Así se infla una carrera académica: cómo firmar artículos científicos desde el Bachillerato gracias a unos padres catedráticos

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Así se infla una carrera académica: cómo firmar artículos científicos desde el Bachillerato gracias a unos padres catedráticos
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Actualizado Lunes, 17 julio 2023 - 08:43
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Con 26 años, Manuel Toledano Osorio tiene 73 'papers' publicados en revistas de impacto, 71 con su familia. Antes de ir a la universidad ya figuraba en nueve
Manuel Toledano Osorio, con sus padres odontólogos, en la clínica dental de Granada que dirige.

Manuel Toledano Osorio, con sus padres odontólogos, en la clínica dental de Granada que dirige.E. M.
Manuel Toledano Osorio tiene 26 años, un currículo excelente y unos padres, catedráticos de renombre en la Universidad de Granada, que lo han aupado en su ascenso hacia el éxito. A pesar de su juventud, la firma de este doctor en Odontología figura en 73 artículos científicos, publicados la mayoría de ellos en revistas de impacto. Esta cifra probablemente le convierte en uno de los investigadores españoles de su edad con mayor producción científica.
La diferencia con sus colegas es que él comenzó a firmar como coautor de investigaciones promovidas por sus padres cuando aún estaba en Bachillerato. Su nombre aparece en nueve papers recibidos por cuatro revistas del índice Journal Citation Reports (JCR) en 2014 y 2015, cuando aún no había ido a la universidad. Tenía 17 años y no había comenzado la carrera, pero en las publicaciones declaró una afiliación a la Universidad de Granada que era inexistente.
Artículo de 2014, cuando tenía 17 años, firmado con sus padres y su tía y con afiliación a la Universidad de Granada.

Artículo de 2014, cuando tenía 17 años, firmado con sus padres y su tía y con afiliación a la Universidad de Granada.
La Inspección de Servicios de la Universidad de Granada investiga a Toledano Osorio después de recibir una denuncia por un supuesto caso de endogamia y trato de favor en esta institución pública. Un portavoz del campus explica que el proceso está «sujeto a confidencialidad» y que, «desde que tuvo conocimiento de la situación, la Inspección está recopilando información, aplicando la normativa y el código ético» aunque «no se ha abierto aún expediente disciplinario a nadie por este asunto».
Toledano Osorio se graduó en Odontología con 23 años en la Universidad de Granada. Para entonces, ya había firmado como coautor de 44 investigaciones científicas, según la base de datos PubMed. Lo usual es que los alumnos publiquen cuando comienzan a hacer el doctorado, aunque se puede dar el caso de que, durante los últimos años, el trabajo final de grado o el trabajo final de máster pueda acabar propiciando una publicación. Pero él fue acumulando méritos desde el inicio de la carrera que han contribuido a ponerlo en una situación de ventaja competitiva a la hora de acceder a ayudas del Estado y ser admitido en los cursos públicos de posgrado más reconocidos en su ámbito de investigación.
Los padres, Manuel Toledano y Raquel Osorio, son catedráticos en la Facultad de Odontología de la misma universidad y salen en el Ranking of the World Scientists: World's Top 2% Scientists, la clasificación de la Universidad de Stanford (EEUU) que reconoce a los investigadores más influyentes del mundo.
Otro artículo de 2015 publicado con su familia en una revista del primer cuartil.

Otro artículo de 2015 publicado con su familia en una revista del primer cuartil.
De los 73 artículos donde firma Manuel Toledano Osorio, en 69 de ellos aparece también su padre, en 68 figura asimismo su progenitora y en 36 sale su tía, Estrella Osorio, también catedrática de la misma facultad. En 71 de 73 firma con su familia. Las hermanas pequeñas del investigado, que han terminado segundo curso de Odontología en el mismo campus, tienen ya una decena de papers publicados cada una, siempre cofirmando con sus parientes. Al igual que su hermano, comenzaron a publicar desde el Bachillerato (siete artículos entre las dos). ¿Es esto normal?
«Desde mi experiencia investigadora, opino que no es habitual tener tantos papers publicados en revistas de impacto, y a esa edad», responde Francisco Luis Mesa, decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Granada, que, después de 36 años en la universidad y dirigiendo un grupo de investigación, ha publicado 70 artículos.
Toledano Osorio sostiene, sin embargo, que «en todos los artículos» en los que ha colaborado ha realizado «una función suficiente para constar en la investigación». Explica a este periódico que empezó a ir al laboratorio en 2º de Bachillerato, después de sus clases en el colegio. «Iba todas las tardes y trabajaba con el microscopio analizando las muestras. En ningún sitio se dice que no se puede publicar antes de tener la tesis», defiende. Aunque no tenía ninguna vinculación contractual ni estudiantil con la Universidad de Granada, pudo entrar y trabajar dentro de sus instalaciones siendo un bachiller. Sus padres tenían la llave.
Artículo firmado por las hermanas, con sus padres y hermano, cuando estaban en Bachillerato.

Artículo firmado por las hermanas, con sus padres y hermano, cuando estaban en Bachillerato.
«Es verdad que he tenido facilidades al principio, pero mi apellido no ha sido un regalo. Recibí el Premio Extraordinario de Bachillerato y tuve una media de 10 en esta etapa. Desde el primer año de carrera me he ido los veranos a EEUU y me he esforzado más que el resto. Nadie me ha regalado nada», argumenta.
Distintas fuentes académicas explican que «en determinadas facultades se crean incentivos para inflar artificialmente los currículos» y «se tiende a publicar mucho, sin tener en cuenta la calidad de las investigaciones». Ninguna de ellas conocía un caso de alguien que comenzara a firmar papers desde el Bachillerato, una práctica que, coinciden, «devalúa la calidad de las publicaciones».
Existen precedentes en Corea del Sur, donde en 2019 el Gobierno encontró 24 casos de profesores universitarios con hijos en edad escolar que habían firmado artículos científicos para aumentar sus posibilidades de entrar en las universidades más demandadas. En el país asiático este tipo de prácticas se sancionan con medidas disciplinarias, como el despido del profesor, pero no en España.
Cuando Toledano Osorio comenzó la facultad, en 2015, siguió publicando con la ayuda de sus padres. «Cualquier estudiante de grado tiene la ocasión de hacer lo mismo que yo hice, sólo se les requiere dedicar parte de su tiempo libre y periodos estivales», sostiene. En 4º curso se convirtió en colaborador científico del catedrático Mariano Sanz, uno de los odontólogos más prestigiosos de España. Explica que, antes de acabar la carrera, realizó estancias de investigación en la Universidad de Tennessee, en la Universidad Complutense, en la Universidad de Minnesota y en el King's College de Londres. «Asimismo, obtuve becas de colaboración e investigación en varias convocatorias competitivas dirigidas a estudiantes de grado, cuyo objetivo es facilitar colaboraciones en investigación», añade.
Su tesis doctoral, dirigida por su padre.

Su tesis doctoral, dirigida por su padre.
Al terminar la carrera, en 2020, comenzó los cursos de doctorado. En octubre de 2021 se le concedió una beca FPU del Ministerio de Educación que disfrutó hasta que, el pasado febrero, leyó su tesis doctoral, dirigida por su padre. Su expediente le ha ayudado a ser admitido en al menos cuatro máster o cursos de experto públicos.
Fuentes universitarias denuncian que Toledano Osorio se ha matriculado en más programas que los que realmente ha asistido, lo que le ha permitido «seguir fabricando su currículo» y «ha quitado oportunidades a otros alumnos muy brillantes». Al mismo tiempo que disfrutaba de la beca FPU, que le exigía estar en Granada con tareas de investigación y carga docente como profesor, ha estado viviendo en Madrid, a 400 kilómetros de distancia, realizando un máster que teóricamente era de dedicación exclusiva. También figura inscrito en otro máster al que dice que ha renunciado, aunque se le guarda la plaza. Él sostiene, en cambio, que ha estado «yendo y viniendo» de una ciudad a otra, compaginando todo, aunque admite que se le dio un «permiso» para flexibilizar su asistencia.
«Muchos docentes en Odontología utilizan la facultad pública a su antojo, las plazas se reservan para sus hijos y usan las instalaciones públicas para sus propios intereses y los de sus descendientes, algo muy injusto para el resto de alumnos que, aun mereciéndolo, no tienen las mismas oportunidades por no ser hijos de. No existe la meritocracia. Sigue habiendo endogamia y además la aplican con descaro», indican fuentes universitarias.
El año pasado, la Federación de Jóvenes Investigadores escribió una carta al ministro Joan Subirats para que «aborde como es debido el problema de la endogamia que lacra nuestras universidades». La Ley Orgánica del Sistema Universitario (Losu), aprobada en marzo, prometía medidas contundentes contra este problema, pero al final se han quedado en prácticamente nada.
 
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Yo conocí un departamento universitario formado por el catedrático, su hija y el novio de esta

Todo muy familiar

Estudiante de derecho con padres, abuelos, tíos, bisabuelos.... Con bufete y conocidos en la provincia que acabó con notaza la carrera en junio del quinto año cuando la mayoría siempre tenía alguna pendiente

Por supuesto a l semana estaba trabajando en el bufete familiar


Oye a nadie le da por hacerse dentista, chapista, pintor, poeta o esquiador en esa familia

Todos abogados desde 1890

No será de la órbita de García Garrido? Esos llevan siendo abogados desde siempre.
 
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