Ya es casualidad que el contrato de Luis del Pino con un medio de comunicación sostenido unica y exclusivamente por las subvenciones estatales, llegue a su fin coincidiendo con la prescripción del 11M.
Puestos a ser conspiranoicos, (como Luis del Pino, Lorenzo Ramirez, y el corto etcetera de los que salen estos días a la palestra), uno podría pensar que un ingeniero ajeno al periodismo y sin saber nada de su pasado profesional previo a éste (en 2004 tenía 42 años ya), que de repente alcanza vuelo mediático vía COPE y FJL tras el 11M, pudiera ser el arquetipo de apagafuegos de emergencia para un servicio secreto. Y que mejor manera de tenerle defendiendo lo indefendible que darle un contrato de trabajo firmado MUY BIEN remunerado durante veinte años.