Conozco a arrepentidos de haberse medicado, pero ni uno solo de no haberlo hecho. Al contrario, es un orgullo y muchos envidian ahora.
Nos envidian por nuestra determinación y desearían no haber tenido la falta de huevones que tuvieron.
Lo digo porque para no banderillarse no hacía falta tener huevones: Tener huevones hacen falta para lanzarse al vacío, ir a la guerra o cosas similares. No banderillarse no era una opción que requiriese especial valentía o arrojo, sencillamente quedarse en casa y tragar con las pequeñas consecuencias que acarreaba. hablo en general, lo que fue para la mayoría de la gente, sé que para algunas personas pudo haber sido especialmente duro a nivel de presión familiar o laboral.
Seguro que ahora mucho son despreciados por sus mujeres por no haber tenido los huevones de impedir que se banderillaran (ojo, después de haber dado ellas la murga lo indecible para que se banderillase hasta al perro).
Pero bueno, cada uno tiene lo que se buscó.