe”; y sobre la actitud del científico ante el milagro, que es una suspensión de las leyes que Dios estableció para la naturaleza, decía Schins que debería ser “la misma de un no-científico, salvo en el caso de que el científico sea un experto en la materia del mismo milagro. Entonces tiene su parte de responsabilidad en convencer a los demás del carácter milagroso de los hechos considerados”.
Como buen hombre de ciencia, Schins recomendaba a la Iglesia volverse experta en estadísticas, que terminarían confirmando a nivel sociológico su perenne enseñanza: “salir a la calle y buscar datos, por ejemplo, sobre la delincuencia en función de la educación primaria y secundaria recibida. O, en cuanto al aborto y las uniones gayses, yo no me centraría tanto en las leyes. A mayor libertad de aborto, más se desenmascara a los abortistas. Cuantas más adopciones por parejas gayses haya, más oportunidades se presentan para hacer tesis doctorales que expliquen cuantitativamente su desastre educativo-emotivo-psicológico”.