El nacionalismo es una trampa. Se trata de buscar la excusa por la cual sentirse superior a los demás, hasta el punto de retorcer la historia y conseguir que diga lo que te interesa, que seguramente es buscar la fórmula para que ese sentimiento de superioridad pueda servir para solicitar privilegios. Y a partir de ahí, pues utilizar los elementos comunes: el idioma, las tradiciones, la historia, todo lo que se pueda deformar y hasta inventar, para dibujar una imagen idealizada. Vamos, el 'hombre nuevo' de toda la vida, pero en versión casera.
Eso provoca un sentimiento de unidad bastante menso, en el que gente que de otra forma ni se hablaría, olvidan sus diferencias y abrazan una causa común. Para llegar ese extremo, la manipulación ha de ser grande y continua. Muy cercana al totalitarismo.
Siendo aragonés, defiendo mucho más el orgullo. La idenfificación personal (nunca común) de que la gente de tu territorio es parecida a ti, tiene gustos y costumbres parecidos, y te recuerda a la tierra donde naciste y en muchos casos has vivido.
Pero siendo consciente de que el que nació en la otra punta del país a 700Km no solo tiene derecho a sentirse parecido, sino que en ningún caso será mejor o peor.
E igual que te puedes ser orgulloso, también has de ser consciente que de tu tierra (si sigues viviendo en ella, y por pura lógica...) proviene el mayor número de fulastres que conoces, por lo que en ningún caso ser de ahí asegura nada.
Vamos, que eso del nacionalismo lo veo persona, un poco hasta 'folclórico', un simple apego. En cuanto traspasa eso y se va a la política, a buscar cómo homogeneizar gentes, en cómo preguntarse desde qué punto de vista somos mejores que los demás, acabará dando el mismo ardor de estomago que cualquier otro identitarismo, pues es una primera piedra para el futuro totalitarismo.