La REALIDAD FALSIFICADA

JOJOJOJO meparto:, en cuanto ví esta noticia pasé de todos los hilos abiertos, jorobar, es que es Conspiraciones lo menos malo de burbuja :rolleyes:

Lo siento por el tráfico y tal.......

iu



“La Realidad no es más que una ilusión, si bien una bastante persistente”, dijo de manera harto elocuente Albert Einstein, expresando a su manera un concepto bastante antiguo. Mientras que el Hinduismo se refiere a esta ilusión con el nombre de maya, la cultura moderna le llama la matriz.

La Matriz es el mecanismo holográfico metafísico a través del cual experimentamos nuestra realidad física, de la misma manera que un aparato de televisión sintoniza en forma selectiva un canal de entre una amplia gama de frecuencias. Lo que percibimos como realidad es una proyección electromagnética proveniente de una fuente dimensional más alta. Pero a diferencia de la estación de televisión, que solamente transmite una serie limitada de frecuencias hacia el entorno tridimensional, esta fuente dimensional más alta irradia todas las frecuencias hacia todas las dimensiones. La matriz sirve para limitar el ancho de banda y el número de dimensiones que percibimos con la finalidad de crear un “programa” coherente que no solamente miramos, sino uno con el que podemos interactuar.

Coordina, regula y mantiene en funcionamiento una arena o escenario común por medio del cual nosotros, como seres conscientes individualizados y poseedores de la condición del libre albedrío, batallamos contra la voluntad de otros seres y enfrentamos las consecuencias de nuestras propias acciones. En las densidades superiores, tales como las que experimentamos durante el sueño, la fin o la proyección astral, cada quien puede crear su propia realidad subjetiva dentro de la que no se viola el libre albedrío de otros individuos. Si bien esto puede parecer divertido, escasamente sirve para que ganemos conocimiento o experiencia alguna. Con la finalidad de acelerar el ritmo de nuestro progreso espiritual, la matriz conecta nuestras realidades en una sola realidad consensual y objetiva. Es la matriz la que suministra un substrato físico a través del cual podemos aprender, tanto de nuestra inercia como de la solidez e individuación de los otros, el verdadero valor de sobreponernos por encima de las tribulaciones. Sin esta matriz, la naturaleza física objetiva y la opacidad de las libres voluntades de los otros seres son inexistentes; no acumulamos experiencias puesto que no hay nada que experimentar. Podría ser que aquellos que sienten que este mundo es una prisión estén justificados en su sentir, ya que somos todos parte de la misma cuadrilla espiritual de individuos encadenados unos a otros

El proceso de generación de la materia física por parte de la matriz ocurre a nivel cuántico. Una vez que la fuente electromagnética proveniente de una dimensión superior es filtrada a través de la matriz, surge en nuestro universo con la apariencia de un fotón o partícula de luz. De hecho todos los fotones que forman el universo son fragmentos holográficos de la fuente original. Así, no obstante que la fuente es singular y más elevada desde el punto de vista dimensional, a partir de ella se generan las múltiples versiones propias de dimensiones inferiores que llamamos fotones. Más aun, la materia física está formada por estos fotones. Cuando quiera que los fotones dejan de viajar en forma de vector o rayo para describir en cambio una órbita circular, la energía contenida en ellos queda atrapada en un espacio confinado para formar una partícula sub-atómica de materia estable. De esta manera nuestro complejo universo en realidad se deriva de una fuente singular, ilustrando de manera científica el eslogan metafísico de “el todo es el Uno”.

La fuente original no solamente es un proyector de la realidad física, sino también de la consciencia individual. En última instancia inclusive la materia es consciencia, si bien a un nivel básico. Así, se puede denominar consciencia de nivel básico al tipo que forma la materia, para distinguirla de la consciencia individual que solamente los seres vivos poseen. Como seres conscientes, filtramos nuestras percepciones del mundo físico cuando estamos despiertos y creamos realidades virtuales cuando dormimos, de la misma forma en que la matriz filtra la fuente original y crea nuestra realidad física. Esto nos sugiere que la matriz es una entidad consciente de nivel básico dentro de cuyo “sueño” nosotros comúnmente residimos. La matriz nos suministra el sueño, programa o juego, que nosotros luego nos damos a la tarea de jugar. Al conectar nuestras realidades de esa manera se obtiene como resultado un método de aprendizaje bastante novedoso, susceptible de ser implementado en las dimensiones superiores pero no siempre puesto en práctica allí debido a la particular preferencia de los seres en dimensiones superiores por crear y jugar su propio juego.

Nuestra matriz no es la única, sin embargo. La realidad que estamos experimentando no es más que una entre muchas, reflejando cada una de ellas ligeras variaciones en lo referente a las reglas básicas y los objetivos del programa. Cuando completamos este programa, al cabo de muchas vidas, pasamos a otro diferente.

Adicionalmente a la matriz principal responsable de sustentar la estructura física de nuestro universo, existen también otras matrices secundarias. La Tierra misma es hogar de numerosos programas de matriz secundaria, y otros planetas hacen lo suyo propio. Estas matrices secundarias se encuentran geográficamente aisladas unas de otras, y para su existencia dependen de la red energética que es suministrada por acción de los campos geomagnéticos locales, y sobre esta red se manifiestan, de la misma manera que un celuloide cinematográfico depende de un pantalla sobre la cual pueda proyectarse. Lo que esto nos indica es que a pesar de que existe una gran matriz que abarca la realidad física, hay también otras matrices menores que se proyectan en diversos planetas y sus locaciones geográficas, originadas ya sea de manera artificial por medio de tecnologías metafísicas, o bien a partir de la consciencia colectiva de las formas de vida residentes allí. Estructuras megalíticas tales como las de Stonehenge o las pirámides son ejemplos de tecnología metafísica utilizada para mantener o modificar la estructura de la red energética local con la finalidad de facilitar la atenuación, la amplificación, o los cambios en el programa de la matriz que afecta al planeta entero. Puesto que la matriz sirve para filtrar la realidad y la percepción que uno tiene de ella, al ingresar dentro de ciertas áreas que se encuentran bajo fuerte influencia de una matriz secundaria se opera una alteración de la consciencia personal.

El campo magnético de la Tierra funciona como una interfaz entre la realidad física y las matrices secundarias a las que se encuentra conectada la consciencia individual. Como consecuencia de anteriores inversiones del polo magnético ha habido extinciones masivas de las formas de vida a raíz de la caída severa del campo geomagnético, dando como resultado el que los seres son desconectados de sus cuerpos físicos. Debe hacerse notar aquí que la vida consciente conectada a un cuerpo físico, está además conectada a una matriz. Al haber un cambio en la matriz, ocurre también un cambio en la consciencia. Pero más importante aún, al haber un cambio en la consciencia, ocurre también un cambio en la matriz menor. Este es un punto crucial al tratar de encontrar una solución para el siguiente problema.

En el pasado, la matriz secundaria de este planeta funcionaba de manera autoregulada, o cuando menos, era regulada por sus mismos usuarios. Recientemente, sin embargo, esta situación ha cambiado: tal parece que nuestra matriz ha sido usurpada. Trataremos de identificar a los usurpadores definiendo primeramente las cuatro clases diferentes de seres individualmente conscientes: seres de orden cero, seres de primer orden, seres de segundo orden y seres de tercer orden.

La fuente originaria puede ser clasificada como ser de orden cero. Cuando la fuente proyecta un fragmento holográfico de sí misma se produce lo que se llama un ser de primer orden. De la misma forma, cuando un ser de primer orden proyecta una copia menor de sí mismo, esta se llama ser de segundo orden, y cuando este a su vez proyecta una parte de sí mismo, crea un ser de tercer orden. Como es sabido, cuando se hacen copias de un original, la resolución disminuye con cada generación. De igual manera, los seres de primer orden son menos poderosos que la fuente, y los seres de segundo orden son menos poderosos que los de primer orden.

Resulta evidente pensar, a estas alturas, que el ser de orden cero es sinónimo de dios, la semilla original en infinita de todo el potencial de consciencia existente así como fuente a partir de la cual se proyectan tanto la realidad física como las unidades individuales de consciencia.

Entre los seres de primer orden (Nivel de Consciencia Básico o NCB) se incluyen los que ciertas teogonías antiguas llaman Demiurgos, representados en una gran variedad de panteones y mitos creacionistas como los arquetipos o dioses creadores que dieron origen a nuestra realidad, así como a los seres de segundo orden. Entre estos últimos se cuentan los seres humanos. Puesto que la matriz existe fundamentalmente para el progreso espiritual de los seres de segundo orden, los seres humanos están dotados de ciertas habilidades creadoras que en alguna época eran utilizadas de manera rutinaria. Somos los jugadores dentro del juego de la matriz y podemos escoger modificar sus reglas o bien dejar el juego por completo, siempre y cuando estemos conscientes de nuestras habilidades y no tengamos restricciones impuestas a la hora de utilizarlas. Al igual que dios, también tenemos la capacidad de crear otros seres que son menores que nosotros mismos en cuanto a poder y función.

Los seres de tercer orden son lo que comúnmente se conocen como “formas de pensamiento”, proyecciones de nuestra propia consciencia que existen como entidades semiautónomas en densidades superiores tales como los planos etéreo y astral. Las “formas de pensamiento” son limitadas en razón de que dependen de nuestras energías espirituales para continuar existiendo. Así como nosotros derivamos nuestras energías espirituales principalmente del creador, las formas de pensamiento dependen de nosotros para su sustento.

Existen formas de pensamiento menores que creamos diariamente mediante la combinación de visualización y emoción, como por ejemplo cuando soñamos despiertos en algo agradable o cuando proyectamos nuestros miedos y temores en forma de fantasías atemorizantes. Durante tales procesos, la energía emocional dentro de nosotros es irradiada hacia el plano etéreo que interpenetra todo nuestro universo, para ser luego moldeada por medio de nuestra habilidad de visualización.

La energía emocional es el equivalente en las densidades superiores de la energía física, capaz de alterar de manera directa las probabilidades de los acontecimientos. Así pues, se puede describir de manera bastante acertada a las formas de pensamiento como campos morfogénicos moldeados e individualizados. Campo morfogénico es el campo emitido por seres vivientes que actúa a través de mecanismos cuánticos para inclinar hacia un resultado particular, acorde con las preferencias del ser consciente que lo genera, lo que de otra manera sería un sistema aleatorio. A menudo, tales formas de pensamiento menores tienen muy poco propósito y consciencia autónoma, por lo que rápidamente se disipan a medida que nos olvidamos de ellas.

Otras veces, sin embargo, y muy en especial durante situaciones en las que se generan fuertes emociones negativas tales como el miedo y el terror, tiene lugar una extrema irradiación de energía emocional que es moldeada por medio de visualización para convertirse en una forma de pensamiento mayor, imbuida de un fragmento de la consciencia del creador perdido durante el trauma. Un ejemplo de esto es el fenómeno de embrujamiento de lugares que fueran escenario de incidentes violentos. Los pensamientos obsesivos que acosan a individuos e incluso a naciones enteras, son otro ejemplo. A diferencia de las formas de pensamiento menores, las mayores parecieran tener una mente independiente. Tales entes todavía seguirán dependiendo de su creador como fuente de energía emocional y sustento, pero a diferencia de las formas de pensamiento menores, poseen un mecanismo de supervivencia, que sugiere en alguna medida una capacidad de raciocinio, que les impele a buscar esa energía. Otra diferencia entre las formas de pensamiento menores y mayores es que las primeras son básicamente etéreas, mientras que las segundas incluyen componentes astrales como resultado de su incrementada complejidad.

En épocas antiguas, el arte de generar conscientemente formas de pensamiento con la finalidad de “crear o modificar la realidad” o, según el concepto que se ha descrito anteriormente, modificar las probabilidades, era bien conocido. Los rituales cargados de fuertes emociones, tales como los que se pueden encontrar en prácticas religiosas tribales o paganas, eran métodos relativamente sencillos para la generación de poderosos seres de tercer orden. Todavía hoy en día, el empleo de formas de pensamiento para hacer las veces de autómatas etéreos es una práctica común en muchos círculos ocultos.

La mayoría de las formas de pensamiento, no obstante, han sido generadas inconscientemente a partir del sufrimiento de billones de seres de segundo orden a lo largo de las eras. Este sufrimiento es un derivado y en algunos casos la meta real de la matriz del planeta diseñada para ayudarnos a lidiar con los conflictos que surgen de la condición de libre albedrío. Pero el sufrimiento tenía un propósito definido dentro de la antigua matriz planetaria: ayudarnos a ganar en sabiduría y posibilitar nuestra evolución. Desafortunadamente, la combinación entre la generación intencional y no intencional de seres de tercer orden ha desembocado en una agregación masiva de tales entidades en una jerarquía definida, situada en los planos etéreo y astral. Puesto que las entidades de tercer orden son no solamente inferiores a las de segundo orden, sino que además muchas de ellas nacen de las emociones negativas de estas últimas, los rasgos dominantes de su mentalidad son el deseo de dominación, la envidia, la negatividad, y la necesidad de absorber energías emocionales oscuras. Buena parte de aquello que conocemos como la jerarquía demoníaca inferior tiene su origen en nuestra propia generación de entes de tercer orden.

Los demonios existen, y esta afirmación no se fundamenta en dogmas bíblicos, sino en ciencia metafísica. La jerarquía demoníaca consiste básicamente en dos tipos diferentes de seres: seres de segundo orden que han escogido transitar el camino oscuro en pleno ejercicio de su libre albedrío, y seres de tercer orden intrínsecamente oscuros por cuanto fueron creados a partir de nuestras emociones negativas. La validez del mal es inequívoca: existe porque el presente universo se rige por la directiva fundamental del Libre Albedrío. El libre albedrío implica la posibilidad de escoger el camino del mal. El libre albedrío es la condición fundamental de nuestra realidad, misma que ha sido generada por el creador como un mecanismo para la cristalización de este potencial. Sin la condición de libre albedrío, dios ya estaría autorealizado y completo y no habría ninguna razón para que existiera la presente realidad. En razón de que la realidad se manifiesta aquí y ahora, y por cuanto sabemos por observación que aún estamos evolucionando espiritual y físicamente, indicando que la experiencia y la creación son el propósito de la vida y que dios aun no está completamente autorealizado, es evidente que poseemos libre albedrío, y que como consecuencia de esto, el mal existe.

¿Cuál es la finalidad de la jerarquía demoníaca supramundana, cuando sus miembros saben que son seres de tercer orden? Se trata de criaturas celosas, envidiosas inclusive de nuestro limitado poder para crear y modificar la realidad, e imbuidos de un sentimiento de repruebo hacia la fuente originaria a la que anhelan subyugar y remplazar. Su meta no es la de eliminarnos, porque somos su fuente de energía, sino más bien esclavizarnos y someternos a un continuo y agonizante sufrimiento emocional. Esperan convertirse en nuestros amos espirituales a través del parasitismo espiritual.

¿Cuál es la mejor manera de establecer este parasitismo espiritual? Aquí es donde interviene la nueva matriz. Recordemos que el propósito de la matriz original era el dotarnos de la suficiente inercia como para poder llegar a una valoración adecuada de nuestra capacidad de libre albedrío y nuestros poderes. Nos permitiría alcanzar la gloria a través de superar el sufrimiento. Las matrices son las responsables por la manera en que vemos la realidad, y por las reglas físicas y metafísicas por las cuales vivimos nuestras vidas. Son un poderoso simulador en todo el sentido de la palabra.







http://perseomag.tripod.com/perseo/realidad.html



iu


iu
Gracias, estaba por hacer el hilo yo pero mejor así, los míos los tiendo a hipertrofiar y carecen de interés porque se asemejan más a un monólogo.
 
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ostra, claro!!! Lo que no acabo de entender es lo de la "realidad objetiva". ¿Objetiva para quién? ¿Desde qué punto de vista? O sea, el bichito es un timo. Eso es lo objetivo, ¿verdad? Pero para la gente que lo cree y vive conforme a ello, esa sería su "realidad objetiva", ¿no?

Vas a tener que revisar las lecciones de Mark Passio meparto:.

Es como ha explicado @individualina. Hay una realidad objetiva. Y luego tu percepción subjetiva puede coincidir con ella (que no hay virujjj) o no (que hay virujjj). En el primer caso estás "alineado con la verdad". En el segundo caso estás dentro de una "maya (engaño) mental" que suplanta a la verdadera realidad.
 
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