Los comunistas por definición han de crear pobreza porque saben sobradamente que sólo les vota los que no tienen donde caerse muertos.
Por tanto, para tener más votos (y absorber poltrona) no se van a dedicar por supuesto a tomar medidas que hagan que cada vez haya más gente rica o que viva holgadamente, correrían el riesgo de que estos se volviesen conservadores de lo suyo y votasen ala derecha.
Tienen que crear miseria, pobres y paguiteros dependientes de las migajas que les dé su partido, solo así es como pueden incrementar su base electoral.
Eso se consigue dejando puertas abiertas para que venga media África y por supuesto destruyendo la actividad y propiedad privada.
La derecha liberal también es muy favorable a la inmi gración masiva por motivos económicos y tiene una clara preferencia por los sudamericanos, disfrazando a menudo ese tipo de inmi gración bajo una supuesta hermandad cultural.
En realidad, la latinitización masiva sólo beneficia a empresarios palilleros, con mentalidad caciquil y decimonónica, que basan la rentabilidad de sus negocios en la explotación intensiva de la mano obra y no en la productividad, o a caseros avariciosos y usureros, que llenan sus pisos y tienen familias amontonadas.
También llama poderosamente la atención que los liberales (sobre todo en lo económico, no tanto en lo político o lo jovenlandesal) del foro vean socialistas por todas partes, pero están encantados con que tengamos una economía basada en la hostelería y el turismo. Precisamente, fue el PSOE de Felipe González, Alfonso Guerra o Carlos Solchaga (este último dijo con todo el descaro del mundo "La mejor política industrial es la que no existe").
Si somos una potencia mundial en ocio nocturno, es gracias a esos infames personajes, que desmantelaron la industria para convertirnos en Camarerolandia.