Creo que Sonic siempre fue mal entendido y mal enfocado por parte de Sega, asumiendo el feedback de los usuarios como bueno.
Para mí siempre un juego de carreras en perspectiva lateral. Con su historia infantililla de fondo, sus itemes y coleccionables. Una buena idea que podía haberse continuado de no haberse empeñado Kalinske en sacar un competidor de Mario y haberle dado todo el protagonismo a Yuji Naka o a Oshima (cuando la esencia de estos juegos no es el puercoespín azul simpático con guantes blancos, sino el diseño de los niveles, como se pudo ver en las entregas sobresalientes, como Sonic CD). Entre la mala sombra de Sega y las peleas USA-Japón, al final se decantaron por Nintendear a un incomprendido Sonic. Muy probablemente, renovando el talento del Sonic Team para poner a cretinazos kawai friendly y diseñadores de historias infantiles. De ahí el generoso plantel de personajes sin sentido y de irrelevancias.
Para colmo del sin norte de Sega, sacaron un juego de carreras rollo Mario Kart, que no está nada mal, pero termina de rematar mi idea de que Sonic planteaba un sistema de juego de conducción lateral.
De hecho, en plena vorágine de juegos de mundo abierto, me extraña que no hayan tonteado con algo que le podría venir bien; un mundo grande donde llevar a cabo tramos de alta velocidad, como mecánica de viaje rápido por el mapa, combinándolo con recolección de objetos, coleccionables y minijuegos originales (como fueron sus fases de bonus). Algo así como combinar Breath of the Wild y los nuevos Forza Horizon -salvando las distancias, ojo-
Por lo menos, han apreciado Sonic Mania, que es una vuelta a los originales. Es un atraso, sí, pero algo es algo.
De todas formas, Sega va a la deriva desde hace ya mucho. Seguro que están sacando la pierna de entre la falda cual meretriz del oeste para seducir a Phil Spencer, al que sea de Sony o a -quién sabe- Nintendo, ahora que llueve plata en el sector.