Cómo pedir un crédito (relato)

Asurbanipal

Será en Octubre
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23 Abr 2010
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Estación Espacial Internacional
Kate (la forera con este nick) necesitaba un crédito, necesitaba mucho dinero de golpe, necesitaba abrir su club de lecturas para mujeres serias que disfrutan leyendo aburridos libros de novelas eróticas. Era su sueño. Estaba enamorada de un local en calle Sierpes, de Sevilla, era su pasión. Pero costaba mucho dinero: 400.000 euros.

Sabía que era un imposible. Pero no se daba por vencida.
Había hecho casi de todo: colectas, pedir dinero a mucha gente, vender todas sus joyas, ... pero aún le quedaban 350.000 euros. Era una cifra que le atormentaba. No sabía que más hacer.

Kate siempre ha sido una chica muy guapa. Pretendientes nunca le han faltado. Es alta, 1.82, 86 kg, 120 de talla de pecho, y un trastero que despierta envidias: gordito, duro, amplio, apetecible.... Kate es morena, con el pelo neցro, liso y largo. Siempre lleva hecha la manicura, y le gusta llevar uñas largas y de colores diferentes. Desde que recuerda, siempre ha hecho lo que le ha venido en gana con los hombres. Les gusta utilizarlos, calentarlos, jugar con ellos. Es despiada, y, a menudo, cruel con los betas.

Pero, hoy, vio un banco que no conocía: BURBUJA BANCO. Se informó. Es un banco internacional de gran prestigio que solo trata con grandes inversores (eso le sonaba bien, grande se volvió su sonrisa al saberlo!).

Kate, como la gran zorrita que es, se arregló a propósito con su "vestido-ajustado-de-pedir-hipotecas". Era un vestido muy llamativo, y muy caro, de cuero amarillo, ropa muy ajustada que recalcaba brutalmente su pompis, sus piernas recién depiladas, su pompis gordito que del que se siente tan orgullosa nunca le ha fallado. Y sus pechos, talla 120, bien puestos, fien amables, sin sujetador. Era como llevar un guante cuatro tallas más pequeño en una mano. Se le marcaba todo. Solo lo usaba para buscar beta-proveedores o para pedir favores tipo créditos o hipotecas. Nunca le había fallado.

Entró en el banco, era ya casi hora de cerrar. Preguntó a una antipática cajera dónde se piden las hipotecas. La sosaina charo de turno le indicó un despacho, ni le miró a la cara. Seguro que era una mal amada.

Kate entró en el despacho, ni tocó a la puerta, entró de golpe y cerró la puerta. A Kate le gusta ser el centro de atención, siempre lo ha sido, y nunca le ha fallado ser la number one en todo. En el despacho, muy ordenado y limpio, se encontró con Asurbanipal, un director de banco con ojos azules y encorbatado que estaba sentado en su puesto de trabajo mirando la pantalla de ordenador.

-Disculpe, señora, ¿no sabe llamar antes de entrar?- Preguntó malhumarado Asurbanipal.

-Oh, lo lamento, con los nervios he olvidado mi educación además de mi sostén, jijijiji- Le respondió la gran y maravillosa Kate queriendo ir de niña-pija-que-nunca-ha-roto-un-plato.

-Bueno, sientese señora o señorita -Balbuceó Asurbanipal al contemplar a semejante hembra y comprobar que, efectivamente, dentro de ese gran balcón no había sostén ninguno. Asurbanipal se empalmó rápidamente, y Kate lo notó (es experta en calentar braguetas y ese era su propósito).

-Soy señorita, me llamo Kate y no me ando con rodeos: necesito un crédito. Y usted que es tan guapo puede ayudarme... (respondió Kate mientras seguía bajándose muy lentamente la cremallera del balcón. Llevaba media berza al aire...).

-Señorita Kate, este es un banco internacional de créditos e hipotecas, y ... er...... verá... esto de pedir dinero creo que no funciona así, no sé si me entiende (Asurbanipal no era de carne, pero no jugaba con su trabajo, jamás).

Kate, oliendose estar ante un hueso duro de roer se aseguro que, efectivamente, los demás compañeros del banco se iban de sus puestos de trabajo y le preguntaban a A. si podían cerrar la puerta.

-Sí, cerrad la puerta. Esta mujer es mi prima hermana, ha venido a verme desde Cuenca. A. se lo inventó todo sobre la marcha mientras intentaba controlar su platano inquieta hecha una culebra juguetona. A la charo antipática le dió igual, sería lesbiana o antitodo. Cerraron la puerta ante la órden de A.

Kate comenzó a mojar el bombacha, ese crédito era suyo, estaba a solas ante ese tímido A. Estaban ellos dos solos.

-Señor director, ahora que estamos solos podemos estar más tranquilos, ¿verdad? -Le dijo Kate mientras clavaba sus pintados ojazos en los azules ojos del nervioso A.

-Digame, señorita, ¿cuánto necesita de dinero?

-Concretamente, 350.000 euros, guapetón.-
Le respondió Kate mientras le ponía cara de cortesana agradecida.

- Pero, eso es mucho dinero, ¿tiene algún aval que le resguarde? ¿alguna propiedad?

-No, siempre he vivido de alquiler. Y antes de mi cuerpo, jijijiji No sé que es un aval.

-Un avalista es la parte contratante que avala con sus bienes presentes y futuros por si usted no pudiese pagar el crédito más los intereses
. -Le respondió contrariado A., y algo malhumorado ante tanta ignorancia.

- No, ojos azules, mis avalistas son estas berzas que aquí ves (Kate se bajó totalmente la cremallera y se sacó sus dos enormes y preciosas berzas al aire).

A. disfrutó viendo esas dos maravillas, pero ya sabía que le iba bien haciendose el orate, eran ya muchos años trabajando en banca.

- Verá, señora Kate, por tener usted tan tremendos y hermosos pechos no significa que yo, por verselos, pueda darle ese crédito. Tal vez ha malentendido lo que es un crédito hipotecario. (Asurbanipal se levantó de la silla, comenzó a sonreir a Kate, se aseguró que estaban completamente solos y se colocó de píe tras Kate).

Kate disfrutaba, creía que su plan seguía sus planes. Notaba a A. caliente, destrás suya. Ella se sentó, erguida en la silla, marcando aún más sus tetones bien a la vista, bien fuera del traje de meretriz de cuero que llevaba. A. le acarició el cabello, le masajeó los hombros lentamente, Kate disfrutaba. De repente, le agarró las berzas desde atrás, las sobó, pellizcó sus galletaes.

- Veo que ambos nos entendemos, jijijjiji - respondió la confiada Kate.

- Calla, juca. Aquí mando yo. El que algo quiere, algo le cuesta.
Asurbanipal le obligó a levantarse, le quitó la mascarilla anti el bichito-19 y comenzó a besarla. Sus lenguas jugaron juntas bailando dentro de sus bocas. A. , mientras, le sobaba bien las berzas a Kate, después le agarró bien del pompis. Kate estaba ya muy mojada, se quitó del todo su traje de meretriz, se quitó el bombacha y solo llevaba los zapatos neցros de tacón.

- Desfila para mi, como si fueras mi cortesana privada, quiero ver tu cuerpo, zorrita.

Kate desfiló para él, desnuda, como la gran princesita pronográfica que es. Se esforzó en contornear bien su ojo ciego, que se note bien sus curvas.

-Arrodillate. Le ordenó A. Mientras se bajaba la cremallera del pantalón.
Kate, sumisa por las circunstancias, se arrodilló ante su amo, le vió el miembro viril y comenzó a quererselo con sus grandes pechos. Notaba su platano caliente y subida de peso entre sus berzas, las cuales subía y bajaba rítmicamente de su balcón, perdiendose entre sus berzazas.

La incrédula Kate creía que, a cambio de ese polvo que comenzaba iba a conseguir el crédito. No sabía que, Asurbanipal, era quien estaba jugando con ella.

(continuará)

(Solo pueden continuar ese relato Kate o Asurbanipal).
 
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Me ha recordado a una historia que viví en mi tierna juventud. Estaba en un taller de montaje, pequeña empresa, y apareció una comercial de nosequé (sepiolita me parece, no recuerdo).

Fue donde mi jefe, yo estaba en el despacho, le empezó a zorrear claramente, apretando la carpeta contra las berzas, poniéndole ojitos, ofreciéndose a quedar después para tomar algo y charlar tranquilamente... y mi jefe, que tenía ya el ojo ciego pelado, le suelta "señorita, una mujer de su calibre jamás me ha prestado tanta atención, ni cuando yo estaba medio potable, y estoy seguro de que si se cruzase conmigo por la calle no me miraría ni a la cara, le agradecería que deje de insultarme y de ponerse a sí misma en ridículo. Deje aquí su catálogo y si tengo un rato ya le echo un ojo. Gracias por todo". Y la acompañó a la fruta calle.

Al mediodía me cruzo con uno del pabellón de al lado "no sabes qué pedazo de jaca ha entrado esta mañana!! esa venía buscando guerra!!! el jefe la ha tenido media hora en el despacho, le ha comprado como dos toneladas de sepiolita!!"
 
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