cuñado de bar
Hablando sin tener ni idea
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El nuevo Mazda CX-60 es capaz de ofrecer una experiencia personalizada a cada conductor. A través de una cámara, este sistema es capaz de detectar los ojos y guardar las preferencias de hasta seis personas, más invitados, en más de 250 ajustes diferentes.
22/07/2022 - 13:17 CEST
Mazda es una marca diferente. Desde su sede de Hiroshima desarrolla y refina tecnologías orientadas al ser humano para perfeccionar la experiencia de conducción y atender las necesidades individuales de cada persona. La llegada del Mazda CX-60 ha recalcado el ADN de la firma japonesa y ha dejado patente el mimo con el que diseña y fabrica cada uno de sus modelos.
Entre su amplio listado de arsenal tecnológico destaca el sistema de reconocimiento facial, que realiza tres funciones. En primer lugar, el guiado automático a través de una cámara ubicada en la pantalla multimedia de la consola central detecta la posición de los ojos del conductor y estima cuál es su complexión para ajustar automáticamente el asiento, el volante, la pantalla del Head Up-Display o los retrovisores exteriores.
En segundo lugar, la función de restablecimiento automático restaura los ajustes elegidos por cada conductor. Eso es posible gracias a que el sistema es capaz de guardar las preferencias de hasta seis conductores diferentes, más invitados, en más de 250 ajustes, como los de climatización o sonido.
Por último, el Mazda CX-60 también dispone de una asistencia que facilita la entrada y salida del vehículo. De este modo, el coche por sí mismo es capaz de desplazar el volante y el asiento para habilitar el acceso y el descenso.
Despliegue tecnológico
El fin del sistema de reconocimiento facial del Mazda CX-60 es hacer al conductor la vida a bordo más fácil y sencilla. Pero no se detiene aquí, pues el SUV cuenta con un sinfín de elementos que complementan esta función tan útil y que sitúan al modelo como una de las opciones más conectadas de su segmento.
Así, la conectividad es uno de los elementos claves del CX-60. En el salpicadero encontramos, por ejemplo, elementos como las dos pantallas de 12,3 pulgadas, una en el cuadro de instrumentos y otra en la pantalla central. Además, el Head-Up Display ofrece al conductor una experiencia de conducción completa, cómoda y segura.
En el apartado de seguridad, el modelo japonés presenta novedades como el monitor de visión 360°, que mejora la visibilidad a través del vehículo durante la circulación a baja velocidad; el sistema de detección de peatones traseros, de mantenimiento en carril de emergencia o el asistente de velocidad inteligente.
Un amplio listado de asistentes pone en valor el aclamado i-Activsense, el conjunto de sistemas de asistencia a la conducción de Mazda. El control de descenso de pendientes, que facilita el descenso por pendientes pronunciadas con superficie resbaladiza o irregular; el limitador de velocidad, basado en el reconocimiento de señales de tráfico o la detección de vehículos que se aproximan por detrás, entre otros, certifican este reconocimiento. A todos ellos hay que sumar el control de ángulo muerto, el asistente a la frenada en ciudad o la detección de peatones traseros.
La seguridad del Mazda CX-60 no se frena ahí. La marca japonesa ha puesto especial hincapié en mejorar la seguridad pasiva mediante tecnologías innovadoras. Por ello, tras analizar accidentes reales, se han rediseñado el capó y el parachoques delanteros con el objetivo de proteger no solo al propio vehículo, sino también a los automóviles con los que se puede producir una colisión y a los ocupantes de los mismos o mejorar la protección de un viandante o un ciclista en caso de atropello.
Así funciona el sistema de reconocimiento facial del Mazda CX-60: sabe perfectamente quién eres | Marca
Esto ocurre en una marca japonesa con mucho prestigio. El que se compre un coche para 2023 va a estar estropeado. Es más importante las pijadas, que la conducción. Seguro que no baja de 40k y es la antesala para tener conectado el coche a la dgt.
22/07/2022 - 13:17 CEST
Mazda es una marca diferente. Desde su sede de Hiroshima desarrolla y refina tecnologías orientadas al ser humano para perfeccionar la experiencia de conducción y atender las necesidades individuales de cada persona. La llegada del Mazda CX-60 ha recalcado el ADN de la firma japonesa y ha dejado patente el mimo con el que diseña y fabrica cada uno de sus modelos.
Entre su amplio listado de arsenal tecnológico destaca el sistema de reconocimiento facial, que realiza tres funciones. En primer lugar, el guiado automático a través de una cámara ubicada en la pantalla multimedia de la consola central detecta la posición de los ojos del conductor y estima cuál es su complexión para ajustar automáticamente el asiento, el volante, la pantalla del Head Up-Display o los retrovisores exteriores.
En segundo lugar, la función de restablecimiento automático restaura los ajustes elegidos por cada conductor. Eso es posible gracias a que el sistema es capaz de guardar las preferencias de hasta seis conductores diferentes, más invitados, en más de 250 ajustes, como los de climatización o sonido.
Por último, el Mazda CX-60 también dispone de una asistencia que facilita la entrada y salida del vehículo. De este modo, el coche por sí mismo es capaz de desplazar el volante y el asiento para habilitar el acceso y el descenso.
Despliegue tecnológico
El fin del sistema de reconocimiento facial del Mazda CX-60 es hacer al conductor la vida a bordo más fácil y sencilla. Pero no se detiene aquí, pues el SUV cuenta con un sinfín de elementos que complementan esta función tan útil y que sitúan al modelo como una de las opciones más conectadas de su segmento.
Así, la conectividad es uno de los elementos claves del CX-60. En el salpicadero encontramos, por ejemplo, elementos como las dos pantallas de 12,3 pulgadas, una en el cuadro de instrumentos y otra en la pantalla central. Además, el Head-Up Display ofrece al conductor una experiencia de conducción completa, cómoda y segura.
En el apartado de seguridad, el modelo japonés presenta novedades como el monitor de visión 360°, que mejora la visibilidad a través del vehículo durante la circulación a baja velocidad; el sistema de detección de peatones traseros, de mantenimiento en carril de emergencia o el asistente de velocidad inteligente.
Un amplio listado de asistentes pone en valor el aclamado i-Activsense, el conjunto de sistemas de asistencia a la conducción de Mazda. El control de descenso de pendientes, que facilita el descenso por pendientes pronunciadas con superficie resbaladiza o irregular; el limitador de velocidad, basado en el reconocimiento de señales de tráfico o la detección de vehículos que se aproximan por detrás, entre otros, certifican este reconocimiento. A todos ellos hay que sumar el control de ángulo muerto, el asistente a la frenada en ciudad o la detección de peatones traseros.
La seguridad del Mazda CX-60 no se frena ahí. La marca japonesa ha puesto especial hincapié en mejorar la seguridad pasiva mediante tecnologías innovadoras. Por ello, tras analizar accidentes reales, se han rediseñado el capó y el parachoques delanteros con el objetivo de proteger no solo al propio vehículo, sino también a los automóviles con los que se puede producir una colisión y a los ocupantes de los mismos o mejorar la protección de un viandante o un ciclista en caso de atropello.
Así funciona el sistema de reconocimiento facial del Mazda CX-60: sabe perfectamente quién eres | Marca
Esto ocurre en una marca japonesa con mucho prestigio. El que se compre un coche para 2023 va a estar estropeado. Es más importante las pijadas, que la conducción. Seguro que no baja de 40k y es la antesala para tener conectado el coche a la dgt.