Aquí se puede montar una buena. Con el sínodo a las puertas (en octubre, si no me equivoco) donde van a tratar sobre el fin del celibato sacerdotal, la ordenación de mujeres y otras lindezas. Con una Iglesia católica que ha perdido sólo en el último año en Alemania 400.000 fieles y amenaza cisma.
La situación es explosiva. Y Viganò no es un grupo de monjitas de Belorado, no. Hay mucha gente hasta los huevones del rumbo que ha tomado Roma y el proceso a Viganò puede ser la mecha que haga volar todo.