En mis tiempos para cascarse unos litros teníamos cuatro opciones:
Alcázar, cerveza de los lagartos sorprendentemente decente para ser hecha en Jaén:
San Miguel, rara de encontrar porque les salía caro a los que vendían y no siempre teníamos ganas de cruzarnos el pueblo para ir al centro comercial a comprarlas a temperatura ambiente, encima. En invierno, con dejarlas a la rasca, se enfriaban solas... pero no, ni por esas
Pero era una buena cerveza, un sabor bastante afinado:
... la
Cruzcampo, claro. Criticada, vilipendiada por los paladares acostumbrados a ese mejunje con nombre de maullido de gato... y que en esas fechas para mi era mejor que la Mahou:
Y finalmente la
Mahou, que en los noventa era una cosa y que ahora ha mejorado bastante. Pero sigue con nombre de maullido de gato:
Sin muchas opciones y sin el sibaritismo actual, alternábamos entre la San Miguel (cuando se podía) y la Alcázar (principalmente), no haciendo ascos a la Cruzcampo y tomando Mahou si y solamente si no había otra alternativa.