En la cabeza por supuesto mata y atraviesa al menos el hueso del cráneo al entrar, dudo que salga con una pistola, pero con una carabina puede que sí la atraviese.
Los rifles de francotirador suelen usar calibres pequeños, por las grandes ventajas que tienen el usar calibre pequeños.
De todas formas se exagera mucho con la cuestión de los calibres, al final la potencia la determina más que nada, la masa del proyectil, la cantidad de pólvora que lleve el cartucho y la longitud del cañón. A más masa, más pólvora y hasta cierto punto, más largo sea el cañón, mayor será la velocidad que alcance el proyectil y mayor energía llevará la bala, que básicamente es un almacén de energía en forma de energía cinética, a más energía, más pupa hace a más velocidad, sobre todo si las balas llegan a velocidad supersónica, se produce un efecto al impactar contra el cuerpo que vendría a ser parecido al de una bala de cabeza hueca, es decir, que suelta toda la energía dentro del cuerpo sin atravesarlo, pero eso sí, el destrozo que eso supone es total, porque los órganos y vasos sanguíneos revientan ya que a esas velocidades supersónicas, el cuerpo se comporta como un sólido, algo así como si fuese de cristal y ese efecto raja la carne y los órganos como si se cortasen con un cuchillo.
El .22 también es muy usado por sicarios por ser armas pequeñas, con un silenciador prácticamente suena como una grapadora o poco más, las puntas de las balas se suelen deformar tanto, que no pueden usarse para identificar las estrías que deja el cañón en la bala y eso impide identificar el arma, eso sí, los disparos en la cabeza exclusivamente si se quiere apiolar.
Hay pistolas de clavos que usan lo que vendría a ser cartuchos del 22, pero sin proyectil y son capaces de clavar puntas de acero en hormigón armado en una sola descarga, con lo que energía sí que tienen.