Cui Bono
So far, so good
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Traigo este testimonio para que entendamos en qué ralea (con excepciones muy meritorias) confiamos la educación de nuestros hijos:
Texto:
Nunca he tenido intención de revelar aquí quién soy ni a qué me dedico, pero me están hinchando tanto las pelotas que me parece necesario explicar que llevo casi un cuarto de siglo como profesor de secundaria.
He conocido algunos cientos de profesores y varios miles de alumnos
Creo que eso me da derecho a opinar sobre la educación y los problemas de esta que son responsabilidad del profesorado: falta de formación, de vocación y el peor de todos... el desprecio por los alumnos. Para no pocos profesores los alumnos son seres inferiores
Llevo todos estos años escuchado q cada día son peores, más vagos, más burros y peor educados. Sucede que esto ya lo escuchaba de alumno y me cuesta trabajo creer posible esta infinita degeneración, sospecho que en todo este tiempo ya habrían alcanzado el mas abyecto salvajismo
Sin embargo, algún alumno sabe más inglés que todo el departamento de inglés, de ofimática la media del alumnado está muy por encima de la del profesorado, algunos leen más que sus docentes y muchos son bastante más inteligentes que sus profes.
Pero son seres inferiores.
Y aquí es donde entra la el bichito.
Ya se sabe cómo lleva la humanidad eso de la plagas y los inferiores. Véase la persecución de minorías durante la peste de color o cualquier epidemia.
Pero ahora como somos seres civilizados esta feo eso de señalar a las minorías.
Así que se inventaron un grupo un tanto etéreo: los irresponsables. Y para lo más palpable y evidente: LOS NIÑOS.
El ministro de sanidad se atrevió a referirse a ellos como vectores de trasmisión
¿Alguien se imagina semejante expresión dedicada a cualquier otro grupo social?
Qué escandalo!!
Así que a los profesores les tocaba lidiar con lo peor. Que desde el mismo inicio todas las evidencias indicasen que a los niños y adolescentes no les afectaba nada, no importaba. Lo primero en caer fue el deporte escolar y los colegios
Y buena parte del profesorado encantado. Libre del contacto con los infraseres.
El curso finiquitado sin más como si lo de la educación fuese broma.
Y cuando se reiniciaron las clases, los alumnos se vieron sometidos a un regimen carcelario
Y al sermón interminable de los carceleros:
"Se está muriendo mucha gente"
"Creéis que a vosotros no os puede apiolar?"
"A mi me importa mi familia no como a vosotros"
"-¿Por que estornudas?
-Es la alergia.
-Así no puedes estar en clase. -
-Es alergia.
¡VETE PARA CASA! "
"¿Quieres que se mueran tus abuelos?"
"Basta con tocar el botón de ascensor y ya te contagias"
"Meted los exámenes en este portafolios, yo no los pienso tocar en 5 días"
"Sube la mascarilla"
"No vuelvas clase con esa mascarilla de tela se te cae de la nariz todo el rato"
"-Hace mucho frío, ¿podemos cerrar la ventana?
-YO TENGO FAMILIA!!"
Todo lo anteriores son frases y diálogos relatados por mis alumnos y mis hijos. 100% ciertos,
Pero el peor caso es lo sucedido tras el contagio de tres compañeros que se infectaron durante un puente.
Viajaron juntos y regresaron un lunes sin síntomas, el martes uno de ellos enfermó y los otros dos se quedaron en casa, bien sabían que durante el viaje habían sido contactos estrechos. El miércoles se confirmó el positivo del primero y el jueves el de los otros dos.
Y el viernes una compañera abroncaba a los alumnos de primero de bachiller porque "a vosotros no os pasa nada pero sois los que contagiáis a la gente"
En ninguno de los casos de contagios de profesores de mi centro se ha encontrado nexo con el alumnado, pero qué más da.
A mí me ha dicho una alumna (que ahora está en tratamiento): cuando te escucho me quedo más tranquila, pero luego vienen los otros.
Algunos profesores han aterrado a los alumnos pensando que esa era su obligación. Otros para garantizar su propias seguridad
Eso son los que los desprecian, los que ahora enloquecen con los patios libres de mascaras. Y enloquecen porque saben que lo siguiente es la retirada del cubreboca en el aula.
Alguno lo temen porque creen que pueden contagiarse.
Otros porque temen ver los rostros de los alumnos
Esos rostros que se muestran burlones cuando el profesor se equivoca, desafiantes ante las ordenes, enfadados ante las injusticias...
La mascarilla oculta todo eso, la burla, el enfado, el desagrado no se trasmiten al compañero y así se tiene un alumnado sumiso
Luego dirán que es por la salud de los alumnos.
Pues hablemos de salud.
En mi centro no se puso un pero a lo indicado por el ministerio de sanidad, no hay ambigüedad posible, no hay lugar para mascaras en los espacios abiertos de ningún centro educativo.
El resultado fue que el mismo jueves la mayoría de los alumnos paseaban por el patio sin mascarilla, el porcentaje de enmascarados descendía en los cursos altos. Pero con las alumnas no sucedía los mismo. Había más chicas sin cubreboca en los primeros cursos de la ESO
En los cursos de bachillerato todas la alumnas llevaban mascaras. Pero la mayoría mal colocada con la nariz por fuera. Al volver del recreo pregunte a algunas alumnas y todas contestaron lo mismo: es que da vergüenza.
Creo que es fácil entender el enorme daño causado con la salvaje imposición de las mascaras. Hay alumnas (supongo que también alumnos pero menos) que no se atreven a mostrar el rostro a sus compañeros.
Al relatar esto en casa, mi hija me ha contado que una amiga le ha confesado que espera que no quiten nunca las mascaras porque no quiere llevar la cara descubierta.
Esto es solo la punta del iceberg del daño causado por la mas vejatoria de las medidas.
Y mientras tanto algunos desalmados que se dicen profesores se atreven a mantener la mascarilla en los patios o a exigir su regreso.
Al parecer los 10.000.000 de contagios producidos tras su imposición de la mascarilla en España no los convence de su inutilidad.
Muchos profesores aprecian a sus alumnos y están en esto por la inmenso satisfacción que produce captar la atención y despertar la curiosidad de esos muchachos, a esos sí les preocupa el bienestar del alumno, pero nos hemos dejado acallar por un puñado de malnacidos histéricos.
Ya ha estado bien.
Yo, como profesor y por el bienestar y la salud de mis alumnos, exijo la retirada de las mascaras en los centros educativos.
Texto:
Nunca he tenido intención de revelar aquí quién soy ni a qué me dedico, pero me están hinchando tanto las pelotas que me parece necesario explicar que llevo casi un cuarto de siglo como profesor de secundaria.
He conocido algunos cientos de profesores y varios miles de alumnos
Creo que eso me da derecho a opinar sobre la educación y los problemas de esta que son responsabilidad del profesorado: falta de formación, de vocación y el peor de todos... el desprecio por los alumnos. Para no pocos profesores los alumnos son seres inferiores
Llevo todos estos años escuchado q cada día son peores, más vagos, más burros y peor educados. Sucede que esto ya lo escuchaba de alumno y me cuesta trabajo creer posible esta infinita degeneración, sospecho que en todo este tiempo ya habrían alcanzado el mas abyecto salvajismo
Sin embargo, algún alumno sabe más inglés que todo el departamento de inglés, de ofimática la media del alumnado está muy por encima de la del profesorado, algunos leen más que sus docentes y muchos son bastante más inteligentes que sus profes.
Pero son seres inferiores.
Y aquí es donde entra la el bichito.
Ya se sabe cómo lleva la humanidad eso de la plagas y los inferiores. Véase la persecución de minorías durante la peste de color o cualquier epidemia.
Pero ahora como somos seres civilizados esta feo eso de señalar a las minorías.
Así que se inventaron un grupo un tanto etéreo: los irresponsables. Y para lo más palpable y evidente: LOS NIÑOS.
El ministro de sanidad se atrevió a referirse a ellos como vectores de trasmisión
¿Alguien se imagina semejante expresión dedicada a cualquier otro grupo social?
Qué escandalo!!
Así que a los profesores les tocaba lidiar con lo peor. Que desde el mismo inicio todas las evidencias indicasen que a los niños y adolescentes no les afectaba nada, no importaba. Lo primero en caer fue el deporte escolar y los colegios
Y buena parte del profesorado encantado. Libre del contacto con los infraseres.
El curso finiquitado sin más como si lo de la educación fuese broma.
Y cuando se reiniciaron las clases, los alumnos se vieron sometidos a un regimen carcelario
Y al sermón interminable de los carceleros:
"Se está muriendo mucha gente"
"Creéis que a vosotros no os puede apiolar?"
"A mi me importa mi familia no como a vosotros"
"-¿Por que estornudas?
-Es la alergia.
-Así no puedes estar en clase. -
-Es alergia.
¡VETE PARA CASA! "
"¿Quieres que se mueran tus abuelos?"
"Basta con tocar el botón de ascensor y ya te contagias"
"Meted los exámenes en este portafolios, yo no los pienso tocar en 5 días"
"Sube la mascarilla"
"No vuelvas clase con esa mascarilla de tela se te cae de la nariz todo el rato"
"-Hace mucho frío, ¿podemos cerrar la ventana?
-YO TENGO FAMILIA!!"
Todo lo anteriores son frases y diálogos relatados por mis alumnos y mis hijos. 100% ciertos,
Pero el peor caso es lo sucedido tras el contagio de tres compañeros que se infectaron durante un puente.
Viajaron juntos y regresaron un lunes sin síntomas, el martes uno de ellos enfermó y los otros dos se quedaron en casa, bien sabían que durante el viaje habían sido contactos estrechos. El miércoles se confirmó el positivo del primero y el jueves el de los otros dos.
Y el viernes una compañera abroncaba a los alumnos de primero de bachiller porque "a vosotros no os pasa nada pero sois los que contagiáis a la gente"
En ninguno de los casos de contagios de profesores de mi centro se ha encontrado nexo con el alumnado, pero qué más da.
A mí me ha dicho una alumna (que ahora está en tratamiento): cuando te escucho me quedo más tranquila, pero luego vienen los otros.
Algunos profesores han aterrado a los alumnos pensando que esa era su obligación. Otros para garantizar su propias seguridad
Eso son los que los desprecian, los que ahora enloquecen con los patios libres de mascaras. Y enloquecen porque saben que lo siguiente es la retirada del cubreboca en el aula.
Alguno lo temen porque creen que pueden contagiarse.
Otros porque temen ver los rostros de los alumnos
Esos rostros que se muestran burlones cuando el profesor se equivoca, desafiantes ante las ordenes, enfadados ante las injusticias...
La mascarilla oculta todo eso, la burla, el enfado, el desagrado no se trasmiten al compañero y así se tiene un alumnado sumiso
Luego dirán que es por la salud de los alumnos.
Pues hablemos de salud.
En mi centro no se puso un pero a lo indicado por el ministerio de sanidad, no hay ambigüedad posible, no hay lugar para mascaras en los espacios abiertos de ningún centro educativo.
El resultado fue que el mismo jueves la mayoría de los alumnos paseaban por el patio sin mascarilla, el porcentaje de enmascarados descendía en los cursos altos. Pero con las alumnas no sucedía los mismo. Había más chicas sin cubreboca en los primeros cursos de la ESO
En los cursos de bachillerato todas la alumnas llevaban mascaras. Pero la mayoría mal colocada con la nariz por fuera. Al volver del recreo pregunte a algunas alumnas y todas contestaron lo mismo: es que da vergüenza.
Creo que es fácil entender el enorme daño causado con la salvaje imposición de las mascaras. Hay alumnas (supongo que también alumnos pero menos) que no se atreven a mostrar el rostro a sus compañeros.
Al relatar esto en casa, mi hija me ha contado que una amiga le ha confesado que espera que no quiten nunca las mascaras porque no quiere llevar la cara descubierta.
Esto es solo la punta del iceberg del daño causado por la mas vejatoria de las medidas.
Y mientras tanto algunos desalmados que se dicen profesores se atreven a mantener la mascarilla en los patios o a exigir su regreso.
Al parecer los 10.000.000 de contagios producidos tras su imposición de la mascarilla en España no los convence de su inutilidad.
Muchos profesores aprecian a sus alumnos y están en esto por la inmenso satisfacción que produce captar la atención y despertar la curiosidad de esos muchachos, a esos sí les preocupa el bienestar del alumno, pero nos hemos dejado acallar por un puñado de malnacidos histéricos.
Ya ha estado bien.
Yo, como profesor y por el bienestar y la salud de mis alumnos, exijo la retirada de las mascaras en los centros educativos.