MarcoFurioCamilo
Madmaxista
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Los Juegos Olímpicos son prohibidos por Teodosio I. La pregunta, ¿por qué? ¿Vieron alguna contradicción entre ser cristiano y la superación personal?:
No obstante, aún siguen habiendo rebeliones anticristianas en el siglo VI:
O incluso en el siglo IX (!!):
EL MARTIRIO DE HIPATIA COMO EJEMPLO DE TERRORISMO CRISTIANO
Alejandría, Egipto, año 415. La protagonista es Hipatia (370-415), filósofa y matemática instruida por su padre, el también famoso filósofo y matemático Teón de Alejandría. Los biógrafos de Hipatia dicen que por las mañanas dedicaba varias horas al ejercicio físico, y que posteriormente tomaba baños relajantes que le ayudaban a concentrar su mente para dedicar el resto del día al estudio de la filosofía, la música y las matemáticas. Hipatia era virgen y casta, es decir, estaba al nivel de una sacerdotisa. Era, en suma, una mujer sabia, "un ser humano perfecto", tal y como había querido su padre. Hipatia regentaba, además, una escuela filosófica, de la cual tenía excluidas a las mujeres (eso para darles pensamiento a las feministas que han intentado "feministizar" la figura de Hipatia en tiempos recientes).
El pez rellenito de Alejandría durante aquella época era el arzobispo Cirilo (370-444), sobrino del anteriormente mencionado Teófilo. Tenía el título de patriarca, honor eclesiástico que equivalía casi al de papa, y que sólo ostentaban solo los arzobispos de Jerusalén, Alejandría y Constantinopla, es decir, las ciudades más judías y cristianas del imperio romano. Durante esta época hubo otra rebelión de masas; de nuevo, se sucedían las peleas callejeras, las tensiones y los ajustes de cuentas entre cristianos y paganos.
El arzobispo Cirilo había iniciado una persecución de los académicos de Alejandría, 24 años tras el incendio de la biblioteca. Esta vez, más radicalizados, los cristianos asesinaban a todo aquel que se negara a convertirse a la nueva religión. Hipatia, por aquel entonces directora del museo (donde se dedicaba a la filosofía de Platón), fue una de esas personas, por lo que se le acusó de conspirar contra el arzobispo. Días después de la acusación, unos frailes llamados parabolanos (monjes fanáticos encargados de los "trabajos sucios" del arzobispo, y procedentes de la iglesia de San Cirilo de Jerusalén) secuestraron a "la filósofa" de su carruaje, la golpearon, la desnudaron y la arrastraron por toda la ciudad, hasta llegar a la iglesia de Cesárea. Allí, a las órdenes de Pedro el Lector, la violaron varias veces y después le desollaron la piel y arrancaron la carne con conchas de ostras afiladas. Hipatia murió ultrajada, despellejada y desangrada entre atroces dolores. Después de esto, descuartizaron su cadáver, pasearon sus trozos por Alejandría como trofeos y luego los llevaron a un lugar llamado Cinaron, donde fueron quemados. El arzobispo que ordenó su martirio es recordado por la Iglesia como San Cirilo de Alejandría.
Sólo una muchedumbre enferma de resentimiento y repruebo, y enardecida por comisarios expertos en el arte de levantar a los esclavos, podría llevar al cabo este acto, que da repelús a cualquier persona con un mínimo de decencia. Hipatia era la víctima perfecta para un sacrificio ritual: europea, hermosa, sana, sabia, pagana y virgen. Y es que lo que más excita a los esclavos a la hora de sacrificar es la inocencia y la bondad de la víctima. Por otro lado, la crueldad demostrada, incluso en lo referente a la destrucción de su cadáver, nos indica que los cristianos temían enormemente a Hipatia y todo lo que ella representaba. La fin de la científica, además de ser perfectamente ilustrativa de las atrocidades cometidas por los cristianos en esta época, inauguró una era de persecución de sacerdotes paganos en Noráfrica, especialmente dirigida contra el sacerdocio egipcio. La mayoría de ellos fueron crucificados o quemados vivos.
La atrocidad de Hipatia es descrita aquí porque fue conocida, y resulta ilustrativa y chocante por haberle ocurrido a una mujer desarmada, indefensa e inofensiva, pero guardémonos de pensar que fue un caso aislado: muchos paganos sencillos "que no se metieron con nadie" fueron sacrificados de forma similar o peor, y seguirían siéndolo por muchos siglos.
https://youtu.be/t1FFDDHmwTs
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¿Iglesia Católica...? Bueno, el protestantismo tampoco se quedó atrás:
Lutero, Zuinglio y Calvino estaban convencidos de la posibilidad del pacto con el Diablo, de tener sesso con el malo y de la magia de color, y apoyaba la persecución judicial de magos y brujas.
La afirmación del Antiguo Testamento «las brujas no deberás dejar con vida» tenía toda validez para Lutero. La cuestión está clara en su prédica del 6 de mayo de 1526 sobre la frase en la que muestra su profundo rechazo al mal de la brujería y justifica el implacable enjuiciamiento de las mujeres sospechosas:
Lutero era un claro partidario de la pena de fin para la magia de color, con un fuerte acento misógino. En su prédica del 6 de mayo de 1526, Lutero afirma cinco veces «deben ser ajusticiadas».18 Sin embargo, Lutero no era un cazador de brujas celoso.
Innumerables teólogos, predicadores y juristas luteranos se refirieron más tarde a las contundentes afirmaciones de Lutero. Hasta la actualidad existen referencias a la brujería y a la magia en el Pequeño Catecismo de Lutero y en el Catecismo reformado de Heidelberg.
No obstante, aún siguen habiendo rebeliones anticristianas en el siglo VI:
O incluso en el siglo IX (!!):
EL MARTIRIO DE HIPATIA COMO EJEMPLO DE TERRORISMO CRISTIANO
Alejandría, Egipto, año 415. La protagonista es Hipatia (370-415), filósofa y matemática instruida por su padre, el también famoso filósofo y matemático Teón de Alejandría. Los biógrafos de Hipatia dicen que por las mañanas dedicaba varias horas al ejercicio físico, y que posteriormente tomaba baños relajantes que le ayudaban a concentrar su mente para dedicar el resto del día al estudio de la filosofía, la música y las matemáticas. Hipatia era virgen y casta, es decir, estaba al nivel de una sacerdotisa. Era, en suma, una mujer sabia, "un ser humano perfecto", tal y como había querido su padre. Hipatia regentaba, además, una escuela filosófica, de la cual tenía excluidas a las mujeres (eso para darles pensamiento a las feministas que han intentado "feministizar" la figura de Hipatia en tiempos recientes).
El pez rellenito de Alejandría durante aquella época era el arzobispo Cirilo (370-444), sobrino del anteriormente mencionado Teófilo. Tenía el título de patriarca, honor eclesiástico que equivalía casi al de papa, y que sólo ostentaban solo los arzobispos de Jerusalén, Alejandría y Constantinopla, es decir, las ciudades más judías y cristianas del imperio romano. Durante esta época hubo otra rebelión de masas; de nuevo, se sucedían las peleas callejeras, las tensiones y los ajustes de cuentas entre cristianos y paganos.
El arzobispo Cirilo había iniciado una persecución de los académicos de Alejandría, 24 años tras el incendio de la biblioteca. Esta vez, más radicalizados, los cristianos asesinaban a todo aquel que se negara a convertirse a la nueva religión. Hipatia, por aquel entonces directora del museo (donde se dedicaba a la filosofía de Platón), fue una de esas personas, por lo que se le acusó de conspirar contra el arzobispo. Días después de la acusación, unos frailes llamados parabolanos (monjes fanáticos encargados de los "trabajos sucios" del arzobispo, y procedentes de la iglesia de San Cirilo de Jerusalén) secuestraron a "la filósofa" de su carruaje, la golpearon, la desnudaron y la arrastraron por toda la ciudad, hasta llegar a la iglesia de Cesárea. Allí, a las órdenes de Pedro el Lector, la violaron varias veces y después le desollaron la piel y arrancaron la carne con conchas de ostras afiladas. Hipatia murió ultrajada, despellejada y desangrada entre atroces dolores. Después de esto, descuartizaron su cadáver, pasearon sus trozos por Alejandría como trofeos y luego los llevaron a un lugar llamado Cinaron, donde fueron quemados. El arzobispo que ordenó su martirio es recordado por la Iglesia como San Cirilo de Alejandría.
Sólo una muchedumbre enferma de resentimiento y repruebo, y enardecida por comisarios expertos en el arte de levantar a los esclavos, podría llevar al cabo este acto, que da repelús a cualquier persona con un mínimo de decencia. Hipatia era la víctima perfecta para un sacrificio ritual: europea, hermosa, sana, sabia, pagana y virgen. Y es que lo que más excita a los esclavos a la hora de sacrificar es la inocencia y la bondad de la víctima. Por otro lado, la crueldad demostrada, incluso en lo referente a la destrucción de su cadáver, nos indica que los cristianos temían enormemente a Hipatia y todo lo que ella representaba. La fin de la científica, además de ser perfectamente ilustrativa de las atrocidades cometidas por los cristianos en esta época, inauguró una era de persecución de sacerdotes paganos en Noráfrica, especialmente dirigida contra el sacerdocio egipcio. La mayoría de ellos fueron crucificados o quemados vivos.
La atrocidad de Hipatia es descrita aquí porque fue conocida, y resulta ilustrativa y chocante por haberle ocurrido a una mujer desarmada, indefensa e inofensiva, pero guardémonos de pensar que fue un caso aislado: muchos paganos sencillos "que no se metieron con nadie" fueron sacrificados de forma similar o peor, y seguirían siéndolo por muchos siglos.
https://youtu.be/t1FFDDHmwTs
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¿Iglesia Católica...? Bueno, el protestantismo tampoco se quedó atrás:
Lutero, Zuinglio y Calvino estaban convencidos de la posibilidad del pacto con el Diablo, de tener sesso con el malo y de la magia de color, y apoyaba la persecución judicial de magos y brujas.
La afirmación del Antiguo Testamento «las brujas no deberás dejar con vida» tenía toda validez para Lutero. La cuestión está clara en su prédica del 6 de mayo de 1526 sobre la frase en la que muestra su profundo rechazo al mal de la brujería y justifica el implacable enjuiciamiento de las mujeres sospechosas:
Es una ley muy justa que las brujas sean muertas, porque producen muchos daños, lo que ha sido ignorado hasta el presente, pueden robar leche, mantequilla y todo de una casa... Pueden encantar a niños... También pueden generar misteriosas enfermedades en la rodilla, que el cuerpo se consuma... Daños los producen al cuerpo y alma, dan pociones y encantamientos, para generar repruebo, amor, tormentas y destrozos en las casas, en el campo, que nadie puede curar... Las magas deben ser ajusticiadas, porque son ladronas, rompedoras de matrimonios, bandidos, asesinas... Dañan de muchas formas. Así que deben ser ajusticiadas, no sólo por los daños, sino también porque tratan con Satanás.
Lutero era un claro partidario de la pena de fin para la magia de color, con un fuerte acento misógino. En su prédica del 6 de mayo de 1526, Lutero afirma cinco veces «deben ser ajusticiadas».18 Sin embargo, Lutero no era un cazador de brujas celoso.
Innumerables teólogos, predicadores y juristas luteranos se refirieron más tarde a las contundentes afirmaciones de Lutero. Hasta la actualidad existen referencias a la brujería y a la magia en el Pequeño Catecismo de Lutero y en el Catecismo reformado de Heidelberg.