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Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (hoy en castellano):
+
Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
+
Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy viernes y las lecturas:
“ Amarás a tu prójimo como a ti mismo ”
Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10
Esto dice el Señor:
«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.
“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los tras*itan,
pero los traidores tropiezan en ellos».
Salmo de hoy
Salmo 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17 R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré.
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto.
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre».
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de las MM. Dominicas del Monasterio Sta. María la Real - Bormujos (Sevilla).
Reflexión del Evangelio de hoy
No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos
Hoy escuchamos las palabras del profeta Oseas. Oseas es el profeta de la fidelidad, de la intimidad con Dios, del amor que se ofrece una y otra vez a los que se prostituyen con otros dioses, sirviendo a sus deseos y necesidades personales. El mensaje de Oseas es casi demasiado bueno para ser verdad: volved a casa, todo ha sido perdonado. Volver al primer y más verdadero amor de vuestra vida: Dios.
Oseas nos recuerda que tenemos que reconocer la bondad y la compasión de Dios y que Dios es el único que puede salvarnos. Solo podemos dar fruto gracias a Él. Esta lectura de Oseas es una descripción de Dios y de cómo ama al pueblo elegido, a pesar de que le vuelven la espalda adorando a otros dioses. Pero Dios nos dice: yo curare sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Y esta misma frase en la traducción de la Biblia de Jerusalén nos dice “Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente pues mi cólera se ha apartado de él”.
Dios será como rocío para su pueblo, y floreceremos como las azucenas. Nuestra fuerza y nuestras raíces serán como el cedro del Líbano, y nuestro esplendor como el olivo. Estas imágenes están repletas de esperanza y abundancia y llena de paz. Dios quiere ser todas esas cosas para nosotros. Porque Dios nos ama graciosamente, nosotros debemos estar dándole gracias continuamente por este amor y por su fidelidad con nosotros. Él siempre nos perdona, no le devolvamos la espalda.
El Señor nuestro Dios es el único Señor, y le amarás.
El escriba que se acerca a Jesús es un maestro de la ley empeñado en la búsqueda auténtica de la verdad. Su pregunta nace de una exigencia particularmente sentida en el judaísmo de entonces. Un número exagerado de imposiciones y prohibiciones, no pocas veces insignificantes, impedía ver con claridad lo realmente importante.
La respuesta de Jesús, que recoge dos textos del Pentateuco (Dt 6,4-5; Lv 19,18), se caracteriza por la seguridad soberana con que une el amor a Dios y el amor al prójimo. Sólo el amor a Dios hace posible el amor al prójimo y sólo en el amor al prójimo puede manifestarse el amor a Dios.
Este mandamiento del amor es el mayor, porque sólo él es el que da sentido y orientación a todos los demás. Cualquier observancia religiosa y cualquier acto de culto carecen de significado y de valor, si no son cumplidos a la luz y en la perspectiva del amor.
El Señor es nuestro único Dios, es Él el que salva y no otros dioses hechos a nuestra medida. Aquí caemos mucho en hacernos a Dios a nuestra medida y a nuestro gusto, para que no me pida cuenta de las cosas sino de lo que yo quiero, y entonces amamos a Dios a medias tintas, sin importarnos nada el prójimo, que es el segundo mandamiento.
¿Por qué? Porque en verdad no nos amamos a nosotros mismos, somos un poco egoístas incluso con nosotros. Tenemos que amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma y con todo nuestro ser, porque no hay Dios fuera de Él. Él es el único que puede salvarnos es el dueño de nuestra vida, aunque nosotros nos empeñemos en otra cosa.
Él siempre está a nuestro lado y con sus palabras ilumina nuestra vida y nos va encaminando. Él nos enseña que amando al prójimo, es el camino para llegar a Él y para poder decir que amamos a Dios. Pues en el prójimo lo encontramos a Él.
Muchas veces decimos: “pero eso cuesta mucho, y más ver a Dios en el hermano”. Pero si pensamos un poco nos preguntaríamos, si los demás ven a Dios en mí. ¿Si yo no lo veo en los demás, cómo pueden los demás verlo en mí, si no les demuestro mi amor? En este sentido ¿qué nos falta? Pues un verdadero amor al hermano y, en este, a Dios. Si esto lo cumpliésemos seriamos las personas más dichosas del mundo.
Fuente: Amarás a tu prójimo como a ti mismo
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (hoy en castellano):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
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Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy viernes y las lecturas:
“ Amarás a tu prójimo como a ti mismo ”
Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10
Esto dice el Señor:
«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.
“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los tras*itan,
pero los traidores tropiezan en ellos».
Salmo de hoy
Salmo 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17 R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré.
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto.
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre».
Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de las MM. Dominicas del Monasterio Sta. María la Real - Bormujos (Sevilla).
Reflexión del Evangelio de hoy
No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos
Hoy escuchamos las palabras del profeta Oseas. Oseas es el profeta de la fidelidad, de la intimidad con Dios, del amor que se ofrece una y otra vez a los que se prostituyen con otros dioses, sirviendo a sus deseos y necesidades personales. El mensaje de Oseas es casi demasiado bueno para ser verdad: volved a casa, todo ha sido perdonado. Volver al primer y más verdadero amor de vuestra vida: Dios.
Oseas nos recuerda que tenemos que reconocer la bondad y la compasión de Dios y que Dios es el único que puede salvarnos. Solo podemos dar fruto gracias a Él. Esta lectura de Oseas es una descripción de Dios y de cómo ama al pueblo elegido, a pesar de que le vuelven la espalda adorando a otros dioses. Pero Dios nos dice: yo curare sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Y esta misma frase en la traducción de la Biblia de Jerusalén nos dice “Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente pues mi cólera se ha apartado de él”.
Dios será como rocío para su pueblo, y floreceremos como las azucenas. Nuestra fuerza y nuestras raíces serán como el cedro del Líbano, y nuestro esplendor como el olivo. Estas imágenes están repletas de esperanza y abundancia y llena de paz. Dios quiere ser todas esas cosas para nosotros. Porque Dios nos ama graciosamente, nosotros debemos estar dándole gracias continuamente por este amor y por su fidelidad con nosotros. Él siempre nos perdona, no le devolvamos la espalda.
El Señor nuestro Dios es el único Señor, y le amarás.
El escriba que se acerca a Jesús es un maestro de la ley empeñado en la búsqueda auténtica de la verdad. Su pregunta nace de una exigencia particularmente sentida en el judaísmo de entonces. Un número exagerado de imposiciones y prohibiciones, no pocas veces insignificantes, impedía ver con claridad lo realmente importante.
La respuesta de Jesús, que recoge dos textos del Pentateuco (Dt 6,4-5; Lv 19,18), se caracteriza por la seguridad soberana con que une el amor a Dios y el amor al prójimo. Sólo el amor a Dios hace posible el amor al prójimo y sólo en el amor al prójimo puede manifestarse el amor a Dios.
Este mandamiento del amor es el mayor, porque sólo él es el que da sentido y orientación a todos los demás. Cualquier observancia religiosa y cualquier acto de culto carecen de significado y de valor, si no son cumplidos a la luz y en la perspectiva del amor.
El Señor es nuestro único Dios, es Él el que salva y no otros dioses hechos a nuestra medida. Aquí caemos mucho en hacernos a Dios a nuestra medida y a nuestro gusto, para que no me pida cuenta de las cosas sino de lo que yo quiero, y entonces amamos a Dios a medias tintas, sin importarnos nada el prójimo, que es el segundo mandamiento.
¿Por qué? Porque en verdad no nos amamos a nosotros mismos, somos un poco egoístas incluso con nosotros. Tenemos que amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma y con todo nuestro ser, porque no hay Dios fuera de Él. Él es el único que puede salvarnos es el dueño de nuestra vida, aunque nosotros nos empeñemos en otra cosa.
Él siempre está a nuestro lado y con sus palabras ilumina nuestra vida y nos va encaminando. Él nos enseña que amando al prójimo, es el camino para llegar a Él y para poder decir que amamos a Dios. Pues en el prójimo lo encontramos a Él.
Muchas veces decimos: “pero eso cuesta mucho, y más ver a Dios en el hermano”. Pero si pensamos un poco nos preguntaríamos, si los demás ven a Dios en mí. ¿Si yo no lo veo en los demás, cómo pueden los demás verlo en mí, si no les demuestro mi amor? En este sentido ¿qué nos falta? Pues un verdadero amor al hermano y, en este, a Dios. Si esto lo cumpliésemos seriamos las personas más dichosas del mundo.
Fuente: Amarás a tu prójimo como a ti mismo
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
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