Alianza Nacional: "El prisionero n° 7"

17 de agosto de 1987, Prisión Militar de Spandau (Berlín Occidental). El prisionero n° 7, Rudolf Hess, aparece muerto. Tenía 93 años de edad y llevaba 46 años preso -desde el 10 de mayo de 1941, en que voló en solitario a Escocia con el propósito de negociar una paz entre el Imperio Británico y Alemania-. En uno de sus bolsillos, apareció una nota de suicidio dirigida a su familia, pero quedó demostrado que esa nota era de 1969. Pese a todo, la declaración oficial fue “suicidio por ahorcamiento”. Tanto su enfermero -Abdallah Melaouhi- como su hijo -Wolf Rüdiger-, acusaron directamente al MI6 británico.




Rudolf Hess fue enterrado en secreto para evitar los reportajes de la Prensa y las concentraciones de militantes neonazis. Sin embargo, finalmente, las Cuatro Potencias autorizaron su enterramiento en la cripta familiar, en el cementerio luterano de Wunsiedel, lo que tuvo lugar el 17 de marzo de 1988. En 1995, fue enterrada en la cripta su esposa, Ilse. Pero, en 2011, el Consejo Parroquial -titular del Cementerio-, para poner fin a los actos de homenaje a Hess, que se celebraban anualmente en agosto, no prorrogó el arrendamiento de su tumba, por lo que, el 20 de julio, los restos mortales de Rudolf Hess fueron exhumados y entregados a su hijo, Wolf Rüdiger, quien se vió obligado a incinerarlos y a arrojar las cenizas en el Mar del Norte, porque ningún cementerio había autorizado darles sepultura.


La Prisión Militar de Spandau fue demolida para que no se convirtiera en un símbolo. La lápida de la tumba de Hess, con la inscripción ‘Ich hab’s gewagt’ -Me atreví-, fue destruida.


Sabemos quienes son nuestros enemigos. No perdonaremos.


Pedro Pablo Peña