Algunas perlas:
Lo que más le impresionó fue que
el filtrador del examen fuera uno de Comisiones Obreras. Parecía un tipo bastante majo. El objetor no podía entender qué tenía que ver el sindicalismo con amañar
oposiciones. Una frase de la misma perito/perita que le mandó fotocopiar el examen le viene a veces a la cabeza: “Aquí (juzgados de plaza de Castilla)
todo el mundo es el hijo o la mujer de alguien”.
Leo este tuit del compañero de
El independiente Rubén Arranz: “Cualquiera que conozca un poco RTVE sabrá que el hecho de que los tribunales de oposiciones estén compuestos por gente relacionada con algún sindicato (que todos saben) implica que el proceso
no va a ser limpio”. progenitora mía, los sindicatos, todo langosta
y filtraciones.
RTVE pierde dinero, nos debe dinero y se le condonan cantidades escalofriantes de dinero (7.500 millones de euros en 2006). A lo mejor es porque ahí estamos
dando de comer a familias enteras, más amantes y amigos turulecos.
Correos, por su parte, perdió el año pasado 125 millones de euros, cosa natural en una empresa que se dedica al sector de la paquetería, prácticamente muerto en nuestro tiempo. ¿O ustedes ven muchos paquetes enviados de aquí para allá?
El principal problema es la administración pública. No es un escándalo, son miles
De Correos hemos sabido hace poco esto: “El absentismo
se duplica en Correos y deja miles de notificaciones en el limbo” (ABC).
Queridos amigos, el principal problema de España es la
administración pública.
No es un escándalo, son miles. Bajas falsas, oposiciones falsas, teletrabajo falso. Gracias a este último, la jornada laboral del funcionario es ya de tres días. Enchufes, uso de material público para tareas propias, contrataciones a dedo, pésimo servicio, falta de respeto al ciudadano, extravíos, lentitud, inutilidad…, amén del eventual latrocinio en las adjudicaciones y las licitaciones. ¿Qué esperas de gente a la que nadie le ha puesto nunca una multa y que
acumula privilegios sin cesar? ¿Saben de algún funcionario que haya sido despedido?
Siendo piadosos,
un millón de funcionarios tendría que estar ya en la calle.