Subvertir el bien y el mal es algo que lleva haciéndose de un tiempo a esta parte con muchas obras.
Obras antiguas pueden ser tachadas de monocromas y maniqueas en su escala de valores y como en la era actual la jovenlandesal es muy relativa pues te ponen un gazpacho ideológico, veáse esas películas de villanos como Maléfica o El Joker.
A su vez el tropo del personaje malvado redimido es antiquísimo y atractivo de cara al público pero ahora directamente no es que tenga redención es que el mundo estaba equivocado desde el principio y los otros pasan a ser los "malos".
Los libros de Tolkien y su mundo fantástico que es en realidad de lo que beben todos estas sagas de juegos de mesa y videojuegos tienen una definición clarísima del bien y del mal. Demasiado conservador y ultracatólico para los que dirigen el cotarro en la actualidad.
Obras antiguas pueden ser tachadas de monocromas y maniqueas en su escala de valores y como en la era actual la jovenlandesal es muy relativa pues te ponen un gazpacho ideológico, veáse esas películas de villanos como Maléfica o El Joker.
A su vez el tropo del personaje malvado redimido es antiquísimo y atractivo de cara al público pero ahora directamente no es que tenga redención es que el mundo estaba equivocado desde el principio y los otros pasan a ser los "malos".
Los libros de Tolkien y su mundo fantástico que es en realidad de lo que beben todos estas sagas de juegos de mesa y videojuegos tienen una definición clarísima del bien y del mal. Demasiado conservador y ultracatólico para los que dirigen el cotarro en la actualidad.