Anticomunistas de Miami piden la oleada turística de Cuba

Médicos de Cuba y de Miami; dos mundos opuestos

Es significativo que mientras varios médicos cubanos han muerto en Venezuela atendiendo gratuitamente a los pacientes más pobres, en Miami y otras ciudades de este país otros médicos están matando a sus pacientes para ganar dinero.

Carlos Rivero Collado (Para Kaos en la Red) [25.05.2008 19:29] - 1367 lecturas - 108 comentarios


Hospital de la Habana

Hace más de veinticuatro siglos, nació en la isla griega de Cos quien después sería considerado Padre de la Medicina, a pesar de que ya esta ciencia se practicaba en Mesopotamia, Egipto, India y China varios siglos antes que él.Se llamó Hipócrates y viajó mucho por Grecia y Asia Menor, practicando su ciencia, a la que llamó arte,y escribiendo lo que después se conoció como el Corpus Hippocraticus, aunque algunos historiadores creen que éste fue, en parte, obra de varios filósofos y científicos, desde Pitágoras hasta la ocupación romana de Grecia. De todos sus escritos, el más famoso es el que se conoce como Juramento Hipocráticoy ha perdurado hasta nuestros días. Tres de sus párrafos dicen:

1) “A aquél quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mandamiento y si lo desea participará de mis bienes. Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo”

2) “Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror.

3) A cualquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupto.

Hipócrates murió, según se cree, en el año 377 ane, o sea hace 2,385 años. A partir de entonces, el mundo ha tenido millones de médicos. ¿Cuántos se han mantenido fieles al Juramento Hipocrático? Nadie lo sabe, por lo que sólo podemos hablar de lo que sucede hoy, o sea sobre hechos reales, evidentes y palpables.

Analizo ahora este fenómeno desde el punto de vista de los médicos cubanos. Dejo al criterio y voluntad de otros analistas hacer lo mismo sobre los médicos de sus países.

A partir del triunfo de la Revolución, Cuba adoptó el sistema de salud de los países socialistas, o sea la medicina al servicio de todos los ciudadanos, tan gratuito como la luz que los alumbra, el aire que los refresca y el agua que les da vida.

Miles de médicos y trabajadores de la salud fueron a los rincones más apartados del país, en varios de los cuales las personas, sobre todo niños, morían por falta de asistencia médica.

Otros miles de médicos salieron del país y se asentaron en Estados Unidos, sobre todo, en Miami.

Muchos de aquéllos han muerto. Aun los más jovenes, que tenían entonces, digamos, unos veintiséis años de edad, tienen hoy 75 y ya no ejercen la profesión.

A partir de entonces, en Cuba se han graduado decenas de miles de médicos, y en Estados Unidos hay miles de ellos, cubanos o de origen cubano, o sea hijos o parientes cercanos de cubanos emigrados. Muy pocos de los graduados en Cuba después de 1959 han salido del país y se han establecido en Estados Unidos.

En este medio siglo de Revolución, todos los cubanos han tenido acceso libre a la atención médica, a pesar del estricto bloqueo econó-mico del imperio que provoca que, a veces, no se pueda disponer de las medicinas y los equipos que se necesitan.

A partir de entonces, han muerto cientos de miles, quizás millones, de ciudadanos, víctimas de accidentes, enfermedades o vejez; pero jamás ha muerto uno solo por falta intencional de asistencia médica.

Cuba tiene hoy uno de los más bajos índices de mortalidad infantil, y, ciertamente, el más bajo de todos los países subdesarrollados del mundo.

Veamos lo que hacen hoy los médicos cubanos en Cuba y el mundo, y los médicos cubanos o de origen cubano en Estados Unidos, sobre todo en Miami.

1-. Los médicos de Cuba.

Como salí de mi patria, la última vez,hace más de treinta años y no suelo analizar cuestiones en las que no tengo un conocimiento directo, voy a referirme, en cuanto a los médicos de Cuba, a varios datos aparecidos en la internet, sobre todo los de Hernando alopécico Ospino, que fueron publicados en Le Monde Diplomatique, cuya utilidad consiste en que hasta ahora nadie ha podido probar, con seriedad, que ni uno solo de ellos es incierto. En resumen, estos datos dicen lo siguiente:

a)1963: Cuba forma su primera brigada internacional, con 58 médicos y ayudantes de sanidad, y la envía a Argelia, que había alcanzado su indepedencia después de muchos años de guerra.

b) De 1963 al presente: más de 100,000 doctores y ayudantes de sanidad son enviados a 97 países, sobre todo a Africa y América Latina, para atender, en especial, a los enfermos más pobres,sobrepa-sando, en mucho, lo que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por contraste, la organización Médecins sans Frontiéresenvió al exterior sólo unos 4,000 doctores y enfermeros en 2003-2004.

c)1998: Cuba crea la maquinaria para enviar ayuda médica a los países que sufren catástrofes naturales.

d) Agosto de 2005: el Huracán Katrina, el peor desastre natural de Estados Unidos mata o desaparece a unas 2,500 personas, en su gran mayoría pobres de New Orleans. Cuba ofrece enviar 1,600 médicos. Bush lo rechaza. Hoy se sabe que la causa de esa masacre fue que el gobierno federal se negó, por muchos años, a reparar los diques defectuosos del Lago Ponchtrain, al norte dela ciudad y cerca de los barrios más pobres, habitados por afroamericanos.

e)Octubre del 2005: la región de Cachemira, en Pakistán, sufre un terremoto de 7,6 en la Escala Richter que mata a unos 73,000 seres humanos. Cuba envía médicos y ayudantes de medicina –llegarían a ser unos 2,500-- que forman 30 hospitales de campaña para atender heridos y enfermos, muchos de los cuales no habían visto un médico jamás. Seis meses después, los profesionales cubanos ya habían atendido, sin costo alguno, a un millón y medio de pacientes y reali-zado 13 mil operaciones quirúrjicas. Veamos lo que dijo entonces el diario Dawn: “Llegaron sin hablar una palabra de urdu y elaboraron poco a poco su propio cuaderno de ‘urdu básico’, con el que se comunicaban con sus pacientes. Se ganaron la confianza de la población local”.

f)Venezuela: hoy hay unos 14,000 médicos cubanos que trabajan en dos programas sociales. En el primero, llamado “Barrio Adentro”, miles de elloshan ido a las zonas más pobres e inaccesibles del país a atender, gratuitamente, a las personas más necesitadas; les llaman “los doctores descalzos” porque van a las áreas a las que ni siquiera los médicos locales se atreven a llegar, debido a la extrema pobreza, el peligro y el aislamiento. En el segundo, llamado “Operación Milagro”, han sido atendidos y curados decenas de miles de venezolanos que padecen de problemas de la vista y cientos de ellos han sido llevados a Cuba para ser operados de cataratas y glaucoma. Esta operación se ha extendido a varios países de America Latina y El Caribe. Jamás ningún gobierno, cuerpo privado u organización internacional ha realizado un programa médico globalde esta naturaleza a tal escala.

g) EL SIDA: con un índice de infección del HIV de 0.09%, muy inferior al de Estados Unidos que es 0.6%, Cuba ha desarrollado uno de los más efectivos programas para combatir esta enfermedad, que tantos millones de muertos han causado en el mundo,y ocho países de Africa y seis de América Latina se están beneficiando de ellos.

h) ELAM: la Escuela Latinoamericana de Medicina fue fundada en 1998. Ya tiene 21 facultades. En julio del 2005 se graduaron los primeros 1,610 estudiantes de varios países de América Latina. La educación, vivienda, libros, tras*porte y comida de los estudiantes son gratuitos.

i)Setenta millones:hace dos meses, José Ramón Balaguer, Ministro de Salud Pública, declaró que los médicos cubanos atienden a unos setenta millones de seres humanos en decenas de países, sobre todo en las áreas adonde viven los más pobres. Hasta ahora nadie ha podido rebatir el informe del Ministro.

j) China, 2008: el gran esfuerzo sostenido de los médicos cubanos en el mundo no se detiene; antes de anoche, 23 de mayo, un equipo médico llegó a Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, en China, para ayudar a las víctimas del gran terremoto que asoló a ese país y en el que han muerto más de sesenta mil seres humanos.

Muchas otras cosas pudieran decirse de los médicos cubanos, pero es muy reducido el espacio para decirlo.

Pero ... ¿están todos los médicos cubanos dedicados a tan noble tarea?

Tomemos ahora una nave imaginaria, crucemos el Estrecho de la Florida, lleguemos a Estados Unidos y detengámonos en el sur de la Florida (En esto no tengo que recurrir a la internet ni a ningún otro autor, pues lo conozco de sobra por experiencia propia y puedoescribir de ello hasta que se me gasten las yemas de los dedos)

1-. Los médicos de Miami

Fuentes médicas de la o*nU estiman que unos 27,000 niños mueren todos los días en el mundo como consecuencia de enfermedades curables y falta de asistencia médica, o sea 1,125 cada hora, 20 cada minuto, uno cada tres segundos. En el tiempo que toma leer esta simple frase, tres niños habrán muerto en el mundo a causa del hambre,la miseria, la insalubridad y la falta de cuidado médico y medicinas.

Se cree que en Estados Unidos hay más de un millón de médicos. ¿Hay uno solo que esté dedicado a evitar alguna de estas muertes en la misma forma en que decenas de miles de médicos cubanos están atendiendo ahora, gratuitamente, a tantos millones de seres humanos en muchos países subdesarrollados? Y si lo hay ... ¿adónde está que nadie lo ha visto?

¡¿No conmueve la conciencia que eso pueda hacerlo un país tan pequeño que sufre la guerra económica que le hace el imperio en complicidad con los subimperios europeos?!

¿Están los médicos de aquí de Miami, en su mayoría de origen cubano, salvando un solo niño de los 27,000 que mueren todos los días en el mundo a causa de la miseria?

Se ha dicho que unos 45 millones de seres humanos, entre ellos unos 27 millones de niños, carecen de seguro médico en Estados Unidos, y tienen que pagar de lo poco que ganan lo mucho que cuestan los médicos, las clínicas, los hospitales y las medicinas, o sea el servicio de salud más caro del mundo.

Esta no es una despiadada diatriba contra el sistema político, social y económico de Estados Unidos, como pudiera pensar cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad, sino un hecho rigurosamente cierto y ahí están las evidencias estadísticas que lo prueban.

La raíz del problema radica no sólo en la insensibilidad y el egoísmo que el sistema capitalista genera, sino en el hecho de que las universidades de Estados Unidos son las más caras del mundo. En la Universidad de Miami, por ejemplo, estudiar Medicina cuesta unos 320,000 dólares. En Harvard, Yale, Columbia y muchas otras el costo es aun mayor. Por lo que, al graduarse, lo que sale del aula no es un cirujano con un bisturí en una mano, sino un pirata con un cuchilloen la boca.

En los países civilizados, el cuidado de la salud es un servicio social gratuito para toda la población; en Estados Unidos es un gran negocio, quizás el más sólido y rentable de todos porque no hay nada más importante, como es lógico, que la salud, y es por eso que las universidad lo explotan por adelantado.

Esto que, sin dudas, es una monstruosidad, puede ser, por el contrario, una gran ventaja para muchas personas que no tienen seguro ni dinero para pagar la atencion médica y puede hasta salvar-les la vida. ¡¿Cómo asi?! Veamos:

La mayor violación de los derechos humanos que hay en el mundo es negarle a una persona la atención médica; pero es una mayor violación de esos derechos poner en peligro la vida de los seres humanos experimentando con su salud para ganar dinero.

Por lo regular, cuando una persona va a ver un médico aquí en Miami --o en cualquiera otra parte de Estados Unidos--,con un buen seguro o con el suficiente dinero para pagar, deja de ser un paciente y se convierte en una mercancía a la que hay que explotar al máximo. Hay excepciones, por supuesto, como en todo, pero son pocas.

Veamos tres ejemplos:

1-Un señor llega al médico, que puede tener su consulta privada o trabajar para una clínica u hospital –y, repito, no sólo en Miami sino en el resto del país-- , y le dice:

--Doctor, tengo un dolorcito aquí en el dedo rellenito del pie derecho que me está molestando (Doc, I have a little pain here in my right toe that’s bothering me a little bit).

Ya en ese momento, el médico sabe la clase de seguro o la solvencia económica del paciente porque de eso se ocupa la empleada de la consulta, clínica u hospital al que acude antes de que pueda ver al médico, pues debe llenar un cuestionario con preguntas bien espe-cíficas.

Si no tiene seguro y es pobre, el médico le dirá algo así como:

--¡Ah, eso debe ser un clavito en el zapato! (Oh, that must be a little nail in your shoe!)

Entonces, toma el estetóscopo y se inclina hacia el suelo como si fuese a auscultar el zapato, mientras sonríe con sorna, pues en Estados Unidos, y en especial en Miami,la pobreza inspira desprecio y burla hasta de los familiares más cercanos de quien la padece.

Después que el paciente se quita el zapato y el médico le aprieta un poco el pie, le dice, con el propio gesto sarcástico:

--Estás entero, no tienes ni callos (You’re in good shape, you don’t even have any calluses)

Concluida la farsa, que el paciente toma en serio porque le cuesta dinero, el médico le receta dos aspirinas cada seis horas, y le pasa una cuenta por 75 dólares, que es más que lo que aquél gana en un día de arduo trabajo.

Es posible que unos días después el dolor se le pase, o, tal vez, es el primer síntoma de un reuma que en pocos años lo ha de condenar a una silla de ruedas. Pero eso ya no es asunto del médico.

2-En otra ocasión, va a ver al médico un paciente que tiene un buen seguro o dinero para pagar hasta un tras*plante de corazón, y el propio dolorcito en el dedo rellenito del pie derecho. En este caso, el médico abre más los ojos y exclama:

--¡Oh, eso hay que investigarlo! (Oh, we have to look into that!)

--Pero es sólo un dolorcito, doctor –dice este paciente, al igual que el otro—(It’s o*nly a little pain, doc).

Como en esta ciudad –y en este país-- tener dinero o un buen seguro está en proporción directa, muchas veces,con la ignorancia de quien lo tiene, el médico puede decirle lo que se le ocurra como, por ejemplo,que pudiera ser una tara sifilítica o el primer síntoma de un cáncer en la rabadilla. El paciente no tiene base para dudar lo que el médico le diga porque no sabe una palabra de medicina ni jamás le ha interesado otra cosa que no sea hacer dinero en la estricta especialización a la que se ha dedicado, sea negocio, profesión u oficio. Puede ser un siquiatra que no sabe otra cosa que no sea siquiatría o un abogado al que llaman corporate lawyer porque representa corporaciones y no conoce ninguna otra ley, ni siquiera del tránsito. Sea lo que fuese, está a merced del médico que, en vez de curarlo, lo explota al máximo, convirtiendo un mal menor en una tragedia.

El médico le dice entonces, al hombre afortunado:

--¿Dolorcito solo? Hay que hacerte análisis de todo. (A little pain? You have to have all the analysis done)

Como el informe de los análisis está casi en chino, el médico lo interpreta en la forma que más dinero le produzca. Y ahí es cuando se pone a experimentar con el paciente y, a veces, el dolorcito en el dedo rellenito del pie derecho puede costarle hasta la pierna izquierda.

A veces el paciente tiene la suerte de pagar sólo el alto costo de los análisis y las medicinas de los cuales el médico gana una triple comisión: del laboratorio que hace los análisis, de la compañía farmacéutica que fabrica la medicina y de la farmacia que la vende.

Si el enfermo tiene un buen seguro no le ha de importar mucho, a pesar de que tendrá que cubrir el 20% de los gastos. Y si tiene dinero, lo hará con gusto porque pensará que si no lo hace le puede costar la vida y el dinero nada vale en la tumba ... sobre todo para el que está en ella.

A veces el paciente corre con suerte porque va a ver a un médico que tiene demasiado trabajo, estafando a muchos otros pacientes, y se salva sólo con unos pocos análisis y unas modestas medicinas; pero ésta es la excepción. Por lo regular, es muy difícil que el bolsillo del paciente o los fondos de la compañía de seguro puedan escapar de la garra mercantil del médico, la clínica o el hospital.

Permítanme que mencione, como tercer ejemplo, algo que viví en carne propia. Mi hermano Jorge sufrió un stroke –ataque de parálisis—en diciembre del 2005 y lo llevamos al Coral Gables Hospital, del que después me enteré que no era un hospital sino un matadero. Trabajaba para una dependencia del gobierno municipal y tenía un buen seguro. Unos días después se sentía bien, hablaba y se reía de las bromas que le hacíamos para animarlo. Entonces, los dueños del hospital y los médicos que lo atendían, todos cubanos o de origen cubano, se dieron cuenta que, si no hacían algo, tendrían que darle de alta y la cuenta sólo ascendería a unos diez mil dólares a lo sumo. Era muy poco. Mi hermano, con su buen seguro, valía el triple, al menos el doble. Había que hacer algo. Entonces se pusieron a experimentar con él. Unos días después dijeron que era diabético, lo que ni él mismo sabía, y que había que amputarle un dedo de su mano derecha en el que se había hecho una herida. Parece que le pusieron un coagulante para que no le llegara sangre al dedo amputado y lo que hizo fue que no le llegó tampoco al cerebro, pues el grave peligro de los médicos de aquí no es sólo su excesivo mercantilismo sino la incompetencia criminal con la que actúan o sea el malpractice. A partir del día de la amputación, mi hermano sufrió varios strokes y murió el 6 de enero del 2006, a los 49 años de edad. Llegó a esta ciudad con dos años de edad, nunca renunció a su ciudadanía cubana y siempre fue antimperialista. De niño, como era diecisiete años menor que yo, lo llevaba a todas partes; de hombre fue mi mejor amigo y siempre andábamos juntos. Aún lloro su fin.

Otro de los negocios preferidos de estos médicos cubanos, o de origen cubano, de Miami –y de muchos otros de Estados Unidos--, es el de los homes. Unas personas que, casi siempre, llevan aquí muchos años, establecen un home, o sea un pequeño asilo de ancianos que tiene por lo regular unos doce asilados que no pueden valerse por si solos o, si pueden, les estorban a sus hijos u otros familiares cercanos.

Hay casos especiales en que, por ejemplo, una persona o unmatrimonio tienen que trabajar en la calle y, como el anciano no se puede valer por sí mismo, entonces se justifica esta acción; pero no en aquéllas –en este caso la mayoría-- en que un miembro de la familia puede cuidar al anciano sin necesidad de ponerlo en esa cárcelsombría e insensible que es el home en este país, sobre todo en Miami.

Los médicos que tienen el acuerdo, secreto por supuesto,con los dueños del home son los que logran, por anticipado, la atención profesional de los viejitos y como todos o casi todos son mayores de 65 años, tienen Medicare, o sea seguro de salud que paga el gobierno federal, y es ahí cuando se ponen a experimentar en grande con la salud de ellosporque saben que van a cobrarle al gobierno más rico del mundo que, por lo demás, se gasta cientos de miles de millones de dólares todos los años no en curar sino en apiolar a millones de personas con sus guerras.

No se sabe la cantidad de viejitos que mueren víctimas de estos experimentos, más financieros que médicos, pero son muchos.

Algunos médicos han sido tan bandidos y, sobre todo, tan descui-dados que han ido a parar a la guandoca; pero sólo unos pocos. Por lo regular, estos asesinatos y estafas pasan desapercibidos.

La ganancia que dejan estos homes es mayor, en proporción, que la de muchos negocios, pues cada viejito paga unos setecientos dólares mensuales por estar allí, lo que es cubierto casi todo por el cheque de seiscientos dólares mensuales que les da el Social Security, y les dan la peor comida chatarra, los maltratan físicamente cuando protestan y, en general les dan el trato peor. Los familiares ni se enteran porque casi todos están tan enfermos, muchos con alzheimer,que no puedenhablar para denunciar los maltratos.

Casi todos los médicos que atienden estos homes son unos señoresque si les mencionan a Hipócrates se tapan la nariz con el pulgar y el índice de una mano. Hacen horrores, como cirugías y tratamientos innecesarios, y recetan medicinas distintas a las que necesitan los viejitos porque son mucho más caras y tienen comisión en las far-macias.

En este país hay muchos médicos que se han hecho millonarios, quizás el único del mundo en la que un médico puede hacerse millonario en el ejercicio exclusivo de su profesión. La crónica social de los domingos está llena de fotos de médicos con sus esposas, enjoyados y emperifollados como si fuesen condes de la era de Luis XIV. En otros países sólo aparecen en esas crónicas los grandes empresarios, no los médicos, porque en ellos sólo son clase media. Aquí no. Aquí la gran empresa es la medicina, o sea la enfermedad.

Mientras tanto, los viejitos mueren lentamente en los homes.

Existe, además, en Miami y otras ciudades de este país, el negocio de las clínicas privadas, muchas de ellas amparadas en el plan Health Maintenance Organization o HMO, que le cobran una cantidad mensual al asociado, por lo regular modesta, porque la ganancia está cuando el paciente va a consultarse por primera vez con un médico de la clínica y es ahí cuando se convierte en un producto y comienza la explotación financiera. Si el asociado es mayor de 65 años y tiene Medicare, o si es menor y tiene Medicaid, la clínica lo exprime aun más porque sabe que se lo está haciendo al opulento gobierno; si no tienen ninguna de estas coberturas de salud, la explotación es menor, pero siempre el asociado tiene que gastar cientos o miles de dólares por enfermedades que muchas veces no tiene. Por ejemplo, el enfermero que toma la presión sanguínea lo hace con un equipo en que el paciente no puede ver los números, de manera que aunque la presión mínima sea 80, por ejemplo, el enfermero va a decir que es 105 ó 110 y es ahí cuando comienzan los tratamientos y las medicinas, siempre caras. Otras veces el médico le aprieta un poco ambos pies y le dice que tiene diabetes, aunque el paciente se la esté chequeando con un equipo portátil y vea que, en ayunas, el azúcar no le llega ni a 90. En este caso, el médico le dirá que esos pequeños equipos no sirven para nada y que tiene que hacerse los análisis, que él interpreta no con espíritu científico sino económico, como decíamos antes. Y así comienza la siempre creciente explotación que muchas veces le cuesta la vida al explotado.

Es significativo que mientras varios médicos cubanos han muerto en Venezuela atendiendo gratuitamente a los pacientes más pobres, en Miami y otras ciudades de este país otros médicos están matando a sus pacientes para ganar dinero.

Es imposible cubrir todos los crímenesmédicos que se perpetran en este país en un solo análisis, por lo que seguiré escribiendo sobre esto en otra ocasión.Pero, ¿Por qué los médicos de Cuba y los médicos de Miami y el resto de Estados Unidos actúan en forma tan opuesta? Le dejo al lector la respuesta.

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Cuba acusa a USA de nuevas acciones subversivas

Menciona la realización de cursos para contrarrevolucionarios, autoproclamados "periodistas", impartidos mediante videoconferencias por profesores de la Universidad Internacional de Florida

KAOSENLARED.NET -- Cuba acusa a USA de nuevas acciones subversivas

Cuba acusó hoy al gobierno de Estados Unidos de urdir y estimular nuevas provocaciones contrarrevolucionarias, que forman parte intrínseca de su política subversiva y estrategia dirigida a derrocar a la Revolución.

Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), publicada por el diario Granma, denuncia, una vez más, la actuación ilegal de la Sección de Intereses de ese país (SINA) en La Habana.


Precisa que ese proceder es violatorio del acuerdo bilateral que dio lugar al establecimiento de esa Oficina, de las leyes cubanas y las normas internacionales refrendadas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, de la cual Estados Unidos es signatario.


El texto aclara que en las últimas semanas ha tenido lugar una escalada de las acciones provocadoras organizadas y financiadas por la SINA, la cual incrementa sus actividades injerencistas e ilegales en la Isla.


Tales hechos tienen lugar -insiste la declaración- a pesar de las reiteradas denuncias realizadas, por su condición de puntal de la política subversiva del gobierno norteamericano y Estado Mayor de la contrarrevolución interna.


Entre las más recientes acciones cita la organización de una actividad por el Día de los Padres, ocasión en la que el secretario de Comercio de los Estados Unidos, el cubanoamericano Carlos Gutiérrez, co-presidente de la Comisión encargada de la aplicación del Plan Bush contra Cuba, se dirigió a un grupo de elementos contrarrevolucionarios a través de una videoconferencia.


Menciona la realización de varios cursos para contrarrevolucionarios, autoproclamados "periodistas", impartidos mediante videoconferencias por profesores de la Universidad Internacional de Florida, con sede en Miami.


Esos funcionarios reciben financiamiento oficial de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID) específicamente para ese programa, indica la declaración.


También hace referencia a la atención personalizada ofrecida por funcionarios diplomáticos norteamericanos a cabecillas contrarrevolucionarios, a quienes visitan en sus propias viviendas y contactan de manera semiclandestina para darles indicaciones.


Otra modalidad ha sido el traslado de instrucciones directas por personal diplomático de la SINA a los mercenarios para incrementar sus acciones subversivas, incluida la incitación a actos provocadores en la vía pública y en lugares simbólicos como la Plaza de la Revolución.


El otorgamiento de facilidades para acceder de manera permanente a los centros de Internet de la SINA y el suministro constante de dinero, teléfonos celulares, medios de comunicación, computadoras y propaganda contrarrevolucionaria, son citados en la acusación.


El MINREX dispone de información confirmada de que la SINA pretende organizar otras actividades ilegales e instiga a sus mercenarios en Cuba a realizar provocaciones en la vía pública, alrededor de la fecha del 4 de julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos.


Tales actividades coincidirían también con el término de la misión en Cuba y la salida definitiva del país del jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, Michael Parmly, cuya actuación escandalosa e ilícita fue denunciada el pasado mes de mayo por el gobierno cubano, al comprobarse su conexión y participación directa en varios hechos.


En esa ocasión se mostraron evidencias de su vínculo con el trasiego de dinero procedente del terrorista de origen cubano Santiago Álvarez Fernández-Magriñá para los grupúsculos contrarrevolucionarios en Cuba.


La presente escalada constituye la más reciente muestra de desesperación de la administración estadounidense que, frustrada ante el fracaso renovado de su política de aislamiento contra Cuba, intensifica las provocaciones y la subversión, afirma la declaración.


El gobierno de Cuba emplaza al de Estados Unidos a responder por estos hechos y demanda el cese definitivo de las actividades injerencistas de aliento, organización, dirección, financiamiento y monitoreo de la contrarrevolución interna por parte de la SINA.


Reitera claramente que no tolerará la continuidad de estas provocaciones y acciones ilegales, instigadas por la administración norteamericana a través de sus funcionarios diplomáticos en La Habana, y responsabiliza al gobierno de esa nación por las consecuencias que puedan derivarse de su respuesta
 
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