Chalets de Caixabank en venta desde 17.700 euros

Como han dicho ya esas propiedades estan en sitios lejanos, cuasi-indeseables y en el estado que se han quedado tras años y años sin mantenimiento.

Incluso en zonas donde la vivienda es carisima, pongamos Cataluña o la Costa del Sol, encontraras auténtica sarama en Servihabitat o Haya Estates. Urbanizaciones a medio acabar, aisladas, distantes, cayendose a cachos, sin servicios....

Los okupas cuentan como activo? En plan, para que no se averíen tuberías, puertas, polvo etc..?

En este caso, casi mejor que tuvieran okupas, seria señal de que al menos alguien QUIERE vivir ahí y garantia de algun grado de habitabilidad.
 
Como han dicho ya esas propiedades estan en sitios lejanos, cuasi-indeseables y en el estado que se han quedado tras años y años sin mantenimiento.

Incluso en zonas donde la vivienda es carisima, pongamos Cataluña o la Costa del Sol, encontraras auténtica sarama en Servihabitat o Haya Estates. Urbanizaciones a medio acabar, aisladas, distantes, cayendose a cachos, sin servicios....



En este caso, casi mejor que tuvieran okupas, seria señal de que al menos alguien QUIERE vivir ahí y garantia de algun grado de habitabilidad.
Claro, hay cosas que se oxidan si no las utilizas
 
Todo lo que ronda ese precio de 17 mil euros (casas independientes) está en estado de ruina.

Pero, aunque te vayas a precios superiores, todo es morralla descartada por el propio banco.

Los buenos productos se los quedan los de arriba, luego los de abajo del banco, luego los clientes vips (a los que llaman los de abajo para ofrecerles todo lo que no quieren), luego a las inmobiliarias amigas por si conocen a algún cliente al que darles prioridad... y si ninguno de la escala lo quiere... lo veis en la web como gran chollo.
Bueno también conozco a trabajadores de Registro de la Propiedad, que han pillado buenas gangas, antes incluso que llegue a los bancos (lios de herencias principalmente)
 
Ni siquiera es La Sagra, se ve aún más derroido si cabe...
Chozas de Canales es uno de los lugares más perturbadores que conozco. En realidad toda la comarca de la Sagra.

Impacta la cantidad de neցros que hay, tienen la plaza del pueblo tomada. Hay uno que lleva la mano en la oreja y simula tener un móvil y hablar con alguien.

Una vez que estaba en el ayuntamiento, un neցro pedía audiencia con el alcalde en el mostrador. ¿Pa qué le quieres? Le decían, y el neցro que era muy importante, que tenía que hablar con el alcalde, y venga y dale. Sale el alcalde y ve el tinglado y le dice al neցro que qué huevones quiere. Y el neցro, todo solemne, le dice que es el encargado de comunicarle que un ministro de su país va a visitar el pueblo. Todo Dios allí descojonandose, y el neցro to serio, que sí, que iba a ir un ministro de su país al pueblo a visitar a sus compatriotas y que había que recibirle con honores. Y el alcalde tratando de quitarse al neցro de encima, venga, venga, pues que me mande una carta y ya veremos si no hay que llamar también a un ministro nuestro, venga, venga, haz el favor. Luego resultó que era un hijo de un jefe de una tribu.

Por no hablar de las dos urbanizaciones enormes que hay a cada lado del pueblo con casas a mitad de construir muchas de ellas y muchos enganches de luz ilegales y cosa a tutiplén en los ¿jardines?. Y todo eso en medio de esos secarrales infames, es un lugar sólo apto para querersese o suicidarse.

Estoy harto de decir que la zona norte de Toledo y Parla y sus alrededores son una zona extraña. Es un lugar raro que trasmite sensaciones raras. Pueblos llenos de urbanizaciones en medio de la nada, medio vacías, aceras sin árboles, chalet abandonados o con puertas y ventanas tapiadas junto a otros bien cuidados. Gente extraña, neցros deambulando sin oficio ni beneficio, paisanos con sus Ebros sin capota y la cuba de sulfatar las viñas, pilinguis de saldo que ya no son competitivas en Madrí, jovenlandeses, jovenlandeses a tutiplén con las jovenlandesas cubiertas de pies a cebeza. Páramos infinitos, cielos inmensos que te aplastan y te recuerdan que solo eres un simple mortal.
Hay algo en esa tierra que perturba el alma, los que hemos estado allí lo sabemos, aunque no sepamos qué es.

El alma y el cuerpo, hay una cantidad enorme de cáncer y esquizofrenia, más que en ninguna otra parte de España.

El ambiente perturba el alma y la tierra se alimenta de sus cuerpos. Está maldita.

Decía José Antonio Primo de Rivera que los castellanos conquistaron el mundo porque no tenían otra opción, quien haya vivido en Toledo Norte sabe que esto es un dogma de fe.

Es una tierra de desdicha. Desdicha mala...

Siempre que hay un secuestro en Madrí, no sé el porqué pero si la cosa sale mal, el cadáver lo encuentra semienterrado en la Sagra, escarbado por unos perros de caza o en alguna antigua fábrica de ladrillos de esa maldita zona.

Esa zona esta maldita. Los perros huyen espantados por el hedor a fin y sin embargo la tierra engulle desdicha. Pide desdicha.

Siempre galgos, porque allá no hay más que galgos, y a montones abandonados.

Colgados, ahorcados, devorados por las pulgas mientras todavía sigue fluyendo la cosa de sus tripas por el tronco que les sirve de patíbulo. Cae la tarde; se va poniendo el sol... Los lugareños, apestando a sudor, dejan de un lado sus aperos y se dirigen a la taberna a gastarse el jornal en vino tinto.

Y cuando sopla el aire, el solano, que es el único aire que allí recorre los llanos y que además les seca la ropa, cuando éste corre se puede oír los lamentos de la almas de los oriundos que calladamente agonizan e impregnan el ambiente de dolor y fatigas. En verano el calor te achicharra como si del mismo infierno se tratase, y en invierno castañean los dientes y el moquillo cae de la nariz. No hay mujeres guapas, solo viejas y extranjeras. No cantan los pájaros, no hay sombras de árboles porque no hay árboles, ni pájaros que se posen. Todo es desasosiego y una extraña sensación de angustia.

Por la noche en verano no refresca jamaś y oyes a las chicharras cantar con su monótono canto hasta volverte loco. Y se oyen cantos de pájaros pero sólo de perdices ya que no hay otras aves, perdices sí que hay en muchísima abundancia, y también muchos conejos. Infinidad de conejos atropellados se ven en las cunetas.

Y los contenedores de la Maersk reciclados para vivienda con un tinajón enorme de cemento al lado para tener agua son todo un clásico.

Siempre creí que yo era uno, indivisible. Pero la Sagra me desdobló, fue allí donde pude comprobar que no era uno, sino dos. Un cuerpo y un alma que formaban un conjunto. Recuerdo como al pisar esa maldita tierra quiso arrebatarme mi alma. Y juro por Dios que noté como se me escapaba del cuerpo y era engullida por aquel lugar. Pero la atrapé y pude mantenerla unida a mi cuerpo, no me extraña que la gente del lugar hayan perdido todos la cabeza. Esa tierra te vacía, que roba el ser espiritual y mantiene el cuerpo orgánico, que deambulan por las urbanizaciones sin brillo en las miradas.

Levantas el lomo, el azadón al lado y respiras y el aire te quema las entrañas de miseria y el hedor es más profundo que la mismísima náusea.

Conejos con mixomatosis, perdices de granjas que sueltan para que escapen y en su huida mueran. Galgos famélicos, tiñosos, muertos de frío o de miedo que no paran de temblar. Estos son los tres animales que habitan esa tierra, una tierra seca que niega el agua. La antesala al infierno de Dante.

Por eso su vino es tan fuerte, porque se hace con el sufrimiento de los que trabajan la tierra. Un vino con regusto a polvo, amargo, áspero al paladar, que emborracha y hace mal vino en los que lo beben. Sacando lo peor de cada uno. Es la sangre maldita del lugar, beber ese brebaje es como probar la sangre de un vampiro.
Denominación de origen Méntrida. Si lo veis por ahí no lo probéis, bueno, haced lo que queráis, pero que sepáis que son las lagrimas de esa gente que vive atrapada en un universo paralelo.

Una tierra yerma, estéril que aúlla de dolor, la sangre derramándose en la lechetera. No lloverá en meses. Oscurece y el paisano camina entre los cipreses... ¿Quedará algún mendrugo de pan de ayer? La noche abrasa, el regreso duele.

¿Y los olivos? Siempre enfermos, siempre afectados. Solía preguntar por cortesía a los lugareños que qué tal hogaño la cosecha. Y siempre, siempre, pasaba algo al olivo. Cuando no les pica la mosca, no llueve; cuando llueve, les entra repilo; o las heladas tiran el fruto o la sequía no da rendimiento de aceite. Siempre están enfermos o afectados, son como un reflejo de sus dueños. Cuando hay mucha producción, baja el precio. Si no dan nada, sube el precio del aceite. Cuando no es granizo, es la tuberculosis del olivo. Si un año les pagan pronto la subvención, ese año los rumanos y etnianos arrasan los olivares. Siempre, siempre tiene algo malo. No he visto árbol más sufrido que los olivos de esa zona. Y con que orgullo te cuentan sus enfermedades los agricultores, parece que están deseando que les preguntes para empezar a quejarse amargamente de su existencia.

No se si serán fuerzas telúricas o arcanos secretos, pero en esa zona el número de niños estultoes es llamativo. Cuando me la recorrí, raro era el día que alguien no me confesaba que tenía un hijo en un colegio especial, o una hija con paga, o algún ser de luz en la familia. Llegué a pensar que los hombres de allí son estériles y que es el mismísimo Belcebú el que engendra en sus mujeres esos abominables seres. Preñando la región de mongolismo y atraso.

Los oriundos de La Sagra jamás te dirán lo que piensan. Para ellas decir lo que piensan es el mayor pecado que existe. Mayor que el incesto o el asesinato. Si agarras a un sagreño, lo atas a un sillón, le arrancas una muela con unas tenazas oxidadas a lo vivo y el preguntas si le duele... pues te dirá que no.

El sagreño es celoso de sus pensamientos. Sin embargo si ves a dos sagreños juntándose al azar por la calle es fácil adivinar lo que se dicen el uno al otro: Se mienten.

Porque mentir es su deporte comarcal. No hacen sino manipular a los otros mintiéndoles para sonsacarles. "Sacar mentira por verdad" como dicen ellos. Se creen muy astutos con el forastero y no se dan cuenta de que en realidad quedan como unos inanes.

Sus relaciones humanas son antinaturales, artificiales, extrañísimas. No saben lo que es la espontaneidad, la sinceridad, el trato abierto, cercano, cálido y franco. Y ni lo quieren saber.

Las casas de los muchos jovenlandeses que ves allí tampoco son nada halagüeñas. Ves un pequeño bloque de tres pisos en tres plantas y ves que hay tres antenas parabólicas y la cerradura de la entrada rota desde hace años y que nadie la arregla. Los buzones de los jovenlandeses tienen garrapateado un nombre con rotulador y nada más. Es desolador.

Gente que por las tardes apuran los vinos antes de ir al pilinguiclub de Valmojado o al del Lucio en Maqueda.

Ancianos que van a labrar viñas en tractores que se fabricaron cuando aún vivía Franco. Gestos huraños en sus curtidos rostros.

La mayor parte de los campos de cultivo están yermos y llenos de malas yerbas.

Cardos seteros por doquier pero no se os ocurra recoger setas de cardo. Las setas absorben muchos tóxicos y a saber qué comes. En una ocasión recogí un montón de setas de cardo en el interior de la rotonda de acceso a la autovía en Santa Cruz de Retamar y la diarrea que tuve fue histórica.

Ancianos de pinta siniestra que van a misa todos los domingos. Vestidos de neցro y con rostro lleno de amargura, soberbia y desesperación. Agarran los rosarios fuertemente en sus a vez temblorosos dedos.

No vayáis a la Sagra hijos míos.

Tan cerca de Madrid, tan lejos de Dios.
 
Chozas de Canales es uno de los lugares más perturbadores que conozco. En realidad toda la comarca de la Sagra.

Impacta la cantidad de neցros que hay, tienen la plaza del pueblo tomada. Hay uno que lleva la mano en la oreja y simula tener un móvil y hablar con alguien.

Una vez que estaba en el ayuntamiento, un neցro pedía audiencia con el alcalde en el mostrador. ¿Pa qué le quieres? Le decían, y el neցro que era muy importante, que tenía que hablar con el alcalde, y venga y dale. Sale el alcalde y ve el tinglado y le dice al neցro que qué huevones quiere. Y el neցro, todo solemne, le dice que es el encargado de comunicarle que un ministro de su país va a visitar el pueblo. Todo Dios allí descojonandose, y el neցro to serio, que sí, que iba a ir un ministro de su país al pueblo a visitar a sus compatriotas y que había que recibirle con honores. Y el alcalde tratando de quitarse al neցro de encima, venga, venga, pues que me mande una carta y ya veremos si no hay que llamar también a un ministro nuestro, venga, venga, haz el favor. Luego resultó que era un hijo de un jefe de una tribu.

Por no hablar de las dos urbanizaciones enormes que hay a cada lado del pueblo con casas a mitad de construir muchas de ellas y muchos enganches de luz ilegales y cosa a tutiplén en los ¿jardines?. Y todo eso en medio de esos secarrales infames, es un lugar sólo apto para querersese o suicidarse.

Estoy harto de decir que la zona norte de Toledo y Parla y sus alrededores son una zona extraña. Es un lugar raro que trasmite sensaciones raras. Pueblos llenos de urbanizaciones en medio de la nada, medio vacías, aceras sin árboles, chalet abandonados o con puertas y ventanas tapiadas junto a otros bien cuidados. Gente extraña, neցros deambulando sin oficio ni beneficio, paisanos con sus Ebros sin capota y la cuba de sulfatar las viñas, pilinguis de saldo que ya no son competitivas en Madrí, jovenlandeses, jovenlandeses a tutiplén con las jovenlandesas cubiertas de pies a cebeza. Páramos infinitos, cielos inmensos que te aplastan y te recuerdan que solo eres un simple mortal.
Hay algo en esa tierra que perturba el alma, los que hemos estado allí lo sabemos, aunque no sepamos qué es.

El alma y el cuerpo, hay una cantidad enorme de cáncer y esquizofrenia, más que en ninguna otra parte de España.

El ambiente perturba el alma y la tierra se alimenta de sus cuerpos. Está maldita.

Decía José Antonio Primo de Rivera que los castellanos conquistaron el mundo porque no tenían otra opción, quien haya vivido en Toledo Norte sabe que esto es un dogma de fe.

Es una tierra de desdicha. Desdicha mala...

Siempre que hay un secuestro en Madrí, no sé el porqué pero si la cosa sale mal, el cadáver lo encuentra semienterrado en la Sagra, escarbado por unos perros de caza o en alguna antigua fábrica de ladrillos de esa maldita zona.

Esa zona esta maldita. Los perros huyen espantados por el hedor a fin y sin embargo la tierra engulle desdicha. Pide desdicha.

Siempre galgos, porque allá no hay más que galgos, y a montones abandonados.

Colgados, ahorcados, devorados por las pulgas mientras todavía sigue fluyendo la cosa de sus tripas por el tronco que les sirve de patíbulo. Cae la tarde; se va poniendo el sol... Los lugareños, apestando a sudor, dejan de un lado sus aperos y se dirigen a la taberna a gastarse el jornal en vino tinto.

Y cuando sopla el aire, el solano, que es el único aire que allí recorre los llanos y que además les seca la ropa, cuando éste corre se puede oír los lamentos de la almas de los oriundos que calladamente agonizan e impregnan el ambiente de dolor y fatigas. En verano el calor te achicharra como si del mismo infierno se tratase, y en invierno castañean los dientes y el moquillo cae de la nariz. No hay mujeres guapas, solo viejas y extranjeras. No cantan los pájaros, no hay sombras de árboles porque no hay árboles, ni pájaros que se posen. Todo es desasosiego y una extraña sensación de angustia.

Por la noche en verano no refresca jamaś y oyes a las chicharras cantar con su monótono canto hasta volverte loco. Y se oyen cantos de pájaros pero sólo de perdices ya que no hay otras aves, perdices sí que hay en muchísima abundancia, y también muchos conejos. Infinidad de conejos atropellados se ven en las cunetas.

Y los contenedores de la Maersk reciclados para vivienda con un tinajón enorme de cemento al lado para tener agua son todo un clásico.

Siempre creí que yo era uno, indivisible. Pero la Sagra me desdobló, fue allí donde pude comprobar que no era uno, sino dos. Un cuerpo y un alma que formaban un conjunto. Recuerdo como al pisar esa maldita tierra quiso arrebatarme mi alma. Y juro por Dios que noté como se me escapaba del cuerpo y era engullida por aquel lugar. Pero la atrapé y pude mantenerla unida a mi cuerpo, no me extraña que la gente del lugar hayan perdido todos la cabeza. Esa tierra te vacía, que roba el ser espiritual y mantiene el cuerpo orgánico, que deambulan por las urbanizaciones sin brillo en las miradas.

Levantas el lomo, el azadón al lado y respiras y el aire te quema las entrañas de miseria y el hedor es más profundo que la mismísima náusea.

Conejos con mixomatosis, perdices de granjas que sueltan para que escapen y en su huida mueran. Galgos famélicos, tiñosos, muertos de frío o de miedo que no paran de temblar. Estos son los tres animales que habitan esa tierra, una tierra seca que niega el agua. La antesala al infierno de Dante.

Por eso su vino es tan fuerte, porque se hace con el sufrimiento de los que trabajan la tierra. Un vino con regusto a polvo, amargo, áspero al paladar, que emborracha y hace mal vino en los que lo beben. Sacando lo peor de cada uno. Es la sangre maldita del lugar, beber ese brebaje es como probar la sangre de un vampiro.
Denominación de origen Méntrida. Si lo veis por ahí no lo probéis, bueno, haced lo que queráis, pero que sepáis que son las lagrimas de esa gente que vive atrapada en un universo paralelo.

Una tierra yerma, estéril que aúlla de dolor, la sangre derramándose en la lechetera. No lloverá en meses. Oscurece y el paisano camina entre los cipreses... ¿Quedará algún mendrugo de pan de ayer? La noche abrasa, el regreso duele.

¿Y los olivos? Siempre enfermos, siempre afectados. Solía preguntar por cortesía a los lugareños que qué tal hogaño la cosecha. Y siempre, siempre, pasaba algo al olivo. Cuando no les pica la mosca, no llueve; cuando llueve, les entra repilo; o las heladas tiran el fruto o la sequía no da rendimiento de aceite. Siempre están enfermos o afectados, son como un reflejo de sus dueños. Cuando hay mucha producción, baja el precio. Si no dan nada, sube el precio del aceite. Cuando no es granizo, es la tuberculosis del olivo. Si un año les pagan pronto la subvención, ese año los rumanos y etnianos arrasan los olivares. Siempre, siempre tiene algo malo. No he visto árbol más sufrido que los olivos de esa zona. Y con que orgullo te cuentan sus enfermedades los agricultores, parece que están deseando que les preguntes para empezar a quejarse amargamente de su existencia.

No se si serán fuerzas telúricas o arcanos secretos, pero en esa zona el número de niños estultoes es llamativo. Cuando me la recorrí, raro era el día que alguien no me confesaba que tenía un hijo en un colegio especial, o una hija con paga, o algún ser de luz en la familia. Llegué a pensar que los hombres de allí son estériles y que es el mismísimo Belcebú el que engendra en sus mujeres esos abominables seres. Preñando la región de mongolismo y atraso.

Los oriundos de La Sagra jamás te dirán lo que piensan. Para ellas decir lo que piensan es el mayor pecado que existe. Mayor que el incesto o el asesinato. Si agarras a un sagreño, lo atas a un sillón, le arrancas una muela con unas tenazas oxidadas a lo vivo y el preguntas si le duele... pues te dirá que no.

El sagreño es celoso de sus pensamientos. Sin embargo si ves a dos sagreños juntándose al azar por la calle es fácil adivinar lo que se dicen el uno al otro: Se mienten.

Porque mentir es su deporte comarcal. No hacen sino manipular a los otros mintiéndoles para sonsacarles. "Sacar mentira por verdad" como dicen ellos. Se creen muy astutos con el forastero y no se dan cuenta de que en realidad quedan como unos inanes.

Sus relaciones humanas son antinaturales, artificiales, extrañísimas. No saben lo que es la espontaneidad, la sinceridad, el trato abierto, cercano, cálido y franco. Y ni lo quieren saber.

Las casas de los muchos jovenlandeses que ves allí tampoco son nada halagüeñas. Ves un pequeño bloque de tres pisos en tres plantas y ves que hay tres antenas parabólicas y la cerradura de la entrada rota desde hace años y que nadie la arregla. Los buzones de los jovenlandeses tienen garrapateado un nombre con rotulador y nada más. Es desolador.

Gente que por las tardes apuran los vinos antes de ir al pilinguiclub de Valmojado o al del Lucio en Maqueda.

Ancianos que van a labrar viñas en tractores que se fabricaron cuando aún vivía Franco. Gestos huraños en sus curtidos rostros.

La mayor parte de los campos de cultivo están yermos y llenos de malas yerbas.

Cardos seteros por doquier pero no se os ocurra recoger setas de cardo. Las setas absorben muchos tóxicos y a saber qué comes. En una ocasión recogí un montón de setas de cardo en el interior de la rotonda de acceso a la autovía en Santa Cruz de Retamar y la diarrea que tuve fue histórica.

Ancianos de pinta siniestra que van a misa todos los domingos. Vestidos de neցro y con rostro lleno de amargura, soberbia y desesperación. Agarran los rosarios fuertemente en sus a vez temblorosos dedos.

No vayáis a la Sagra hijos míos.

Tan cerca de Madrid, tan lejos de Dios.


Mira que hace meses que no comentaba, pero esta parrafada es una de esas perlas, una de esas obras de arte semi anónimas que hacen de este foro, todavía, algo grande a su manera.


Mis dieses para ti y buscaré más info de la Sagra, ahora me ha entrado la curiosidad
 
Mira que hace meses que no comentaba, pero esta parrafada es una de esas perlas, una de esas obras de arte semi anónimas que hacen de este foro, todavía, algo grande a su manera.


Mis dieses para ti y buscaré más info de la Sagra, ahora me ha entrado la curiosidad



Yo estuve un tiempo liado con una etniana de mi quinta que vivía en el barrio de Torrero de Zaragoza pero era natural de Cubas de La Sagra. . Era delgada y de buen cuerpo pero le faltaban varios incisivos, algo que la afeaba bastante pero que la beneficiaba a la hora de churruparla. Tenía cuatro hijos y la casa llena de cosa hasta arriba. Vivía con un hermano suyo y la mujer de este. No veáis cómo me acogieron, con qué cariño y con qué cosa. La conocí en el badoo. Me puse un día a hablar con ella y le dije así de primeras que me la quería amar. Me dijo que sí y que fuera directamente a su casa. No hago más que entrar allí y veo un suelo de gres a medio poner con sacos de cemento cola y una sierra radial en el suelo. Varios niños renegridos pasando delante mío y dando voces. En seguida me di cuenta de que me había metido en una casa de etnianos. Me hace entrar al salón.



Allí está la familia al completo con una estufa de butano encendida, la ventana con un cristal roto tapado con un cartón de una caja de zapatos de marca Baerchi. El hermano de la gachi saludándome con gran afecto mientras preparaba una ensalada de endivias con piña, langostinos, endivias y salsa brava. Que estaba huevonuda por cierto. Lo puede comprobar ya que me invitaron a cenar. Después de la ensalada hubo cocido al estilo de ellos y no estaba mal. Allí estuvieron casi un ahora contándome casi todos su vida mientras yo alucinaba en tecnicolor.



Casi todos fumaban, hasta los críos de once años y echaban despreocupadamente las colillas y la ceniza al suelo. Un muchacho de quince años miraba prono delante de todos en un portatil y se quejaba de que no tenía donde meterla y su padre le dice: "Pues aquí tienes a tu tía, vete con ella a la cama". Y responde el mozo: "Bah, ya se la hi metido muchas veces, ya me aburre". Me sacaron un carajillo de napoleón y un davidoff y al final me dijo ella que la acompañara.



Me llevó a un cuarto donde sacó unas mantas muy gruedas y encendió otra estufa de butano. Me dijo que acaba de discutir con ex-marido y que del cabreo que había pillado había decidido acostarse con el primero que se lo pidiera, que resultó ser yo. Cuando se caldeó el ambiente nos despelotamos y terminamos amando durante un par de horas. Chichi muy estrecho, teticas de cortesana. cositas buenísimas por la falta de incisivos, se dejaba dar por todos los lados y a pelico, se tragaba la leche.... Al salir de la casa su hermano se despidió efusivamente de mí y me dijo que siempre se llevaba bien con todos los amigos de su hermana, que le gustaba como eran.



El peor schoscho que he tenido el honor de saborear fue el suyo. ¿Sabéis el chiste del que no tenía olfato pero le lloraban los ojos? Pues está basado en hechos reales. Aquello tenía un olor tal que te hacía llorar, cosa normal porque emanaba gases y el ojo se protege. Se te quedaba en los labios como un picor persistente de guindilla, y al hacer contacto la lengua con aquello me supo a hierro, como cuando tocas con la punta de la lengua una pila para ver si tiene carga. Era una mezcla de salazón picante con olor a ultratumba. Pero no podía dejar de libar.



Luego me contó que le habían echado mal de ojo y que tenía que llevar una cabeza de ajo en la copa izquierda del sujetador, cerca del corazón, para que el mal de este lo absorbiera la cabeza de ajo y lo erradicase. Me dijo que a la semana se lo quitó y estaba neցro, signo de que había sido curada. Siempre sospeché que en el schoscho se metió otra cabeza de ajos y ahí seguía, macerando hasta que el mal se fuese.



Estuve dos meses y medio yendo a esa casa un par de veces a la semana hasta que llegó un día que dejó de cogerme el teléfono y nunca supe más de ella (Ella no me llamó nunca a mí). Nunca tuve ganas de ir a la casa e investigar que porqué no me cogía el teléfono. Me quedé aliviado de hecho.



Las etnianas son la leche en la cama, junto a las ecuatorianas y una de Talavera con las que estuve liado un tiempo de las mejores experiencias de mi vida.
 
Mira que hace meses que no comentaba, pero esta parrafada es una de esas perlas, una de esas obras de arte semi anónimas que hacen de este foro, todavía, algo grande a su manera.


Mis dieses para ti y buscaré más info de la Sagra, ahora me ha entrado la curiosidad


La chinita de La Sagra





Día de la Inmaculada de 2020, ayer mismo.... Un frío espantoso. Salgo a pasear y me meto en el Eroski para caminar por los pasillos caliente a resguardo del frío espantoso que hace estos días en La Sagra.

Salgo de allí y cuando estoy casi en casa recuerdo que no tengo en fruta en casa. Paso al lado del chino y decido entrar allí.

La chinita... llevaba ya un tiempo diciéndome "guapo" cada vez que entraba allí. No le daba importancia, pensaba que se lo decía a todos...

Pero veo que hay alguien físicamente muy parecido a mí y que sale sin que se le diga "guapo".

Me vuelve a decir "guapo" cuando me cobra los persimones. Y decido pegar la hebra, la llamo guapa, la halago, le digo que tiene los ojos muy bonitos y que sus ojos son muy grandes y hermosos (chiquitos en realidad, pero sé que a las chinas les gusta tenerlos grandes)....

Comunicación difícil, apenas sabe castellano. Me dice que le duele el cuello y se hace crujir las cervicales que suenan.

Yo le digo que hago tuina y que quito dolor. Le digo que venga a mi casa y que la trato. La agrego el wasssap y le doy mi dirección, a apenas tres minutos de la tienda....pp

Cuarenta minutos después me llama a la puerta para mi sorpresa...

La pongo en la camilla. Típicas contracturas de quien está muchas horas en la misma postura.

Vamos hablando de cosas. Tengo que hablarle con palabras sueltas porque si no no me entiende. Si el digo "¿cuántas horas hay en avión a China?" no me entiende, tengo que decirle "Horas avión China España" para que me entienda, y toda la conversación así.

25 años me dice que tiene, niño de tres años, divorciada. Yo creo que miente. Tiene por lo menos treinta. Me dice que es de Suá o algo así, un barrio de Pekín (Pbeishíng o algo así pronuncia). Que está muy sola.

Le doy un repaso de arriba a abajo con mis grandes, cálidas, poderosas y suaves manos. Se estremece con las diferentes maniobras que hago sobre su musculatura y piel. Voy relajando su musculatura.... Me dice que "manos médico chino" refiriéndose a las mías.

Cuando llevo veinte minutos se da la vuelta, se quita las ropa interior y se me queda mirando con picardía y sin decir nada.

Coloco mi dedo índice en su ombligo y rozando ligeramente voy bajando hasta el clítorix y juego en torno a él. Coloco mis labios allí y me pongo a hozar como un San Bernardo en el arroyo en un día de Julio en su schoscho peludo de las que ya casi no se ven entre las blancas.

La cojo en mis brazos, apenas pesa nada, no creo que pese mucho más de 40 kilos, es pequeñita, apenas uno cincuenta, muy delgadita, de berzas diminutas, melena larga teñida de castaño. La llevo en brazos a mi lecho mientras bailo mientras la llevo. ¡Pesa tan poco!

Muchos piquitos que van subiendo. Besos, muchos besos.....

La sigo acariciando, empezamos a sentir la piel del uno contra el otro en la cama....

"Guapo, tú muy guapo, tú muy grande, me dice". Me acaricia mucho el interior de mis brazos, blanco como la leche. "Tú muy blanco, más blanco mejor, yo amarillo, Tú blanco, tú bueno".

La penetro, suave, muy suave, despacio, despacio. Su risa, por dios, su risa, sus gemiditos, me hace carantoñas como un niño pequeño. Me fascina, me fascina....

Hasta muy tarde con ella, tres veces hacemos el amor con casi medio siglo que tengo, hacía tiempo que no disparaba tantas balas.

Comunicación más animal que otra cosa, muy limitada....

Acaba de salir de mi cuartucho otra vez, me dice que vaya a Pekín con ella, que seremos felices.

Estoy en una nube. ¿Cuánto durará esto?

¿Y qué shishi hago yo en Pekín si ni siquiera aquí soy capaz de ganarme la vida ni lo he sido nunca?

Estoy rebozado en su perfume....








10-12-2020





Ahora estoy con mi chinita tierna, con su asterisco perfecto, de esos que huelen a flor, una mezcla entre dulzón y caliente. Sí, el caliente es un olor para mí. Veo esa bella figura encima de la cama, a cuatro patas, con el ojo ciego en pompa, ofrecida como una cortesana caliente, esperando ser sometida a los deseos de su macho alfa. Y la tiento con la puntita de mi lengua, y noto que eso está suave como culito de bebe, que además de suave es de una consistencia adecuada, entonces hago una leve presión con mi lengua inhiesta y dura, como si fuese una platano que quiere horadar esa puerta mágica. Los pelitos suaves del shishi me hacen cosquillas en la barbilla mientras intento meter con verdadera ansia la cara entre las cachas de ese ojo ciego pequeñito e indómito.

Y cómo se retuerce de placer. Normal por otra parte, porque a todos nos gusta que nos laman el ojo ciego, de ahí el dicho.Le paso mi lengua por el asterisco y entonces el tiempo se para cuando le hago círculos en el sentido horario con la punta de mi lengua sobre su esfínter perfectamente definido y aderezado con los perfumes que la progenitora naturaleza ha creado única y exclusivamente para esa zona del cuerpo y que para mí son comparables al néctar que las flores guardan en sus pétalos.





Viajo a otro mundo, un mundo donde después de haber aceptado la invitación de mi Chinita de ir con ella a su país. Me traslado a un lugar maravilloso, unos bosques encantados llenos de comida, unas montañas misteriosas, ríos caudalosos, cielos puros, noches estrellada
Las estaciones del año perfuman el ambiente con mil aromas. Un lugar donde el tiempo pasa más despacio, donde siempre suena de fondo el bullicio de la naturaleza. En ese lugar mi preciosa chinita, cuasi una deidad, vive con su anciana y venerada progenitora. Y prepara manjares con cariño para la anciana y para mí, y mientras los comemos la vieja cuenta historias arcanas que jamás han salido de esos lugares, historias que no se parecen a nada de lo que antes me haya ofrecido este foro, internet, los libros o las historias de mi pueblo. Manteniendo mi imaginación saciada con el flolklore y mi cuerpo sereno con las técnicas amatorias de la hija.





11-12-2020





Hoy me ha dado un baño y me ha enjabonado y restregado con mucha delicadeza. Me ha asado pescado y le ha quitado la piel y las espinas antes de metermelo en la boca. Jamás me interrumpe cuando hablo, ni me molesta si me ve con el pc, ni me levanta la voz. Como mucho se acerca silenciosamente a mí y me acaricia suavemente el pelo para decirme que la comida está lista.











12-2-2020





La cosa no está ya tan idílica con mi chinita.

Ayer la pillé dos veces hurgándose la nariz mientras ***ábamos. Es lo más anti erótico que puede haber, está uno ahí dándolo todo y la chinita fingiendo unos jadeos acompasados y de repente se mete el deo en la nariz y empieza a rebuscar con cara de tener el moco pegado al tabique. Dos veces la pillé, una cuando estaba ella encima, no se cortó y se hurgó, y otra cuando estaba debajo, tenía su cara a escasos 40 cm de la mía y coge la muy estulto y se mete el deo en la nariz y empieza a hacer movimientos circulares dentro como rebañando.

Después puso a soltar mientras hablábamos a voces porque se quería comprar un piso barato y me decía si yo sabía de alguno para comprarlo a medias. Y menudos esfuerzos hacía la tía, se conoce que el arroz estriñe de huevones, pero unos fuerzas brutales, me daba cosa a mí oírla porque yo soy de los que según se está bajando los pantalones ya me tengo que apretar el ojo ciego para no cagarme antes de sentarme. Y ella ahí apretando y gimiendo como una condenada, y tardó bastante, que no le salió eso con facilidad. Y después se limpió el ojo ciego y fue al lavabo a escupir y no me acuerdo si se lavó las manos, pero lo que no se me olvida es el olor que inundó todo el ambiente y que no era como el olor a cosa nuestra, los occidentales. Era un olor como ferroso, un olor como si un perro enfermo se comiese algún producto químico caducado y cagase. No se parecía a nada que yo hubiese olido antes, ni tampoco después, por eso no os puedo especificar más el olor. Era la primera vez que una mujer cagaba en mi presencia, nunca antes había tenía el honor de presenciar ese acto tan íntimo. Mis otras mujeres nunca dejaron que las viera cagando.
 
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