Clavisto
Será en Octubre
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- No lloraré el día de mi fin, no...-continué diciéndole a mi alucinado oidor que con sus ojos de médico me miraba mientras trasegaba su Voll-Damm- Sí, es lo de siempre...Ahora estoy malo y dentro de unos días me recuperaré y otra vez todo estará bien, y mis cabras volverán a saltar felices, y le meteré mano a Petra y mi abuelo me llamará para merendar...Bueno, no, eso no, que mi abuelo está muerto, bueno los dos, pero el otro murió cuando yo era un crío...Esto es una cosa, una fruta cosa...me acuerdo de...No lloraré, no...Diré: "..." ¡Bah! No diré nada, no diré una cosa..."¡Telón, shishi, telón ya, de una fruta vez!" No tengo nada, no tengo a nadie, no tengo futuro...no tengo una fruta cosa...
- Pues ya tienes tres o cuatro pilinguis cosas -dijo mi médico- jorobar como estás
- Malo...¿sabes que los artistas del siglo XIX deseaban contraer la tuberculosis porque eso los hacía mejores?
- Ya, ya...
- ¿Y cuantos días tengo que tomar esa cosa de pastillas?
- Por lo menos cinco días de cosa
- ¡Qué ardor de estomago de pastillas!
- No las tomes -dijo él
- ¿Pero no eras tú el que decías que una resfriado de estos dura una semana con antibióticos y siete días sin ellos?
- Sí, yo era.
- ¿Y entonces?
- Entonces nada, Kufisto. Tú verás.
- ¿Qué quieres? -le pregunté a uno que había asomado la jeta poco antes del épico "no lloraré"
- ¿Un café?
- Como
- Ehhh...
iluso.
Me comí la segunda Amoxicilina de 750 del día y un rato después fui relevado a la hora habitual. Ya en casa pasé al dormitorio, le di la vuelta a la almohada y miré por los restos de la marea que la fiebre había dejado la noche anterior, algo inenarrable, algo que alguien como yo no puede explicar con palabras...Aquello había sido un puñetero CHARCO.
Un charco, jorobar.
Ya el viernes por la tarde, al llegar a casa, había empezado a sentirme raro, como si tuviera una citación del juzgado para el lunes, sólo que el nudo lo tenía en el pecho en lugar de en los narices.
Bueno, no veo la tele pero sí Internet: todo lo que creías estaba equivocado, la Tierra es plana, América no existe, la Tierra está Hueca, ¿Plástico? ¡Abominación!, Tu amigo el Ajo, Cara a la granada y no al Sol, el Buen Higo, Tiempo de Dátiles, la Tierra es un Toroide, La Farmafia, el Zeitgeist, Jesús, Adolfo y los Annunakis, David Icke y su querida progenitora buscan piso en La Finca, la Tierra Amorfa y Los Nazis vendrán a rescatasrnos con sus ovnis.
Estuve como las cuatro horas habituales de pre-sueño pensando si debería tomarme la droja en pre-visión de lo que se dejaba sentir en mi pecho. "Bah, no es nada, sólo es el viento...Mis alveólos están perfectos, ¿no, cuervo cabrón?"
Y en la mitad del sueño llamaron a mi tumefacta (¡y torrefacta!) cabeza como si acabaran de ver a Neil Young tirando petardos con la Pedroche en un especial de Nochevieja de Telecinco.
"¿Qué shishi?..." Por un instante creí estar en una cama de agua. Palpé bajo la almohada y obtuve respuesta sónica, cosa que me dejó loco, pero estaba tan febril que volví a dormirme en cero coma, como marinero de luces estrellado contra el iceberg Johnnie Walker.
Desperté, desperté...A todo lo no muerto se le llama despertar. Una rata vieja también se despierta. ¡Oh, Dios, El Siempre Santo, el Setenta y Siete veces Sagrado!
Estaba tan malo que busqué por thrash metal en Youtube. Acabé por dar con un concierto de los Fab Four en Bulgaria y logré fumarme medio pito mientras veía a mis héroes de hace treinta años. Después encontré un documental de Slayer y casi que olvidé lo mío viendo a sus fans, sobretodo a uno que me recordó una historia de un libro homenaje a Lovecraft: él estaba ahí, a un lado, hiératico, elegantemente vestido mientras veía hacer el estulto a un borracho del que todos se reían a la par que celebraban sus estupideces.
No estar mal no significa estar bien; de hecho todavía escupía como los judíos de nuestras abuelas.
- ¡Café, Kufisto!
- Síarrggghhhh...Brooooughhhh...Groouarr
- jorobar
- ¿Qué?
- Estás jodío
- Peor estaba el hijo de Yog-Shothot cuando le endiñaron el chuflito aquel en la montaña de Dunwich
- ¿Qué?
- Pues ya tienes tres o cuatro pilinguis cosas -dijo mi médico- jorobar como estás
- Malo...¿sabes que los artistas del siglo XIX deseaban contraer la tuberculosis porque eso los hacía mejores?
- Ya, ya...
- ¿Y cuantos días tengo que tomar esa cosa de pastillas?
- Por lo menos cinco días de cosa
- ¡Qué ardor de estomago de pastillas!
- No las tomes -dijo él
- ¿Pero no eras tú el que decías que una resfriado de estos dura una semana con antibióticos y siete días sin ellos?
- Sí, yo era.
- ¿Y entonces?
- Entonces nada, Kufisto. Tú verás.
- ¿Qué quieres? -le pregunté a uno que había asomado la jeta poco antes del épico "no lloraré"
- ¿Un café?
- Como
- Ehhh...
iluso.
Me comí la segunda Amoxicilina de 750 del día y un rato después fui relevado a la hora habitual. Ya en casa pasé al dormitorio, le di la vuelta a la almohada y miré por los restos de la marea que la fiebre había dejado la noche anterior, algo inenarrable, algo que alguien como yo no puede explicar con palabras...Aquello había sido un puñetero CHARCO.
Un charco, jorobar.
Ya el viernes por la tarde, al llegar a casa, había empezado a sentirme raro, como si tuviera una citación del juzgado para el lunes, sólo que el nudo lo tenía en el pecho en lugar de en los narices.
Bueno, no veo la tele pero sí Internet: todo lo que creías estaba equivocado, la Tierra es plana, América no existe, la Tierra está Hueca, ¿Plástico? ¡Abominación!, Tu amigo el Ajo, Cara a la granada y no al Sol, el Buen Higo, Tiempo de Dátiles, la Tierra es un Toroide, La Farmafia, el Zeitgeist, Jesús, Adolfo y los Annunakis, David Icke y su querida progenitora buscan piso en La Finca, la Tierra Amorfa y Los Nazis vendrán a rescatasrnos con sus ovnis.
Estuve como las cuatro horas habituales de pre-sueño pensando si debería tomarme la droja en pre-visión de lo que se dejaba sentir en mi pecho. "Bah, no es nada, sólo es el viento...Mis alveólos están perfectos, ¿no, cuervo cabrón?"
Y en la mitad del sueño llamaron a mi tumefacta (¡y torrefacta!) cabeza como si acabaran de ver a Neil Young tirando petardos con la Pedroche en un especial de Nochevieja de Telecinco.
"¿Qué shishi?..." Por un instante creí estar en una cama de agua. Palpé bajo la almohada y obtuve respuesta sónica, cosa que me dejó loco, pero estaba tan febril que volví a dormirme en cero coma, como marinero de luces estrellado contra el iceberg Johnnie Walker.
Desperté, desperté...A todo lo no muerto se le llama despertar. Una rata vieja también se despierta. ¡Oh, Dios, El Siempre Santo, el Setenta y Siete veces Sagrado!
Estaba tan malo que busqué por thrash metal en Youtube. Acabé por dar con un concierto de los Fab Four en Bulgaria y logré fumarme medio pito mientras veía a mis héroes de hace treinta años. Después encontré un documental de Slayer y casi que olvidé lo mío viendo a sus fans, sobretodo a uno que me recordó una historia de un libro homenaje a Lovecraft: él estaba ahí, a un lado, hiératico, elegantemente vestido mientras veía hacer el estulto a un borracho del que todos se reían a la par que celebraban sus estupideces.
No estar mal no significa estar bien; de hecho todavía escupía como los judíos de nuestras abuelas.
- ¡Café, Kufisto!
- Síarrggghhhh...Brooooughhhh...Groouarr
- jorobar
- ¿Qué?
- Estás jodío
- Peor estaba el hijo de Yog-Shothot cuando le endiñaron el chuflito aquel en la montaña de Dunwich
- ¿Qué?
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