Os lo digo con respeto y estima porque sois foreros con pedigrí. Manda huevones que seis días después de la publicación de la sentencia sigáis con lo de:
- Es que era menor...
- Es que si te juntas con menores ya sabes lo que te puede pasar...
- Es que fueron unos inconscientes...
- Si eres un baboso simple, pues ya sabes a lo que te arriesgas...
- Pues a mí no me dan pena, tienen lo que se buscaron...
- Si tuvierais hijas, lo entenderíais...
Que ya lo sabemos, jorobar. Que se ha analizado en cientos de hilos donde la sentencia ha sido examinada del derecho y del revés, por delante y por detrás. Que todos los que somos personas civilizadas y tenemos dos dedos de frente lo hemos sabido siempre: A LOS MENORES NO SE LES TOCA. Que ahora ellos, que no parecen civilizados ni tener dos dedos de frente, ya lo saben también. Que el artículo 183 del CP lo deja muy claro: si tienes relaciones con una persona de menos de 16 años, cometes, cuanto menos, abuso sensual. ¿Deberían haber sido condenados por abuso? Sin duda, con los agravantes por acceso carnal por vía bucal y porque, con toda seguridad, sabían su edad concreta.
Que el problema con la fruta sentencia NO ES ESE. Que el problema es que se les ha condenado por agresión sensual, cuando no hay ni una sola prueba, ni una, ni la más mínima, de que hubiera violencia o intimidación en lo que sucedió, salvo el testimonio de la propia chica, un testimonio que cambió hasta cuatro veces, contradiciéndose continuamente; que, en cambio, hay toda una serie de indicios (mensajes y audios en RRSS, manifestaciones de la chica a sus compañeros de clase y amigos, la anotación de lo sucedido en la famosa carpeta "mis líos") que ponen de manifiesto que todo fue consentido y totalmente voluntario y no cabe, por tanto, ni agresión sensual ni la famosa "cooperación necesaria".
Que los psicólogos y jueces han jugado a su conveniencia con la madurez/inmadurez de la denunciante, considerando que un relato lleno de contradicciones que cambió hasta en cuatro ocasiones, es "coherente, persistente y verosímil", mientras que todo lo que dijo por whatsapp y en persona a sus amigos y compañeros ha sido descartado porque "es una niña inmadura que sólo quería darse importancia y no se puede tomar en serio lo que dice".
Que ese testimonio plagado de contradicciones ha servido para meter casi 40 años de guandoca a unos tíos que podrán ser todo lo fulastres o pervertidos que se quiera, que han cometido un delito y deben pagar por ello, pero que NO son los monstruos forzadores que nos quieren colar.
Ese es el problema con la sentencia. Ese. No otro. Ese.