A los jovenes les falta hambre, la sociedad de consumo ha anulado sus instintos

Casarse hoy en día es arruinarse la vida. Tener hijos lo mismo.

Algunos no aprendéis.
Y, con esa mentalidad, más propia del apóstol oficial del Suicidio Demográfico en el foro, el forista racional, es que Ejpaña está condenada a desaparecer.
 
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En la epoca de mis padres los hombres jovenes era terminar los estudios y solo pensaban en una cosa: trabajar sin parar en lo que hiciera falta para convertirse en buenos proveedores, que es lo que toda mujer busca mas alla de la adoslescecia. Las mujeres lo mismo, era terminar los estudios y formarse o trabajar de lo que fuera, entregando dinero en casa para los gastos de la familia y luego emparejarse con alguien con futuro y formar una familia empezando dese abajo.

El viaje de luna de miel era todo lo que esas personas habian viajado. Tomarse cafes en terracitas era algo que solo se veia en las peliculas y se hacia muy de vez en cuando, de pascuas a ramos.

Hoy, gracias a la sociedad de consumo, hay mil cosas que se nos antojan necesitamos, y todo eso es gasto que se interpone entre los jovenes y su objetivo natural, que es formar una familia y tener hijos. La sociedad de consumo ha creado mentes debiles, y a anulado los instintos de los jovenes, para convertirlos en zombies de las ultimas tendencias.

Se critica a los pagapensiones, pero muchos tienen las prioridades intactas: ganar dinero para formar familias y procrear. Somos el resto los que estamos alienados y fuera de si.
Parte de ese 0,01% consciente de quién es y qué hace, fue Eric Trist, psicólogo que estudió en Yale (Skull&Bones) y fue alumno de B.F. Skinner. Trist observó la posibilidad de modificar la conducta (de hecho, lo llaman “conductivismo”, behaviorism) a través de ciertas técnicas. Existe una palabra clave en el conductivismo de masas: “crisis”. ¿Cuál es la época más crítica de todo ser humano? La adolescencia. Por ello, se busca prolongar la adolescencia de la población en sendos límites para prefabricar una sociedad global infantil, inmadura, descentrada, irreflexiva, dispersa, distraída y maleable. En civilizaciones normales, la adolescencia era un corto y natural lapso de tiempo (uno o dos años, a los 15 ó 16 años) que precedía a las responsabilidades de la vida adulta. Tras cien años de trabajo de los think-tank globalistas, la adolescencia es un amorfo tiempo extendido desde los diez años hasta unos indeterminados treinta y tantos (o incluso más). Saben que la mejor forma de garantizar la erradicación de relaciones interpersonales profundas es instigar a tener varios compañeros sensuales durante los críticos años de la adolescencia.

Saben que la promiscuidad asegura en la sociedad la incapacidad de aceptar un compromiso amoroso como base para la formación de una estructura familiar. Saben cómo demoler una estructura social sana, porque llevan siglos estudiándolo. A través del massmedia se sexualizó a los pre-púber y se prolongó el infantilismo en edades avanzadas, tal y como el Dr. Trist teorizó hablando de lo deseable que era lo que él llamó “adolescencia perpetua”. ¿Por qué hacer de la población mundial una masa eternamente adolescente? El adolescente es un consumidor nato. El adolescente gasta más. El adolescente es pusilánime. Y sobre todo: el adolescente no es ni un niño ni un adulto; es decir, es completamente dependiente y, al mismo tiempo, es incapaz de formar una estructura familiar independiente. Abrid los ojos y mirad a vuestro alrededor.

 
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