kozioł
Madmaxista
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La marcha triunfal del marxismo-leninismo, disfrazada
El anticomunismo es una clara expresión de la crisis de la ideología burguesa moderna. Esta crisis ha sido provocada por la incapacidad de la burguesía imperialista para promover ideas que pudieran apoderarse de las mentes de las masas. Es el resultado directo de la marcha triunfal del marxismo-leninismo. Las masas adoptan cada vez más las ideas marxistas-leninistas y se guían por ellas en la lucha antiimperialista.
EL MARXISMO-LENINISTA SOBRE LA GUERRA Y EL EJÉRCITO
La voluntad y los medios para resistir al campo socialista se han ido erosionando. Mientras tanto, la "crisis de la ideología burguesa moderna" se agrava a medida que la verdad trascendental es reemplazada por un consenso "científico" falaz. La verdad trascendental, como ingrediente esencial del orden social, ha sido reemplazada por especulaciones gnósticas (es decir, progresismo, positivismo y cientificismo). El marxismo-leninismo ha sido la forma más militante y más genocida de la especulación progresista, positivista y cientificista. "El primer peligro [de la especulación gnóstica] fue la destrucción de la verdad del alma", escribió Eric Voegelin. The Triumphant March of Marxism-Leninism – in Disguise El segundo peligro era la "inmanentización falaz del eschaton cristiano". [ii]¿Tenían razón los estrategas soviéticos de 1972 en su caracterización de la ideología burguesa como incapaz de "apoderarse de las mentes de las masas"? ¿Estaban las masas "adoptando cada vez más ideas marxistas-leninistas"? Todos los eruditos y expertos desde Francis Fukuyama dirían "no". Decían que el marxismo-leninismo estaba muriendo, incluso en 1972. Sin embargo, desde el punto de vista del tablero de ajedrez global, los expertos se han equivocado. Las ideas marxistas-leninistas están ahora en todas partes, aunque en forma disfrazada. Debido a que hemos estado inmersos en ideas progresistas, positivistas y cientificistas de tipo occidental, dejamos que una forma disfrazada de marxismo-leninismo secuestre nuestra sociedad con una curiosa mezcla de nuestras propias nociones decadentes y marxismo cultural.
Mientras esto sucedía, las principales potencias del bloque socialista (es decir, China y Rusia) se retiraron al capitalismo de mercado y se acercaron engañosamente a nosotros. Nos convertimos en sus "socios occidentales". No nos dimos cuenta de que seguían siendo marxistas-leninistas. No teníamos ni idea de su fluidez y capacidad de adaptación no dogmáticas. No logramos leer la letra pequeña, donde Lenin regañaba a sus seguidores por creer en el dogma marxista: "Nuestra doctrina – dijo Engels, refiriéndose a sí mismo y a su famoso amigo [Marx] no es un dogma, sino una guía para la acción". Lenin explicó además: "Esta afirmación clásica subraya con notable fuerza y expresividad ese aspecto del marxismo que muy a menudo se pierde de vista. Y al perderlo de vista, convertimos el marxismo en algo unilateral, distorsionado y sin vida; la privamos de su sangre vital; socavamos sus fundamentos teóricos básicos..."[iii]
Dado que Occidente concibió el marxismo como un dogma, Occidente lo concibió como algo sin vida y sin impresiones. Cuando Occidente vio a Gorbachov actuar en contra del dogma marxista, imaginó que el marxismo-leninismo había sido derrotado. ¡Estos simples engañados no sabían lo que era el marxismo-leninismo! La perversidad viviente del marxismo-leninismo nunca dependió de dogmas del Partido, sino de intenciones revolucionarias fijas (como Lenin subrayó). [iv] Debido a que casi todo el mundo en Occidente entendía el marxismo-leninismo como un conjunto de ideas fijas, pocos vieron que los comunistas simplemente cambiaban su formación política en preparación para una gran maniobra. Esta maniobra se utilizaría para remodelar nuestro pensamiento, nuestros hijos y nuestras instituciones:
(1) canalizarían a los migrantes no europeos hacia los países europeos, reemplazando a nuestra población medio abortada con una mezcolanza ingobernable de pueblos dispares;
(2) Continuarían su reformateo de la familia a través del divorcio sin culpa y el feminismo;
(3) Consolidarían su control sobre nuestro sistema educativo y los medios de comunicación para adoctrinar a nuestros hijos;
(4) Culparían al libre mercado por el cambio climático global, debilitando así nuestro importantísimo sector energético; y
(5) eliminarían la disuasión nuclear de Occidente a través de un proceso de desgaste y abandono graduales, de modo que Rusia y China pudieran adquirir la supremacía nuclear estratégica.
Estos cinco desarrollos fueron concebidos y organizados por los comunistas (es decir, marxistas-leninistas). Los cinco requirieron décadas de reflexión y trabajo. Todo surgió de iniciativas del bloque socialista liderado por Rusia y China. Si no se controlan, estos cinco desarrollos destruirán a Occidente. Lo más sorprendente, por supuesto, es que nuestros expertos y expertos conservadores no hayan identificado estos cinco puntos como elementos de un ataque estratégico total. Hasta ahora, este ataque ha tenido éxito porque hemos adoptado las ideas que lo alimentan. Y estas ideas, aunque no son abiertamente marxistas-leninistas, son, sin embargo, "marxistas-leninistas" en efecto. El éxito de estas ideas se debe a dos factores:
(1) la gente es miope y no reconoce los efectos marxistas-leninistas a largo plazo de las ideas que adopta irreflexivamente; y
(2) la gente no es consciente de las formas en que las ideas marxistas-leninistas pueden disfrazarse, incluso como "ideas capitalistas".
Si quieres entender por qué las cosas van de mal en peor, toma nota. En la actualidad, el campo socialista se está fortaleciendo estratégicamente a medida que el campo capitalista se debilita. Mientras que los expertos y las agencias de noticias occidentales describen a Rusia como incapaz de mantenerse al día con el ritmo de producción de municiones clave en su guerra con Ucrania, el Dr. Jamie Shea ofreció recientemente un correctivo aleccionador: "pilinguin ha convertido a Rusia en una economía de guerra, en una sociedad de guerra". Mientras tanto, Occidente lleva años de retraso en el rearme. Ucrania, agregó Shea, ha ganado tiempo para la OTAN, manteniendo a las tropas rusas atadas.
Pero Europa puede necesitar más tiempo del que Ucrania puede proporcionar. "En Rusia son las armas, no la mantequilla", señaló Shea. "pilinguin está en esto a largo plazo (...) está dispuesto a asumir las pérdidas...". Esto significa el fin del "pensamiento mágico" en Washington y Bruselas, donde todo el mundo esperaba que pilinguin admitiera su error de cálculo y volviera al statu quo anterior. Eso no va a suceder. Ha comenzado un avance militar contra Occidente, al que China y Corea del Norte, con armas nucleares, están obligadas a unirse. Según Shea, pilinguin "está movilizando tropas adicionales, está comprando municiones a Corea del Norte. De hecho, ha comprado en un solo tren más munición a Corea del Norte de la que la UE ha podido suministrar a Ucrania durante los últimos dos años, solo para darles una idea de las dimensiones aquí". [v]
El campo socialista (es decir, el bloque comunista) está en proceso de formar lo que el desertor de la KGB Anatoliy Golitsyn llamó "el puño cerrado". Se trata de la consumación de una estrategia de engaño a largo plazo en la que el bloque comunista y la Unión Soviética se reactivan, todos a la vez, dándole la vuelta a la tortilla a Occidente. Lo que hemos visto durante los últimos 35 años es un período de "maniobras flexibles" de los políticos rusos y chinos, en oposición a "las rigideces dañinas" del marxismo-leninismo durante el período de Stalin. Al envolverse en los harapos académicos del marxismo cultural, la máquina comunista ha hecho enormes avances mientras todos pensaban que ya no existía.
Nuestras élites han sido engañadas: primero, haciéndoles creer que Rusia ya no era un enemigo; segundo, creer que Rusia y China no eran aliados; y tercero, creer que la verdadera amenaza provenía de los terroristas islámicos. Por lo tanto, prescindimos de las fuerzas blindadas pesadas y las armas nucleares en favor de la infantería ligera. Ahora nos vemos en la tesitura de tener que cambiar nuestra organización militar para prepararnos para una gran guerra convencional. Ese es un cambio difícil y costoso de hacer.
Otro obstáculo importante es algo llamado la estrategia Cloward-Piven. Es una creación de dos sociólogos marxistas, Richard Cloward y Frances Fox Piven. Su idea era forzar el cambio político desencadenando el colapso social a través de crisis internas orquestadas. Al sobrecargar el estado de bienestar con una avalancha de demandas imposibles, los socialistas en Estados Unidos y Europa han desencadenado un gasto deficitario masivo. Dado que tanto dinero ha desaparecido en el agujero neցro de Cloward-Piven, no queda casi nada para una acumulación militar. De hecho, el sistema financiero está a punto de zozobrar y hundirse.
Pensemos en los altos costos impuestos por los agoreros ecologistas, por la ruptura de familias a través del feminismo y el divorcio sin culpa, por la maternidad soltera, por nuestra frontera abierta y la ola de delincuencia resultante. Piensen en los costos impuestos a la sociedad por millones de pagapensiones ilegales que de repente sobrecargan un sistema de salud, un sistema de bienestar, un sistema escolar, etc. ya sobrecargados. En este escenario, las ventajas políticas se acumulan para los socialistas, tanto a nivel nacional como internacional.
Aquellos que quieren culpar a Estados Unidos como un agresor imperial deben recordar que la marcha de hoy hacia la guerra fue cuidadosamente planeada y preparada por Rusia y China, no por la OTAN, que está inadecuadamente abastecida de armas. La ampliación de la posición comunista en América Latina y África es otro indicador de que Occidente ha sido engañado. Había, en 1989, un bloque comunista bajo el liderazgo de Moscú. A este bloque también se le conocía como "el campo socialista". ¿Sería razonable suponer que el comunismo soviético simplemente decidió "rendirse" y entregarse a su enemigo capitalista? ¿O es más razonable, mirando la historia soviética, ver el colapso de la Unión Soviética como un engaño estratégico? Si fue un engaño, entonces nuestros expertos y estadistas han malinterpretado la crisis actual. Y hay muchas razones para creer que seguirán malinterpretando.
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