La especulación existe porque la oferta de suelo está muy limitada artificialmente por los ayuntamientos.
El suelo no urbanizable es amplísimo: hay vergeles que merecen protección y auténticos eriales en los que no se construye, no porque haya nada que preservar, sino porque el ayuntamiento ha decidido que ahí no se construye.
Y, efectivamente, el suelo no urbanizable suelen comprarlos para segunda residencia. Pero la explicación no se encuentra en la renta, sino en la ordenación del territorio. Si no se puede construir y a lo único que puedes aspirar es a meter una prefabricada o a conservar una medio infravivienda que ya estuviera levantada hace treinta años y que el ayuntamiento no manda demoler, nadie en su sano juicio compra eso para vivienda habitual,
sino para vivienda ocasional de fin de semana o vacaciones. El resultado es que la gente sin vivienda no compra suelo no urbanizable.
Por tanto, los gente de izquierdas condenáis al pobre a intentar comprar en suelo urbano a precios estratosféricos. En España el mercado más intervenido que hay (después del del vino) es el de la vivienda. Sorpresa: no hay quien compre o alquile vivienda. A ti plin, tienes tu chalecito con placas solares desde el que posteas tus arengas al proletariado de cosa, mientras de ríes de él.