Generalmente estoy a favor de los propietarios pero este caso es de una avaricia y una mala fe BRUTALES.
La inquilina NO DEJÓ DE PAGAR. Finalizó su contrato, la casera dijo que quería reformarlo y la mujer que es progenitora con un niño que ni siquiera caminaba le dijo que primero tenía que buscar un sitio donde vivir (obviamente!!!!).
La *** de la casera tras DOS puñeteroS MESES (que no fue un año, no, poco más de dos meses) le cambió la cerradura sin avisar. Imagina llegar a tu casa con tu bebé de dar un paseo y encontrar con que no puedes ni recoger tus cosas.
En fin, sinceramente los años de guandoca están bien merecidos. Entiendo que tenía una buena inquilina, que pagaba, y podría haberle dado un poco más de margen, e incluso reformar su pisito en otro momento.
Desde luego estamos asistiendo a una pérdida de valores a pasos agigantados... igual está casera era provida, católica, en contra del aborto, etc pero incapaz de empatizar con una progenitora de un niño pequeño que, por lo que parece, no le estaba dando problemas.