Creo que uno de los grandes problemas de la pronografía es que induce en el cerebro de los inceles una serie de pensamientos a cerca de las mujeres que nada tienen que ver con la realidad. En la pronografía las mujeres son perfectas, con comportamientos perfectos desde el punto de vista sensual, y no huelen. En la cabecita de los que no han conocido mujeres en la cama ellas se convierten en unos seres mitológicos que solo dan placer y huelen a coco y vainilla. Lo cual es mentira.
Una de las cuestiones que primero aprendes cuando mantienes relaciones con mujeres es que cuando se ponen cachondas empiezan a oler de una forma terrible. Sueltan por la vagina una especie de liquido purulento que en muchos casos huele literalmente a pedo. Incluso las más guapas. Además muchos días les huele el aliento. También tienen gases, y en general tienen las carnes mucho más fofas que los hombres y buena parte de ellas son muy blandurrias. Además son seres extremadamente caprichosos a los que les gusta estar constantemente poniéndote a prueba. Solo conciben que se haga lo que a ellas les da la gana, salvo que se trate de decidir sobre algo que en el fondo les importa un bledo, entonces ni les preguntes, dáselo hecho.
Creo que por esas fantasías convirtiendo a todas las mujeres en una especie de seres semiperfectos hemos llegado a la brutal burbuja actual del papo. Por eso es bueno que los chavales se vallan de pilinguis de vez en cuando (si no tienen novia), para que entiendan lo que es una mujer de carne y hueso. Así los chavales entienden cuando ven prono como es realmente el tipo de persona que tienen en la imagen, que también son seres de carne y hueso y no seres angelicales.
Es cierto que existe también ese tipo de mujeres que huelen muy bien, guapas, de carnes prietas, trato agradable, nivel de cultura aceptable y razonables. Pero suelen ser jovenes y son una minoría muy minoritaria en relación al total de mujeres. Yo he conocido a unas cuantas de esas, casi todas del este de Europa. Ese tipo de mujeres siempre han estado muy cotizadas, pudiendo llegar a provocar guerras terribles.
Creo que una de las principales funciones de los gobiernos debería ser fomentar las relaciones sanas entre los chicos y las chicas. Eso nos evitaría muchísimos problemas, incluido el abuso de la pronografía.