Nada tienen que ver las religiones con Dios. Dios no es algo externo a nosotros al que se le reza cuando nos va mal y al que olvidamos cuando creemos que estamos mejor: Dios está dentro de cada uno de los corazones de los seres humanos. Las religiones son un invento de Satanás, del mal, para dividir y enfrentar a los seres humanos. Cristo no fundó ninguna iglesia ni ninguna religión. Solo era un ser humano que predicaba el amor al prójimo. Pero el mal quiso que a la iglesia católica, que es la meretriz de Babilonia, se le encomendara la demoniaca misión de la apropiación indebida de Dios y de la espiritualidad de los hombres para que estos identificasen a Dios con curas pederastas y monjas robabebés. Es decir, que el objetivo de la creación de la iglesia católica es separar a los seres humanos de Dios.
