La deuda de los rusos crece como una buena masa de levadura.
El Banco Central, por mucho que lo intente, y lo intenta con todas sus fuerzas, no puede evitar que los rusos se endeuden. Es un poco como esas películas con esos animales lemmings saltando desde el borde de un acantilado. La deuda crediticia de la población sigue creciendo rápidamente. Según datos del Banco Central, hasta el 1 de abril los bancos habían concedido préstamos a la población por un importe de 36,6 billones de rublos. A esto hay que añadir también 1,4 billones de rublos de préstamos hipotecarios empaquetados en valores. También se trata de deudas de los hogares que los agentes hipotecarios compraron a los bancos. En total, esto asciende a 38 billones de rublos. Al parecer, existen documentos para otros tipos de préstamos según los cuales los bancos transfieren parte de las deudas pendientes a los cobradores de deudas (por ejemplo, el Banco Central informó que a finales del año pasado los bancos vendieron préstamos al consumo por valor de 250 mil millones de rublos), así que, si entendí correctamente , este total ascendió a 38 billones de rublos, es decir, menos de 400 mil millones de dólares, según figura en las tablas de los bancos. Si se lo vendieron a cobradores, ¿los bancos no lo demuestran? Las tasas altas no detienen a los prestatarios. Algunos están impulsados por la confianza en los ingresos futuros y las altas expectativas de inflación, mientras que otros obtienen nuevos préstamos para pagar los anteriores. Los préstamos están creciendo principalmente gracias a las personas que ya están endeudadas; La mitad de la cartera minorista de los bancos se destina a prestatarios con tres o más préstamos - señaló el Banco Central (un total de 12,9 millones de personas). Si no recuerdo mal, cuando preparamos el informe que resumía el año 2023, probablemente había menos de 11 millones de personas de este tipo. Otra cita del Banco Central es extremadamente importante: "Los prestatarios con un mayor nivel de riesgo obtienen préstamos a tasas más altas, mientras que los ciudadanos más solventes posponen la decisión de obtener un préstamo", dijo el regulador. Esto significa que creamos espirales sobre los más pobres y menos educados, en las peores situaciones de la vida. Como resultado, el Banco Central tuvo que revisar sus previsiones: en febrero predijo que el consumo de los hogares caería este año un 1% y el crédito al público aumentaría entre un 5% y un 10%, actualmente prevé un aumento del consumo de un 2,5%. 3,5% y préstamos minoristas, entre 7% y 12%.
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