Pajares&Esteso
blanquita colombiana
Lo siento por sonar tan catastrofista, pero salió este tema de conversación en nuestro chat de magufos, que si el 2020 y el el bichito fue el inicio del fin. Si lo comparamos con esto creo que a la larga es peor:
1.En terremotos y otras catástrofes naturales. Como lo pudo ser el tsunami de Japón en el 2011 o el terremoto de hace unos años en Turquía. Afectan a una porción de la población y a pesar de que la recuperación de las ciudades puede llevar meses o años, pues eso, se recuperan.
2. En hambrunas o guerras, lo mismo: Se pierde una porción de la población, pero siempre hay esperanza en que se pueda recuperar de una manera u otra la sociedad
En cambio lo del 2020 no sólo se trató del del el bichito y las medidas de seguridad. En primer lugar fue una situación y vivencia distópica que cambió nuestra forma de ver la vida para siempre. Por ejemplo, en la división que hay de opiniones. Antes cada uno llevaba su teléfono y todo el mundo lo veía como algo normal, como mucho algún langosto diría que es para tener 'enganchado el coco' pero la gente no llegó a la asimilación que fue el proceso de hablar con alguien cara a cara a estar con un teléfono en la mano el 90% del tiempo. Ahora hay más gente que es consciente de que el teléfono puede ser un arma de información en las manos; ya no es sólo un cuento de 4 magufos, hay muchas personas que se documentan por Telegram porque no confían en los metodos tradicionales de información.
Lo que nos lleva a la división social: Desde el 2020 no había visto tal nivel de división e incluso castas en mi vida. Las charos contra los hombres, los funcionarios contra los trabajadores privados, el sector privado contra las ayudas, los langosto contra los jóvenes, etc. Mira que antes había un poco de todo, pero ahora la gente es más de barrer para su casa y más solipsista que nunca.
Importa el dinero y lo demás son tonterías: aunque esto ya lo había notado desde el 2004 durante el pleno boom del sector inmobiliario. Claro que de aquellas (y qún hoy) era difícil encontrar a alguien que trabajase más que por dinero, que es la pasión de hacer algo. Hoy en día hay algo que falla, porque no hay profesionalidad: Voy a un bar y la camarera no se entera, contrato a un albañil y en vez de preparar cemento deja sólo argamasa, etc.
1.En terremotos y otras catástrofes naturales. Como lo pudo ser el tsunami de Japón en el 2011 o el terremoto de hace unos años en Turquía. Afectan a una porción de la población y a pesar de que la recuperación de las ciudades puede llevar meses o años, pues eso, se recuperan.
2. En hambrunas o guerras, lo mismo: Se pierde una porción de la población, pero siempre hay esperanza en que se pueda recuperar de una manera u otra la sociedad
En cambio lo del 2020 no sólo se trató del del el bichito y las medidas de seguridad. En primer lugar fue una situación y vivencia distópica que cambió nuestra forma de ver la vida para siempre. Por ejemplo, en la división que hay de opiniones. Antes cada uno llevaba su teléfono y todo el mundo lo veía como algo normal, como mucho algún langosto diría que es para tener 'enganchado el coco' pero la gente no llegó a la asimilación que fue el proceso de hablar con alguien cara a cara a estar con un teléfono en la mano el 90% del tiempo. Ahora hay más gente que es consciente de que el teléfono puede ser un arma de información en las manos; ya no es sólo un cuento de 4 magufos, hay muchas personas que se documentan por Telegram porque no confían en los metodos tradicionales de información.
Lo que nos lleva a la división social: Desde el 2020 no había visto tal nivel de división e incluso castas en mi vida. Las charos contra los hombres, los funcionarios contra los trabajadores privados, el sector privado contra las ayudas, los langosto contra los jóvenes, etc. Mira que antes había un poco de todo, pero ahora la gente es más de barrer para su casa y más solipsista que nunca.
Importa el dinero y lo demás son tonterías: aunque esto ya lo había notado desde el 2004 durante el pleno boom del sector inmobiliario. Claro que de aquellas (y qún hoy) era difícil encontrar a alguien que trabajase más que por dinero, que es la pasión de hacer algo. Hoy en día hay algo que falla, porque no hay profesionalidad: Voy a un bar y la camarera no se entera, contrato a un albañil y en vez de preparar cemento deja sólo argamasa, etc.