Militar que se casa con engendro cuya mochila eran dos críos de otra pareja. Les da sus apellidos.
Por la locura de ella, llevan un tren de vida muy por encima de sus posibilidades, lo que provoca un grave endeudamiento.
Ella decide meter en casa a sarraceno ilegal, para que la “ayude” con las labores de casa.
Termina el pobre pardillo durmiendo en el sofá escuchando el cabecero de la cama de al lado, con el jovenlandés dándole candela al engendro.
Finalmente se marcha de casa, y debe pagar pensión por dos críos que ni siquiera son suyos.
alucinas chaval