vanderwilde
LEGÍA
El mío ya lo conté, el del taburete en un bar, pocos clientes, las tres de la madrugada o similar, él sentado en el taburete, verano, yo vestido corto blanco resaltando mi piel morena, abrí aquello y me puse encima sin sentarme de frente encima de él, le dije que no se moviese que yo ya iba haciendo..... fue el mejor y más agónico polvo por la lentitud, suavidad, movimiento imperceptible (para no llamar la atención).... tremendo, recuerdo el calor, el sudor y la satisfacción....
Mentira!