¿Y qué notaría si empiezo a tomar avena?
Incontables beneficios.
Dígame sólo tres
Uno, tu piel estará más sana y bella, tu cabello lucirá fuerte y lustroso.
Dos.
Regulará tu peso: si padeces de sobrepeso, adelgazarás; si tienes bajo peso, engordarás. Te esculpe, y es muy diurética. ¿Y eso? Es un regulador metabólico, de tal modo que depura sobras y cubre carencias.
Y tres.
Ante un colesterol malo elevado, lo disminuirá: la avena actúa como una escobilla arterial. ¡Y aumentará el colesterol bueno!
¿Por qué me destaca el sílice? [dice que la avena tiene sílice]
El sílice es un superconductor y nutre el tejido conectivo humano, beneficia articulaciones, sistema nervioso y la electrobioquímica del organismo: los que toman avena notan mejoras en sus facultades memorísticas...
¿Podría citar tres beneficios más?
¡Y más! Uno: protege el intestino con sus sustancias mucilaginosas y enriquece su flora, aliviando estreñimientos y diarreas. Dos: prepara para un sueño más reparador. Y tres: estimula la libido.
Elija una virtud de la avena.
Su alto poder energético: la gran vitalidad y vigor que proporciona. ¡Tómela cada día!
¿Y para los niños?
¡Es fabulosa! Refuerza su inmunidad, y además les ayuda a concentrarse: si la dieta infantil incluyese siempre avena, ¡seguro que descendería el índice de fracaso escolar!
Cuénteme el testimonio de algún paciente suyo.
Una señora con sobrepeso iba a operarse la rodilla (condopatía roduliana), pero la avena la adelgazó y los antiinflamatorios de la avena hicieron el resto: ¡evitó la cirugía! Otro paciente perdió doce kilos en cuatro meses, su colesterol bajó de 346 a 215, normalizó la tensión arterial y empezó a dormir bien. Y encima mejoró su líbido.
Bingo.
Ah, y la avena debería incluirse en las dietas de todos los hospitales: refuerza el organismo ante cualquier tratamiento y acelera las recuperaciones postoperatorias.