Scire
Madmaxista
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Tras cosa de una semana de desconexión del Despegamos, he sentido un prurito masoquista y desmoralizante que satisfacer, de modo que he vuelto a descargarme el programa de la Voz, con el que fustigo mi ánimo en estos tiempos turbios, para escucharlo en uno de mis largos paseos, durante los cuales no debería escuchar nada sino el sonido de los coches y las taladradoras.
Pues señor, que me he quedado perplejo con el tema de hoy del Despegamos; la verdad, ni siquiera lo he entendido. Don Torrente Ramírez (también conocido como Jabiertzo Ramírez, pero quien últimamente tiene más dejes de voz y risa del grasiento Torrente) lo ha dedicado a las declaraciones de González Pons, un ser poco apreciable (es del PP) que compara las manifestaciones con el Maidan.
Don Torrente, con el fariseísmo que le caracteriza, se ha dedicado a llevarse las manos a la cabeza porque las manifestaciones en España, dice él, exigen punto menos que un golpe de Estado. Es decir, en lugar de criticar la conculcación del estado de derecho en España, lo que hace es poner el foco en los manifestantes que, por cierto, se manifiestan también contra la cobardía del PP.
¿Es este hombre menso o directamente un malvado?
Me da a mí en la nariz que este personaje, al que he seguido durante los últimos años con gusto, de quien reconozco que algo he aprendido, es peor que el propio don César Vidal, quien a su lado es un moderado.
Parece que don Torrente Ramírez solo guarda críticas para aquellos que son -de verdad o de de derechasda- críticos con el sistema actual: ataca más a Milei que a Massa, a Meloni que a Sánchez, a los manifestantes españoles que a los indepes, a EE.UU. y la U.E. que a China...
Todo intento de crítica y de rebelión lo tira por tierra: cuando los italianos, engañados o no, votan algo diferente, malo; cuando los españoles por fin se manifiestan, malo; cuando Polonia se rebela contra la UE, malo. Todo es malo, pero es que, ¡ah!, él no da soluciones. Es más fácil criticar los intentos, por fallidos que sean, de solucionar algo por parte de los demás. Él está muy cómodo pescando dólares de latinitos en río revuelto.
Un fistro oscurantista que tira por tierra todo, que no aprecia el esfuerzo de nadie, lamebotas de quien le da de comer: antes Losantos, ahora Vidal.
Eso sí: entre tanta crítica emerge una figura redentora: Xi Jinping escoltado por pilinguin, que lo hacen todo divinamente, pero que no son más que el espejo de quienes él critica.
Pues señor, que me he quedado perplejo con el tema de hoy del Despegamos; la verdad, ni siquiera lo he entendido. Don Torrente Ramírez (también conocido como Jabiertzo Ramírez, pero quien últimamente tiene más dejes de voz y risa del grasiento Torrente) lo ha dedicado a las declaraciones de González Pons, un ser poco apreciable (es del PP) que compara las manifestaciones con el Maidan.
Don Torrente, con el fariseísmo que le caracteriza, se ha dedicado a llevarse las manos a la cabeza porque las manifestaciones en España, dice él, exigen punto menos que un golpe de Estado. Es decir, en lugar de criticar la conculcación del estado de derecho en España, lo que hace es poner el foco en los manifestantes que, por cierto, se manifiestan también contra la cobardía del PP.
¿Es este hombre menso o directamente un malvado?
Me da a mí en la nariz que este personaje, al que he seguido durante los últimos años con gusto, de quien reconozco que algo he aprendido, es peor que el propio don César Vidal, quien a su lado es un moderado.
Parece que don Torrente Ramírez solo guarda críticas para aquellos que son -de verdad o de de derechasda- críticos con el sistema actual: ataca más a Milei que a Massa, a Meloni que a Sánchez, a los manifestantes españoles que a los indepes, a EE.UU. y la U.E. que a China...
Todo intento de crítica y de rebelión lo tira por tierra: cuando los italianos, engañados o no, votan algo diferente, malo; cuando los españoles por fin se manifiestan, malo; cuando Polonia se rebela contra la UE, malo. Todo es malo, pero es que, ¡ah!, él no da soluciones. Es más fácil criticar los intentos, por fallidos que sean, de solucionar algo por parte de los demás. Él está muy cómodo pescando dólares de latinitos en río revuelto.
Un fistro oscurantista que tira por tierra todo, que no aprecia el esfuerzo de nadie, lamebotas de quien le da de comer: antes Losantos, ahora Vidal.
Eso sí: entre tanta crítica emerge una figura redentora: Xi Jinping escoltado por pilinguin, que lo hacen todo divinamente, pero que no son más que el espejo de quienes él critica.