Barbie es una distopía hembrista, presentada como algo POSITIVO, y ya logra un beneficio de 600 millones escondiendo su mensaje en los trailers





Hay una broma en la que Ken se pregunta cual es su profesión, y su profesión es "la playa". Beach que suena casi como BITCH




Bueno, pues como tenía un ratillo de asueto, voy a analizar, punto por punto, lo que dice Manuel Ligero en eu artículo.
Nota: Todo esto es ficción escrita por un desequilibrado, señoría. Yo soy muy fan de Barbie, y de lo pogre, y de la Bud-light y todo eso.

Homer Simpson tenía una frase, genial en su sencillez, para explicar cierto tipo de humor con vocación de denuncia: «Es gracioso porque es verdad».

Ya vamos apuntando maneras.

Greta Gerwig ha usado este procedimiento para hacer en Barbie un análisis cultural, tan despiadado como justo, tan exhaustivo como tronchante, del patriarcado dominante.

Análisis cultural era lo que hacían Alberto jovenlandesavia, Umberto Eco, Roman Gubern, Marvin Harris o Gilles Deleuzze.
La directora del filme ha seguido un guión inspirado en una muñeca. De plastico. De una multinacional.



Y lo ha hecho resignificando un icono verdaderamente difícil de redimir: el de la muñeca que representa la imposible mujer perfecta, epítome de toda la toxicidad asociada a la dictadura de la estética. La esencia de su drama, trasladado aquí en clave de comedia, es que Barbie entiende lo que significa ser una mujer de verdad en el mundo real.
La película trata, más allá de cualquier otra consideración, del acto de tomar conciencia. Conciencia feminista, por si no ha quedado lo suficientemente claro.

A ver que levante la mano, porque no no me queda claro. ¿O sea que esa monótona turra rosa que dais las 24 horas del día y los 7 días de la semana no es conciencia feminista?

Esto es importante porque mucha gente acudirá a ver Barbie sin saber lo que realmente recibirá: un sanísimo, crítico, revelador y divertido manifiesto político.

Un manifiesto político que es como debe de ser, claro: De los "buenos". Qué huevazos, Manuel.

En cambio si usted fuese un redactor de derechas hablando maravillas de una película católica y diciendo lo mismo "un sanísimo, crítico, revelador y divertido manifiesto político" todo el mundo pondría el grito en el cielo acusándole de carca, totalitario y enemigo de la libertad.

Ah, y me encanta eso de "sin saber lo que realmente recibirá".

Como se nota quien paga...



No es una película infantil sobre un muñeco, como se ha hecho con los G.I. Joe o los tras*formers. Su fenomenal campaña de marketing atraerá a los cines a una masa ingente de papás y mamás conservadores, con su numerosa prole de la mano, y realizarán un importante gasto en entradas, refrescos y palomitas.

¡¡El arte, el arte y la cultura!!
El arte y la cultura que YO DIGO. Lo otro es todo de derechas.


A cambio, estos disciplinados votantes de derechas obtendrán una maravillosa fábula feminista y anticapitalista. Y aunque los tráilers ya daban alguna pista, no lo verán venir. Sólo hay un adjetivo para definir semejante nivel de troleo: épico.

No es troleo. El troleo se hace de forma anónima y, normalmente, sin gastar decenas de millones de dólares en producción.

Por otra parte forzar a la gente (por muy "de derechas" que sea) a tragarse un mensaje que no han pedido sólo se puede entender desde la psicopatía política.
Eso que a usted le parece tan graciosísimo y un "troleo épico" no es más que manipulación, y hacer daño.
Imagino que a usted, por activa o por pasiva, le pagan en forma de favores o de pasta, porque esto de ir a jorobar al otro con propaganda y cosas.

Ah, y otra cosita. Nada, un detalle: El que trolea en internet no pretende acabar con su victima. Cosa que Hollywood y lo pogre si que se empeñan en hacer.


Alguien contaba en Twitter que Carmen Lomana, en el preestreno, se largó de la sala a mitad de la proyección. Claro, Carmen, que será de derechas pero no es sencilla, entendió que la impugnación política del «universo Barbie» no encajaba para nada con su ideología.

Imagínese que yo soy Lars Von Trier.
No, en serio, imagíneselo.

Hago una película tremendamente desgarradora y rompedora sobre los problemas de dos estibadores daneses enamorados y su viaje a través del inframundo budista del "Bardo Thodol" e inspirado en el Marqués de Sade. Todo muy innovador, muy sensual, muy homoerótico, y muy estéticamente fino.

Usted (que paga por una entrada) se encuentra con que aquí el bueno de Lars ha hecho una peli en dónde básicamente los estibadores gayses son Franco y Jose Antonio que vuelven a la vida y se dedican a apalizar a pagapensiones y lesbianas.

A usted le daría asquito, ¿verdad?
Claro.

¿Qué opinaría si entonces yo escribo algo como "jajajaja mira lojs progresss!! han recibío de su propia medicinaaaaaa!!" o alguna chusquedad similar?
Un ataque sin precendentes a la libertad, la concordia, la libertad sensual, etc, etc

Y una sensación de que le han tomado el pelo.

Pero claro, eso sólo es "gracioso porque es verdad" cuando le metes el dedo (o la platano) en el ojo al que crees que es tu feroz contrincante político.
Bueno, y que le pagan por eso, claro.



Queda la duda de si lo entendieron igual de bien quienes acudieron al evento haciendo un despliegue de plastiquete y purpurina que queda claramente ridiculizado en la película.

Pues no lo sé ¿eran de derechass o eran gente de izquierdas?
¿Eran calvos, eran calvos?


En la mejor tradición de la sátira, Barbie establece una yuxtaposición entre todo lo que está mal en el mundo real y su chirriante correlación con el discurso capitalista oficial.

Le recomiendo que no lea usted a Aristófanes, ni a Quevedo, ni a Pedro Muñoz Seca, ni a Mihura, ni a Julio Camba, ni...

Bueno, que no lea nada "cómico", porque si considera que Barbie está en la "mejor tradición de la sátira" al leer algo satírico de verdad usted puede sufrir de un esguince de meninges.

Otro si digo: El uso de "yuxtaposición" es bastante cutre en esa frase.
Y es taaan años 90 ...

Por otra parte lo de "discurso capitalista oficial" es genial.

Un tío que escribe sobre la película de una muñeca de plástico de una multinacional juguetera, producida en Hollywood, y con decenas de millones de dólares gastados en publicidad tiene el cuajo, los huevones, el papo, el morro de decir discurso capitalista oficial. Tócate la platano, Angelines.


Hay gente que cree que el capitalismo se nutre de dinero, y hasta cierto punto es así, pero su verdadero combustible son nuestros sueños. Lo importante es soñar. Y la siempre postergada materialización de estos sueños es lo que mantiene su estructura en pie.

Notable alto en primero de hermetismo: Como es dentro es afuera, como es fuera es adentro. Así es arriba como es abajo. Visita el interior de la tierra que rectificando encontrarás la piedra oculta. No te pongo sobresaliente porque no hablas de egregor, si no de sueños... y eso es una cursilada.

El «universo Barbie», con sus cuerpos perfectos y su felicidad exterior, es una ensoñación. Ese mundo, de repente, se agrieta cuando la Barbie Estereotípica (Margot Robbie) empieza a experimentar nuevos y desagradables sentimientos. Alguien, en el mundo real, está jugando con ella e imaginando modelos insólitos: la Barbie con Pensamientos Irreprimibles sobre la fin o la Barbie con Celulitis.

A lo de Aristófanes, Quevedo, Muñóz Seca, Mihura, y los demás hay que unirle otra nueva recomendación: No lea usted nada de ciencia ficción ni fantasía, que le puede dar una embolia.

¿Alguien que en un "universo" hace algo que luego tiene consecuencias en otro "universo paralelo"?
¡Que le den el nobel de literatura a Greta Gerwig!
¡Y el de física!
Y el premio Hugo, y el Nébula.



De bruces contra la realidad

Cuando Barbie viaje al mundo real establecerá un nexo solidario con las mujeres que lo habitan. Este proceso de iluminación adquiere cotas realmente conmovedoras en el rostro de Robbie, una actriz formidable que va tras*formando poco a poco su personaje, derribando el abominable cliché de la rubia sencilla y maciza y convirtiéndolo, a través de su inteligencia, su sensibilidad y su aguda percepción de la realidad, en una activista del feminismo. Todo esto lo realiza, además, dando una clase magistral de comedia. En ese contexto, la cantidad de matices que es capaz de aportar es sencillamente genial. El público ríe, llora y se educa con ella. Lo de Robbie es, en efecto, de otro mundo.

"y se educa con ella"

"Pero nosotros no manipulamossssss, eso es una mentira y fake niusss de los fatxassss"

Claro, claro.

Por cierto: Si lees este párrafo con la voz del NO-DO se te aparece Serrano Suñer y te baila el aserejé y te concede tres deseos.


En cambio, el conocimiento del mundo real producirá en Ken (Ryan Gosling) el efecto contrario. Condenado a ser un personaje subalterno en Barbielandia, en nuestro entorno terrenal experimentará una epifanía de tipo machocapitalista. Como el musculitos ignorante que es, encontrará aquí un paraíso para el hombre: el patriarcado. «Es gracioso porque es verdad», diría Homer.

Lo de machocapitalista tiene gracia. Poca, pero es ingenioso.
Pero ¿Le parece a usted gracioso que los hombres seamos el 90% de las personas sin hogar, el 95% de los muertos en accidentes laborales?
¿Que tengamos menor esperanza de vida, que el cáncer de próstata apenas se investigue?
¿El fracaso escolar, el acoso, los abusos a menores?

Es lo que tiene el machocapitalismo. No sólo dominamos el mundo, si no que, además, nos hacemos las victimas porque somos así de iluso.
Y de egoistas.
Y de patriarcales.


Si un día Simone de Beauvoir y Bertolt Brecht hubieran quedado para escribir un vodevil a cuatro manos les hubiera salido algo parecido a Barbie. Greta Gerwig, en un momento de la película, incluso se permite romper la cuarta pared y jugar la carta del efecto de distanciamiento brechtiano.

Pirandello.
El que inventa lo de romper la cuarta pared es Pirandello.
Bretch lo hace en "Dialogo para fugitivos".


El público, que se está riendo a carcajadas, no deja en ningún momento de ser consciente como sujeto político. Desde el feminismo, Barbie trabaja en la misma longitud de onda satírica en que lo hacía, desde el antifascismo, El gran dictador. Y ambas, por cierto, hablan de los grandes temas de su tiempo (que desgraciadamente no están tan alejados).

Una multinacional (MATTEL) promocionando el feminismo.
Feminismo guay, inclusivo, y NECESARIO.

Y si mueves un pelo o dices una palabra en contra, o simplemente TE ABURRE, entonces eres sin remisión un nancy, un fistro, un malo, y un capitalista fascista hijo de Drácula y Charles Manson.

Todo fetén y correctísimo, salvo cuando señalan que soy un ******. Ahí ya me cabreo y digo que el mundo es machista y terrible.


Resulta muy estimulante anticipar todas las críticas que recibirá Barbie por su posicionamiento político: que si el buenismo pogre, que si la matraca de la ideología de género, que si el feminista radicalsmo… Conocemos a sus artífices, y si nos importara lo más mínimo su enmascarada y lastimosa existencia, hasta disfrutaríamos viéndolos rabiar.


No queride, no.
Lo que quieres es acabar con todos los que no compren el discurso totalitario.
Que se te ve el plumero.


Pero no, no nos importa. Digan lo que digan un puñado de incels quejicas, Barbie es una película estupenda.

No, hijo, no.
No son cuatro incels quejicas. Hay hasta mas de un puñado (y más de dos) de mujeres a las que la película les parece un espanto, una tomadura de pelo, y, lo que es peor, pura propaganda para desmoralizar y jorobar a la gente.

Ah, y por cierto.
El incell es el que te trae el pedido de Just Eat.
Es también el que limpia la cosa de la redacción, del cuarto oscuro, y del supermercado.
El incell es ese que, cuando te roban el iPhone, redacta la denuncia.
Y ese puñado de incells no cobra la pasta que a ti te dan por soltar semejante cosa.
 
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Fijaros el nivel de fraude que ha habido con el público, al publicitar la película, que han evitado poner el cartel de "Película Recomendada por fomentar la Igualdad de Género", porque saben que eso es veneno para la taquilla.....

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